Ceviche de pescado

Rito y orgullo

En Manta, el ceviche es un rito y un orgullo. El picudo reina en cevicherías clásicas, pero en otras, el wahoo es el preferido por su carne firme y el toque grasosito se deshace en la boca y deja un sabor que hace que uno quiera más.

En esta tierra de pescadores y buen comer, el ceviche se prepara con maestría. El secreto está en la técnica. ¡Y vaya técnica! La pieza de pescado debe estar impecablemente limpia, sin rastros de piel o línea de sangre. Y si está jediondo, olvídate, ¡no es digno de un ceviche manaba!

Para servirlo, en Manta, las verduras se presentan coquetamente sobre el pescado curtido; en otros cantones todo se mezcla, como sinfonía de colores y texturas; en Portoviejo, ellos mismos enjiran los ingredientes a gusto, personalizando cada bocado como una obra de arte.

¿Y el ají? Cortado finito, bien macuquito, es el toque para disfrutar de un picante que cosquillee. Ya ven; cada ceviche cuenta su historia, dependiendo del lugar donde lo pruebes.

La próxima vez que visites Manabí, atrévete con toda opción y deja que los secretos de las manos expertas de las cevicherías te lleven al corazón del mar.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 600 g de pescado wahoo, semi congelado 
  • 4 cdas de cebolla colorada en cuadritos pequeños
  • 1 cda de pimiento verde en cuadros pequeños (opcional)
  • 4 cdas de tomate cortado en cubitos
  • 1 cda de cilantro recién picado
  • 125 ml de zumo de limón
  • 100 ml de agua fría
  • Sal y pimienta al gusto
  • Chifles o patacones para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Limpiar el pescado, filetear y cortar en cubos medianos.
  • Encurtir el pescado en sal, limón, pimienta y reservar por dos horas (opcional).
  • Una vez encurtido ir agregando agua fría para corregir el nivel de acidez.
  • Colocar la preparación con una cantidad generosa de jugo en una cevichera y agregar los vegetales en el centro, coronando la preparación con un poco de cilantro.
  • Servir acompañado de aguacate, chifles o patacones.

Tiempo de preparación:

35 Minutos.

Técnicas:

Varias (ancestral, tradicional, innovación)

Viche

El secreto está en el gordito de maní

En Manabí, el viche es más que un plato. Es la reina de las sopas y tiene hasta un récord Guinness por haber hecho la versión más grande del mundo.

Este potaje nutritivo y restaurador es una tradición reconocida en el Patrimonio del Ecuador. Con olor a mar, tierra y campo, los domingos en las familias, los viernes en los restaurantes (especialmente en Semana Santa), el viche es irreemplazable. Apenas toma una hora en preparar, pero lleva consigo siglos de historia y a pesar de que se hace de muchas maneras, en la comuna Las Gilces se ha revalorizado como bien patrimonial y atractivo turístico clave. El secreto reside en el gordito de maní, salsa espesa que acoge amorosamente a cada ingrediente. Entre ellos destaca la achogcha, una especie de pepino pequeño, con un sabor suave, casi herbal, que se cocina lentamente junto a la yuca, el plátano, el choclo y una variedad de mariscos que le dan al viche su identidad. Tradicionalmente hecho con pescado, hoy lo encontramos con camarones, langostinos y otros mariscos, adaptándose a gustos y preferencias. Es tan versátil que, si alguna verdura falta, siempre hay otra que toma la posta. Es cuestión de ingenio, ese ingenio manabita que sabe transformar lo sencillo en sublime.

La historia cuenta que las abuelas solían llevar el viche en grandes bandejas para venderlo a los trabajadores del campo, que con este caldo espeso quedaban fuertes como el mico para seguir la jornada. De su origen, se cree que los indígenas milenarios encontraron abundancia de pejes, legumbres y verduras, comenzaron a combinar ingredientes con maní y dieron con este plato emblemático. Hoy, el viche es símbolo de resistencia y cohesión social, que se comparte con orgullo y celebra la herencia y tradición.

INGREDIENTES (Para 8 - 10 personas):

  • 2 lbs de albacora sin piel ni huesos
  • 1 lb de camarón con cabeza (opcional)
  • 1 lb de pasta de maní
  • 1/2 lb de habichuela tierna
  • 1/2 lb de fréjol tierno
  • 1/2 lb de zapallo pelado
  • 1/2 lb de camote pelado y en rebanadas
  • 2 maduros medianos pelados y en rebanadas
  • 1/2 lb de yuca pelada y en trozos
  • 2 achogchas cortadas en cubos
  • 2 choclos cortados en rodajas
  • 4 L de agua

Fondo de pescado:

  • 2 lbs de huesos de pescado
  • 1 cebolla colorada cortada en cuartos
  • 2 pimientos verdes cortados en cuartos
  • 6 dientes de ajo machacados y ramas de cilantro

Refrito:

  • 1 cebolla colorada finamente picada
  • 2 pimientos verdes finamente picados
  • 4 dientes de ajo machacados y finamente picados
  • 1 chorrito de aceite de achiote
  • Comino, orégano en polvo, sal y pimienta al gusto

Bolitas de plátano:

  • 2 plátanos pelados y rallados
  • 1/2 cebolla colorada
  • 2 dientes de ajo
  • 2 cdas de pasta de maní
  • 1 chorrito de achiote
  • Sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hacer el fondo de pescado. Reservar.
  • Luego realizar el refrito, agregando el aceite de achiote con los vegetales y sazonar.
  • Agregar el refrito al fondo, y llevarlo al fuego, una vez que rompe el hervor incorporar las habichuelas, fréjol tierno, choclo, maduro, yuca, zapallo y camote, dejar hervir a fuego bajo. Luego, desaguar el maní en un litro de agua y agregar.
  • Para las bolitas de plátano mezclar el plátano rallado con los vegetales, el maní, un chorrito de achiote y la sal y pimienta al gusto. Luego amasar y formar pequeñas bolitas. Se agregan a la cocción.
  • Cuando todo haya hervido, se añade el pescado a la cocción. Una vez listo, se incorporan los camarones y las anchoas. Dejar en el fuego unos minutos más hasta que espese. Rectificar sabores; finalmente, retirar y servir acompañado con arroz y limón.

Tiempo de preparación:

60 Minutos.

Técnicas:

Ancestral y tradicional.

Manabí de mis bolones

De plátano asado, de chicharrones, de quesito, de camarones o pulpo…

En Manta, el ceviche es un rito y un orgullo. El picudo reina en cevicherías clásicas, pero en otras, el wahoo es el preferido por su carne firme y el toque grasosito se deshace en la boca y deja un sabor que hace que uno quiera más.

En esta tierra de pescadores y buen comer, el ceviche se prepara con maestría. El secreto está en la técnica. ¡Y vaya técnica! La pieza de pescado debe estar impecablemente limpia, sin rastros de piel o línea de sangre. Y si está jediondo, olvídate, ¡no es digno de un ceviche manaba!

Para servirlo, en Manta, las verduras se presentan coquetamente sobre el pescado curtido; en otros cantones todo se mezcla, como sinfonía de colores y texturas; en Portoviejo, ellos mismos enjiran los ingredientes a gusto, personalizando cada bocado como una obra de arte.

¿Y el ají? Cortado finito, bien macuquito, es el toque para disfrutar de un picante que cosquillee. Ya ven; cada ceviche cuenta su historia, dependiendo del lugar donde lo pruebes.

La próxima vez que visites Manabí, atrévete con toda opción y deja que los secretos de las manos expertas de las cevicherías te lleven al corazón del mar.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 600 g de pescado wahoo, semi congelado 
  • 4 cdas de cebolla colorada en cuadritos pequeños
  • 1 cda de pimiento verde en cuadros pequeños (opcional)
  • 4 cdas de tomate cortado en cubitos
  • 1 cda de cilantro recién picado
  • 125 ml de zumo de limón
  • 100 ml de agua fría
  • Sal y pimienta al gusto
  • Chifles o patacones para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Limpiar el pescado, filetear y cortar en cubos medianos.
  • Encurtir el pescado en sal, limón, pimienta y reservar por dos horas (opcional).
  • Una vez encurtido ir agregando agua fría para corregir el nivel de acidez.
  • Colocar la preparación con una cantidad generosa de jugo en una cevichera y agregar los vegetales en el centro, coronando la preparación con un poco de cilantro.
  • Servir acompañado de aguacate, chifles o patacones.

Tiempo de preparación:

35 Minutos.

Técnicas:

Varias (ancestral, tradicional, innovación)

Caldo de gallina

Un sabor con carácter propio

En el cerro La Mona está la comunidad El Mamey donde cocinar un buen caldo de gallina es tradición montuvia. Este plato no conoce de horarios ni de fechas en el calendario.

La preparación es un ritual. La yuca no debe compartir el mismo espacio con la gallina en la olla. Se cocina aparte, pues dice el secreto que su presencia en el caldo es como ladrón que roba el sabor y deja al caldo sin su esencia. Solo las más sabias conocen y lo han transmitido a través del tiempo.

La gallina tiene su carácter. Si es joven, no se hace esperar mucho en la olla; pero si ya lleva años corriendo por el patio, se toma su tiempo, exigiendo jarta paciencia y dedicación, pero vale la pena porque es sabido el dicho “gallina vieja da buen caldo”.
Mientras el caldo va tomando cuerpo y sabor, caprichoso como es, no se puede dejar de chapear porque mientras se va reduciendo, hay que añadir agua con cuidado para que no se vuelva salado.

El toque final lo pone quien está a cargo, con mano experta y bien puesto asunto, agrega un cogollo de orégano que le da al caldo un sabor especial.

Con precisión casi artística, se pica finamente cebollín, cilantro y hierbabuena, y se esparce sobre el plato, justo antes de servirlo. Ni antes ni después. Este último toque realza el sabor y perfuma el caldo, con un aroma que va por todas las endijas.

Aunque simple en apariencia, guarda en su preparación el alma de la chacra manaba. Con variaciones y versiones propias según qué Zambrano o Cedeño lo haga, este caldo alimenta el cuerpo, hace lo propio con el espíritu, desde la sencillez de la vida cotidiana, con tradición e identidad. Y eso se sabe solo después de probarlo y si está bueno, hasta chigualos inspira.

INGREDIENTES (Para 8 a 10 personas):

  • 1 gallina criolla
  • 1 cebolla colorada
  • 1 pimiento
  • 1 rama de cebolla blanca
  • 6 ramas de cebollín
  • 2 tza de yuca cortada previamente cocida
  • 4 hojas de hierbabuena
  • 4 hojitas de oreganón y oreganito.
  • 10 ramas de cilantro
  • 6 ramas de cilantro de pozo/chillangua
  • 1 cda de aliño de la abuela
  • 5 dientes de ajo
  • 3 lt de agua
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Limpiar y despresar la gallina.
  • Poner a hervir tres litros de agua. Una vez hirviendo agregar las presas de gallina. Espumar o quitar la cachaza mientras cuece la gallina.
  • Luego, agregar en pedazos grandes para poder retirar después de la cocción, la cebolla blanca, cebolla colorada, ajo, chillangua, cebollín, pimiento, hierbabuena, oreganón y ramas de cilantro.
  • Mantener en cocción un promedio de dos horas o dependiendo de la edad de la gallina hasta conseguir que esté suave.
  • Retirar los vegetales que se pusieron a hervir anteriormente. Comprobar y resaltar todos los sabores.
    Finalmente, para emplatar, agregar la yuca previamente cocida en el plato y sobre ella verter el caldo de gallina. Adornar con un picadillo de hierbas criollas (cebollín, cilantro, oreganón, oreganito y hierbabuena).

Tiempo de preparación:

120 Minutos.

Técnicas:

Tradicional.

Tongas

Legado envuelto en hojas de plátano

Cualquier dolama o cansancio se olvida con este plato de tradición pura, la tonga es un recuerdo envuelto en hojas de plátano que nos remonta a tiempos del boom
cauchero. Nació como una vianda para los cosechadores, con lo que había a mano: hojas de plátano o bijao y una base de jerén, el maíz manabita.

Con una preparación que toma alrededor de dos horas, este plato se cocina a lo largo del año, manteniendo viva una costumbre que valora lo natural y sustentable.

La hoja de plátano es el envoltorio y aporta levaduras probióticas que se activan con el calor y el contacto con los ingredientes, creando un sabor inigualable.

Aunque los tiempos han cambiado, la tonga mantiene su esencia: envuelve proteínas y carbohidratos, acompañados del gordito de maní. Alguna vez fue el sustento de los trabajadores rurales, hoy es un símbolo de la cocina montuvia.

Si buscas la auténtica experiencia de la tonga pata amarilla, los destinos obligados son el sector Pai Pai antes de llegar a La Estancilla, en Tosagua; las Jaguas de Rocafuerte y Rambuche, en Jama.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

Tonga de costilla:

  • 2 lbs de costillas de res}
  • 1 tza de sofrito madre
  • 3 1/2 cdas de adobo manaba/aliño de la abuela
  • 3 tza de agua
  • 6 1/2 cdas de vinagre de guineo (revisar receta)
  • 8 cdas de gordo de maní
  • 6 cdas de jerén de maíz
  • 4 cdas de cilantro picado
  • 4 tza de arroz manaba (revisar receta)
  • 2 maduros
  • 4 hojas de plátano (enteras)
  • sal al gusto

Tonga de longaniza:

  • 2 lbs de longaniza
  • 1 tza de sofrito madre
  • 5 cdas de adobo manaba/aliño de la abuela
  • 2 tza de agua
  • 8 cdas de gordo de maní
  • 6 cdas de jerén de maíz
  • 4 cdas de cilantro picado
  • 2 cdta de orégano seco
  • 4 tza de arroz manaba (revisar receta)
  • 2 maduros
  • 4 hojas de plátano (enteras)
  • sal al gusto

Tonga de camarón de río:

  • 2 lbs de camarón de río
  • 1 tza de sofrito madre
  • 5 cdas de adobo manaba/aliño de la abuela
  • 2 tza de agua
  • 8 cdas de gordo de maní
  • 6 cda de jerén de maíz
  • 4 cdas de cilantro picado
  • 4 tza de arroz manaba (revisar receta)
  • 2 maduros
  • 4 hojas de plátano (enteras)
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

Para tonga de costilla:

  • Limpiar las costillas.
  • Para la salmuera, mezclar vinagre, adobo, sal y agua. Sumergir las costillas durante una hora aproximadamente.
  • En una olla, calentar el sofrito madre, sellar las costillas, añadir una parte de la salmuera y cubrir con agua. Cocinar hasta que las costillas estén suaves.
  • Para la tonga: En una hoja de plátano, colocar una porción de arroz. En el centro del arroz, añadir el gordo de maní con jugo de estofado. Cubrir y sellar con jerén.
  • Agregar las costillas y el maduro frito. Cerrar la tonga y llevar al horno manabita a fuego lento por veinte minutos, para que sus sabores se amalgamen. Servir luego de este proceso.

Para tonga de longaniza:

  • Cortar la longaniza en trozos, freír y dorar en un sartén. Reservar.
  • En una olla, calentar el sofrito madre, agregar la longaniza, añadir el adobo manabita y cubrir con agua. Cocinar de veinte a treinta minutos. Agregar el orégano seco y el cilantro.
  • Para la tonga: En la hoja de plátano, colocar una porción de arroz manabita. En el centro del arroz, añadir el jerén de maíz y luego el gordo de maní con jugo de estofado y la longaniza, cilantro picado y maduro frito. Cerrar y amarrar con zapán (corteza del tallo del plátano).
  • Llevar al horno manabita a fuego lento por veinte minutos. Servir.

Para tonga de camarón de río:

  • Limpiar los camarones.
  • Sazonar los camarones con el adobo, sal, limón durante veinte minutos aproximadamente.
  • En una olla, calentar el sofrito madre, sellar los camaro nes y cubrir con agua.
  • Para la tonga: En una hoja de plátano, colocar una porción de arroz. En el centro del arroz añadir el gordo de maní con jugo de estofado. Cubrir y sellar con jerén.
  • Agregar los camarones y el maduro frito. Cerrar la tonga y llevar al horno manabita a fuego lento por veinte minutos. Servir.

Tiempo de preparación:

120 Minutos.

Técnica:

Tradicional.

Encebollado

Todos quieren hacerse cargo

Ancestralmente en Manabí, el encebollado fue un plato de caldo transparente que tomó color y otras bondades con el tiempo.

El encebollado es como ese hijo del que todos quieren hacerse cargo, un verdadero tesoro culinario que, donde se pruebe, siempre se luce con sus particularidades. Es un plato que se pre- para todo el año, pero su historia y sabor trascienden fronteras y generaciones. Dicen que este invento es mejor que la penicilina, porque no hay mal que un buen encebollado no cure: desde la resaca más feroz hasta el corazón roto, este plato lo resuelve todo. Con su caldo robusto, trozos de pescado fresco, yucas tiernas,

y esa cebolla encurtida que le da el toque mágico, cada cucharada es un viaje que reconforta con ese sabor auténtico que abraza el alma y llena de nostalgia.

El encebollado es una celebración de lo nuestro y que ha conquistado generaciones.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 2 lbs de albacora entera fresca
  • 250 g de cebolla colorada
  • 2 lbs de yuca
  • 100 g de pimiento rojo
  • 15 g de cilantro
  • 4 tza de fondo de pescado
  • 3 cdas de zumo de limón
  • sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Realizar un fondo de pescado con cebolla colorada, pimiento y cilantro. Cocinar y dejar reducir.
  • Incorporar la yuca y condimentar con sal y pimienta.
  • Lavar la albacora y cortarla en rectángulos grandes.
  • Llevar a cocción durante diez minutos en el fondo realizado anteriormente.
  • Cortar las cebollas en juliana y curtirlas con limón y sal.
  • Emplatar agregando las cebollas encurtidas y el cilantro finamente picado.
  • Acompañar con chifles, pan o rosquitas de Montecristi.
  • Colocar la preparación con una cantidad generosa de jugo en una cevichera y agregar los vegetales en el centro, coronando la preparación con un poco de cilantro.
  • Servir acompañado de aguacate, chifles o patacones.

Tiempo de preparación:

90 Minutos.

Técnicas:

Tradicional

Corviche

Más que un simple bocadillo

Que por qué se llama corviche? Dice la sabiduría po- pular que es por ser una masa encorvada. Lo cierto es que es riquijijijimo y se ha vuelto más que un simple bocadillo: es un emblema de la identidad. Nació en La Estancilla, una parroquia en Tosagua, y desde allí se desplazó hacia todos los puntos cardinales de la provincia.

Fue llevado por los caminos polvorientos hasta Cascol, al sur, donde se convirtió en una parada obligatoria para los turistas y es ahora uno de los corviches más célebres de Manabí. ¡Allí no hay escapatoria, un corviche es una promesa de felicidad!
De la familia de los ‘iches’, ha atravesado generaciones y se ha adaptado al tiempo. Las abuelas cuentan que, en sus inicios, la masa era de maíz y maní, finamente moldeada y sin relleno, cocida en hornos de leña hasta alcanzar una delgadez crujiente que arrancaba suspiros.

Pero como toda buena historia, el corviche también evolucionó. El maíz cedió su lugar al plátano dominico y el queso y pescado se convirtieron en los nuevos guardianes de su interior.

Para un manabita, probar un corviche es como volver a casa a escuchar el susurro de las abuelas.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1/2 lb de pescado
  • 450 g o 3 plátanos dominicos
  • 325 g de maní molido
  • 1 cebolla picada en cuadritos
  • 1/2 pimiento picado
  • 1 pizca de comino y orégano molido
  • 2 cdas de cilantro picado
  • 1/2 tza de achiote
    aceite para freír
  • jo machacado al gusto y sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Rallar el plátano, agregar un chorro de achiote y amasarlo.
  • Hacer un refrito con cebolla, pimiento, ajo, sal, achiote, agregar una pizca de comino y orégano molido (apartar un poco del refrito para el relleno).
  • Agregar el refrito, junto con el maní molido al plátano rallado y amasar muy bien.
  • Cortar el pescado en tiras como dedos, freír junto con el refrito apartado con maní diluido en un poco de agua.
  • Cuando esté listo el pescado proceder a rellenar los corviches.
  • Dividir la masa en partes iguales y colocamos un poco en nuestra mano, extendemos la masa para poder rellenar con el pescado.
  • Empezar a dar forma de corviche (con puntas como un óvalo).
  • En un sartén, con abundante aceite previamente calentado a llama alta, colocar y nivelar temperatura para que se frían parejos por unos diez minutos (el tiempo de cocción dependerá del tamaño del corviche). También se pueden llevar al horno.

Tiempo de preparación:

30 Minutos.

Técnicas:

Ancestral y tradicional.

Empanadas de verde con relleno a escoger

Cada mordisco es glorioso

Las empanadas de Manabí son un bocadito con una tradición que se ha mantenido viva a lo largo de generaciones.

Los rellenos van desde queso hasta mariscos, y con la masa hecha del plátano dominico de la vega del río, cada mordisco es glorioso. La clave está en una buena amasada y en estirarla finamente para que quede delicada y lista para freír. La empanada estará crujiente y sabrosa.

Su popularidad creció en la década de los 60 y 70, con la construcción de la represa Poza Honda, que se convirtió en un atractivo más para quienes visitaban balnearios y ríos cercanos.

 Familias como la de María García, quien lleva 45 años en el negocio tras aprender de su madre y de su suegra, han encontrado en las empanadas una fuente de sustento y orgullo. Estos antojitos no faltan en los eventos sociales y culturales y son otro símbolo de la riqueza culinaria manabita que comemos hasta jartarnos.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

Masa de empanadas:

  • 8 plátanos
  • agua cantidad necesaria
  • sal al gusto

Relleno de queso:

  • 1/2 lb de queso manaba

  • 400 ml de agua

  • cilantro (opcional)

Relleno de carne:

  • 1 lb de carne de res

  • 1 plátano verde

  • 1/4 tza de cebolla colorada picada

  • 1/4 tza de pimiento verde picado

  • 2 dientes de ajo pelados y machacados

  • 2 cdas de achiote en aceite

  • 400 ml de agua

  • cilantro finamente picado al gusto

  • sal, pimienta y comino al gusto

Relleno de pollo:

  • 1 lb de pollo

  • 1 plátano

  • 1/4 tza de cebolla colorada picada

  • 1/4 tza de pimiento verde picado

  • 2 dientes de ajo pelados y machacados

  • 2 cdas de achiote en aceite

  • 400 ml de agua

  • cilantro finamente picado al gusto

  • sal, pimienta y comino al gusto

Relleno de longaniza:

  • 1 lb de longaniza
  • 1 plátano verde
  • 1/4 tza de cebolla colorada picada
  • 1/4 tza de pimiento verde picado
  • 2 dientes de ajo pelados y machacados
  • 2 cdas de achiote en aceite
  • 400 ml de agua

  • cilantro finamente picado al gusto

  • sal, pimienta y comino al gusto

  •  

MODO DE PREPARACIÓN:

Para el relleno de queso:

  • Queso manaba en láminas o rallado y cilantro finamente picado (opcional y al gusto).

Para el relleno de pollo:

  • Hacer un refrito con la cebolla, pimiento, ajo, achiote y comino; incorporar el pollo previamente troceado y sazona- do, dejar cocinar por diez minutos; agregar el agua más el plátano pelado y troceado y, cuando esté cocido y blando, retirar y moler/majar; luego sacar el pollo y mecharlo. Cuando esté todo listo incorporar a la cocción anterior, dejar reducir hasta que se forme una sopa homogénea; finalizar con cilantro y reservar.

Para el relleno de carne:

  • Hacer un refrito con la cebolla, pimiento, ajo, achiote y comino; incorporar la carne previamente picada y sazonada, dejar cocinar por diez minutos; agregar el agua más el plátano pelado y troceado y, cuando esté cocido y blando, retirar y moler/majar. Dejar reducir hasta que se forme una sopa homogénea; finalizar con cilantro y reservar.

Para el relleno de longaniza:

  • Cortar la longaniza en rebanadas y desgrasar. Hacer un refrito con la cebolla, pimiento, ajo, achiote y comino; incorporar la longaniza y dejar cocinar por diez minutos; agregar el agua más el plátano pelado y troceado y, cuando esté cocido y blando, retirar y moler/majar. Dejar reducir hasta que se forme una sopa homogénea; finalizar con cilantro y reservar.

Tiempo de preparación:

120 Minutos.

Técnica:

Tradicional.

Tortillas de maíz

Un llamado irresistible desde los tenderetes

En los caminos de Sancán, no hay quien se resista a una buena tortilla de maíz, esa que te llama desde los tenderetes al borde de la carretera, como un canto que no puedes ignorar.

Dicen que se hace desde los años 1.700 y nadie puede pasar por Jipijapa sin detenerse a probarlas. En sus inicios, estas tortillas eran tan planas como los chistes del abuelo y que no tenían relleno. Pero, con los años, alguien tuvo la brillante idea de meterles queso o chicharrón, y ¡boom! Nació una delicia que hace suspirar hasta al más serio.

El maíz seco tiene que ser cocinado y rallado con esmero, y si alguna pepita se escapa, no hay problema: se muele. La suavidad perfecta de estas tortillas depende del toque exacto de mantequilla, manteca y huevo, como una fórmula de nuestras abuelas.

Este antojo se acompaña de un café pasado o de olla, convirtiéndose en la merienda o desayuno perfecto.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1/2 de queso o chicharrón

  • 1 lb de maíz rallado y molido

  • 1 cda de mantequilla}

  • 1 cda de manteca de chancho derretida

  • 1/2 cda de sal

  • 1 huevo

  • 1/2 tza de agua o leche

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Mezclar el maíz rallado y molido con el huevo, mantequilla, manteca derretida y sal.

  • Empezar a amasar. Si la consistencia está muy seca, agregar agua o leche.

  • Una vez que está lista la masa, hacer las tortillas y rellenar con queso o chicharrón.

  • Finalmente, llevar al horno de leña caliente por quince minutos. Servir.

Tiempo de preparación:

60 Minutos.

Técnica:

Tradicional

Bollo de chancho

El horno manabita hace la diferencia

En el pintoresco barrio Imbabura, en Jipijapa, el aroma del bollo de chancho identifica la cocina de la familia Ayón durante generaciones. Este plato exige paciencia y dedicación. El maní rosita o rojo, una variedad poco conocida pero esencial, le da su característico toque. Para el azocado hay que seguir la técnica ancestral que no permite error. Y su cocción se prolonga por diez horas en el horno de leña.

Doña Margarita Ayón, a sus 85 años, sigue siendo la matriarca que, con manos expertas, prepara estos bollos una vez a la se- mana. Cada uno es una obra de arte.

Los descendientes de la familia han heredado la receta y el espíritu emprendedor que ha permitido que este legado culinario se mantenga vivo y brinde sustento a quienes lo continúan. Cada bocado es un tributo a la perseverancia y a conservar y compartir los sabores auténticos que han dado sustento y alegría a estas familias manabitas a lo largo del tiempo.

Rinde para 20 bollos familiares

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 5 lbs de carne de chancho

  • 2 lbs de cuero de chancho

  • 1 lb de manteca de chancho

  • 1 lb de manteca vegetal

  • 20 lbs de plátano rallado (2 racimos de verde)

  • 10 lbs de maní tostado y molido

  • 4 onzas de pasta de achiote

  • 1 atado de cebolla blanca

  • 10 hojas de cilantro de pozo/chillangua

  • 1 atado de cilantro o hierbita

  • 5 pimientos verdes

  • 5 lt de agua

  • hojas de plátano

  • sal, pimienta, comino y orégano al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Pelar y rallar el plátano.

  • Para la masa agregar en una paila, el plátano rallado, el maní tostado y molido, achiote y el sofrito (sofreír cebolla blanca, con pimiento verde picado en manteca de chancho con achiote).

  • Luego picar cilantro de pozo, hierbita y mezclar con la masa.

  • Amasar y diluir con agua y agregar sal, pimienta, comino y orégano al gusto.

  • A su vez, para el relleno del bollo, cortar la carne y los cueritos de chancho, aliñarlos con sal, pimienta y comino y reservar hasta el momento de armar el bollo.

Armado del bollo:

  • Colocar varias capas de hojas de plátanos soasadas sobre un plato.
  • Luego, poner la masa y sobre ella distribuir la carne y     los cueritos.
  • Después, envolver y amarrar.
  • Llevar a cocción al horno de leña precalentado, cubrir con cáscaras y hojas de plátano para mantener el calor. Sobre ellos, tapar el horno con leña encima. Hornear por diez horas o toda la noche.

 

Nota: En Manabí es tradicional el bollo de chancho familiar, aunque existen sectores en los que se preparan bollos personales como en La Estancilla del cantón Tosagua; en Canuto del cantón Chone o en el cantón Flavio Alfaro.

Tiempo de preparación:

120 minutos (tiempo de cocción, al menos 10 horas).

Técnica:

Tradicional

Ceviche de Pescado

Ceviche de pescado

Rito y orgullo

En Manta, el ceviche es un rito y un orgullo. El picudo reina en cevicherías clásicas, pero en otras, el wahoo es el preferido por su carne firme y el toque grasosito se deshace en la boca y deja un sabor que hace que uno quiera más.

En esta tierra de pescadores y buen comer, el ceviche se prepara con maestría. El secreto está en la técnica. ¡Y vaya técnica! La pieza de pescado debe estar impecablemente limpia, sin rastros de piel o línea de sangre. Y si está jediondo, olvídate, ¡no es digno de un ceviche manaba!

Para servirlo, en Manta, las verduras se presentan coquetamente sobre el pescado curtido; en otros cantones todo se mezcla, como sinfonía de colores y texturas; en Portoviejo, ellos mismos enjiran los ingredientes a gusto, personalizando cada bocado como una obra de arte.

¿Y el ají? Cortado finito, bien macuquito, es el toque para disfrutar de un picante que cosquillee. Ya ven; cada ceviche cuenta su historia, dependiendo del lugar donde lo pruebes.

La próxima vez que visites Manabí, atrévete con toda opción y deja que los secretos de las manos expertas de las cevicherías te lleven al corazón del mar.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 600 g de pescado wahoo, semi congelado 
  • 4 cdas de cebolla colorada en cuadritos pequeños
  • 1 cda de pimiento verde en cuadros pequeños (opcional)
  • 4 cdas de tomate cortado en cubitos
  • 1 cda de cilantro recién picado
  • 125 ml de zumo de limón
  • 100 ml de agua fría
  • Sal y pimienta al gusto
  • Chifles o patacones para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Limpiar el pescado, filetear y cortar en cubos medianos.
  • Encurtir el pescado en sal, limón, pimienta y reservar por dos horas (opcional).
  • Una vez encurtido ir agregando agua fría para corregir el nivel de acidez.
  • Colocar la preparación con una cantidad generosa de jugo en una cevichera y agregar los vegetales en el centro, coronando la preparación con un poco de cilantro.
  • Servir acompañado de aguacate, chifles o patacones.

Tiempo de preparación:

35 Minutos.

Técnicas:

Varias (ancestral, tradicional, innovación)
Viche

Viche

El secreto está en el gordito de maní

En Manabí, el viche es más que un plato. Es la reina de las sopas y tiene hasta un récord Guinness por haber hecho la versión más grande del mundo.

Este potaje nutritivo y restaurador es una tradición reconocida en el Patrimonio del Ecuador. Con olor a mar, tierra y campo, los domingos en las familias, los viernes en los restaurantes (especialmente en Semana Santa), el viche es irreemplazable. Apenas toma una hora en preparar, pero lleva consigo siglos de historia y a pesar de que se hace de muchas maneras, en la comuna Las Gilces se ha revalorizado como bien patrimonial y atractivo turístico clave. El secreto reside en el gordito de maní, salsa espesa que acoge amorosamente a cada ingrediente. Entre ellos destaca la achogcha, una especie de pepino pequeño, con un sabor suave, casi herbal, que se cocina lentamente junto a la yuca, el plátano, el choclo y una variedad de mariscos que le dan al viche su identidad. Tradicionalmente hecho con pescado, hoy lo encontramos con camarones, langostinos y otros mariscos, adaptándose a gustos y preferencias. Es tan versátil que, si alguna verdura falta, siempre hay otra que toma la posta. Es cuestión de ingenio, ese ingenio manabita que sabe transformar lo sencillo en sublime.

La historia cuenta que las abuelas solían llevar el viche en grandes bandejas para venderlo a los trabajadores del campo, que con este caldo espeso quedaban fuertes como el mico para seguir la jornada. De su origen, se cree que los indígenas milenarios encontraron abundancia de pejes, legumbres y verduras, comenzaron a combinar ingredientes con maní y dieron con este plato emblemático. Hoy, el viche es símbolo de resistencia y cohesión social, que se comparte con orgullo y celebra la herencia y tradición.

INGREDIENTES (Para 8 - 10 personas):

  • 2 lbs de albacora sin piel ni huesos
  • 1 lb de camarón con cabeza (opcional)
  • 1 lb de pasta de maní
  • 1/2 lb de habichuela tierna
  • 1/2 lb de fréjol tierno
  • 1/2 lb de zapallo pelado
  • 1/2 lb de camote pelado y en rebanadas
  • 2 maduros medianos pelados y en rebanadas
  • 1/2 lb de yuca pelada y en trozos
  • 2 achogchas cortadas en cubos
  • 2 choclos cortados en rodajas
  • 4 L de agua

Fondo de pescado:

  • 2 lbs de huesos de pescado
  • 1 cebolla colorada cortada en cuartos
  • 2 pimientos verdes cortados en cuartos
  • 6 dientes de ajo machacados y ramas de cilantro

Refrito:

  • 1 cebolla colorada finamente picada
  • 2 pimientos verdes finamente picados
  • 4 dientes de ajo machacados y finamente picados
  • 1 chorrito de aceite de achiote
  • Comino, orégano en polvo, sal y pimienta al gusto

Bolitas de plátano:

  • 2 plátanos pelados y rallados
  • 1/2 cebolla colorada
  • 2 dientes de ajo
  • 2 cdas de pasta de maní
  • 1 chorrito de achiote
  • Sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hacer el fondo de pescado. Reservar.
  • Luego realizar el refrito, agregando el aceite de achiote con los vegetales y sazonar.
  • Agregar el refrito al fondo, y llevarlo al fuego, una vez que rompe el hervor incorporar las habichuelas, fréjol tierno, choclo, maduro, yuca, zapallo y camote, dejar hervir a fuego bajo. Luego, desaguar el maní en un litro de agua y agregar.
  • Para las bolitas de plátano mezclar el plátano rallado con los vegetales, el maní, un chorrito de achiote y la sal y pimienta al gusto. Luego amasar y formar pequeñas bolitas. Se agregan a la cocción.
  • Cuando todo haya hervido, se añade el pescado a la cocción. Una vez listo, se incorporan los camarones y las anchoas. Dejar en el fuego unos minutos más hasta que espese. Rectificar sabores; finalmente, retirar y servir acompañado con arroz y limón.

Tiempo de preparación:

60 Minutos.

Técnicas:

Ancestral y tradicional.
Manabí de mis bolones

Manabí de mis bolones

De plátano asado, de chicharrones, de quesito, de camarones o pulpo…

En Manta, el ceviche es un rito y un orgullo. El picudo reina en cevicherías clásicas, pero en otras, el wahoo es el preferido por su carne firme y el toque grasosito se deshace en la boca y deja un sabor que hace que uno quiera más.

En esta tierra de pescadores y buen comer, el ceviche se prepara con maestría. El secreto está en la técnica. ¡Y vaya técnica! La pieza de pescado debe estar impecablemente limpia, sin rastros de piel o línea de sangre. Y si está jediondo, olvídate, ¡no es digno de un ceviche manaba!

Para servirlo, en Manta, las verduras se presentan coquetamente sobre el pescado curtido; en otros cantones todo se mezcla, como sinfonía de colores y texturas; en Portoviejo, ellos mismos enjiran los ingredientes a gusto, personalizando cada bocado como una obra de arte.

¿Y el ají? Cortado finito, bien macuquito, es el toque para disfrutar de un picante que cosquillee. Ya ven; cada ceviche cuenta su historia, dependiendo del lugar donde lo pruebes.

La próxima vez que visites Manabí, atrévete con toda opción y deja que los secretos de las manos expertas de las cevicherías te lleven al corazón del mar.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 600 g de pescado wahoo, semi congelado 
  • 4 cdas de cebolla colorada en cuadritos pequeños
  • 1 cda de pimiento verde en cuadros pequeños (opcional)
  • 4 cdas de tomate cortado en cubitos
  • 1 cda de cilantro recién picado
  • 125 ml de zumo de limón
  • 100 ml de agua fría
  • Sal y pimienta al gusto
  • Chifles o patacones para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Limpiar el pescado, filetear y cortar en cubos medianos.
  • Encurtir el pescado en sal, limón, pimienta y reservar por dos horas (opcional).
  • Una vez encurtido ir agregando agua fría para corregir el nivel de acidez.
  • Colocar la preparación con una cantidad generosa de jugo en una cevichera y agregar los vegetales en el centro, coronando la preparación con un poco de cilantro.
  • Servir acompañado de aguacate, chifles o patacones.

Tiempo de preparación:

35 Minutos.

Técnicas:

Varias (ancestral, tradicional, innovación)
Caldo de gallina

Caldo de gallina

Un sabor con carácter propio

En el cerro La Mona está la comunidad El Mamey donde cocinar un buen caldo de gallina es tradición montuvia. Este plato no conoce de horarios ni de fechas en el calendario.

La preparación es un ritual. La yuca no debe compartir el mismo espacio con la gallina en la olla. Se cocina aparte, pues dice el secreto que su presencia en el caldo es como ladrón que roba el sabor y deja al caldo sin su esencia. Solo las más sabias conocen y lo han transmitido a través del tiempo.

La gallina tiene su carácter. Si es joven, no se hace esperar mucho en la olla; pero si ya lleva años corriendo por el patio, se toma su tiempo, exigiendo jarta paciencia y dedicación, pero vale la pena porque es sabido el dicho “gallina vieja da buen caldo”.
Mientras el caldo va tomando cuerpo y sabor, caprichoso como es, no se puede dejar de chapear porque mientras se va reduciendo, hay que añadir agua con cuidado para que no se vuelva salado.

El toque final lo pone quien está a cargo, con mano experta y bien puesto asunto, agrega un cogollo de orégano que le da al caldo un sabor especial.

Con precisión casi artística, se pica finamente cebollín, cilantro y hierbabuena, y se esparce sobre el plato, justo antes de servirlo. Ni antes ni después. Este último toque realza el sabor y perfuma el caldo, con un aroma que va por todas las endijas.

Aunque simple en apariencia, guarda en su preparación el alma de la chacra manaba. Con variaciones y versiones propias según qué Zambrano o Cedeño lo haga, este caldo alimenta el cuerpo, hace lo propio con el espíritu, desde la sencillez de la vida cotidiana, con tradición e identidad. Y eso se sabe solo después de probarlo y si está bueno, hasta chigualos inspira.

INGREDIENTES (Para 8 a 10 personas):

  • 1 gallina criolla
  • 1 cebolla colorada
  • 1 pimiento
  • 1 rama de cebolla blanca
  • 6 ramas de cebollín
  • 2 tza de yuca cortada previamente cocida
  • 4 hojas de hierbabuena
  • 4 hojitas de oreganón y oreganito.
  • 10 ramas de cilantro
  • 6 ramas de cilantro de pozo/chillangua
  • 1 cda de aliño de la abuela
  • 5 dientes de ajo
  • 3 lt de agua
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Limpiar y despresar la gallina.
  • Poner a hervir tres litros de agua. Una vez hirviendo agregar las presas de gallina. Espumar o quitar la cachaza mientras cuece la gallina.
  • Luego, agregar en pedazos grandes para poder retirar después de la cocción, la cebolla blanca, cebolla colorada, ajo, chillangua, cebollín, pimiento, hierbabuena, oreganón y ramas de cilantro.
  • Mantener en cocción un promedio de dos horas o dependiendo de la edad de la gallina hasta conseguir que esté suave.
  • Retirar los vegetales que se pusieron a hervir anteriormente. Comprobar y resaltar todos los sabores.
    Finalmente, para emplatar, agregar la yuca previamente cocida en el plato y sobre ella verter el caldo de gallina. Adornar con un picadillo de hierbas criollas (cebollín, cilantro, oreganón, oreganito y hierbabuena).

Tiempo de preparación:

120 Minutos.

Técnicas:

Tradicional.
Tongas

Tongas

Legado envuelto en hojas de plátano

Cualquier dolama o cansancio se olvida con este plato de tradición pura, la tonga es un recuerdo envuelto en hojas de plátano que nos remonta a tiempos del boom
cauchero. Nació como una vianda para los cosechadores, con lo que había a mano: hojas de plátano o bijao y una base de jerén, el maíz manabita.

Con una preparación que toma alrededor de dos horas, este plato se cocina a lo largo del año, manteniendo viva una costumbre que valora lo natural y sustentable.

La hoja de plátano es el envoltorio y aporta levaduras probióticas que se activan con el calor y el contacto con los ingredientes, creando un sabor inigualable.

Aunque los tiempos han cambiado, la tonga mantiene su esencia: envuelve proteínas y carbohidratos, acompañados del gordito de maní. Alguna vez fue el sustento de los trabajadores rurales, hoy es un símbolo de la cocina montuvia.

Si buscas la auténtica experiencia de la tonga pata amarilla, los destinos obligados son el sector Pai Pai antes de llegar a La Estancilla, en Tosagua; las Jaguas de Rocafuerte y Rambuche, en Jama.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

Tonga de costilla:

  • 2 lbs de costillas de res}
  • 1 tza de sofrito madre
  • 3 1/2 cdas de adobo manaba/aliño de la abuela
  • 3 tza de agua
  • 6 1/2 cdas de vinagre de guineo (revisar receta)
  • 8 cdas de gordo de maní
  • 6 cdas de jerén de maíz
  • 4 cdas de cilantro picado
  • 4 tza de arroz manaba (revisar receta)
  • 2 maduros
  • 4 hojas de plátano (enteras)
  • sal al gusto

Tonga de longaniza:

  • 2 lbs de longaniza
  • 1 tza de sofrito madre
  • 5 cdas de adobo manaba/aliño de la abuela
  • 2 tza de agua
  • 8 cdas de gordo de maní
  • 6 cdas de jerén de maíz
  • 4 cdas de cilantro picado
  • 2 cdta de orégano seco
  • 4 tza de arroz manaba (revisar receta)
  • 2 maduros
  • 4 hojas de plátano (enteras)
  • sal al gusto

Tonga de camarón de río:

  • 2 lbs de camarón de río
  • 1 tza de sofrito madre
  • 5 cdas de adobo manaba/aliño de la abuela
  • 2 tza de agua
  • 8 cdas de gordo de maní
  • 6 cda de jerén de maíz
  • 4 cdas de cilantro picado
  • 4 tza de arroz manaba (revisar receta)
  • 2 maduros
  • 4 hojas de plátano (enteras)
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

Para tonga de costilla:

  • Limpiar las costillas.
  • Para la salmuera, mezclar vinagre, adobo, sal y agua. Sumergir las costillas durante una hora aproximadamente.
  • En una olla, calentar el sofrito madre, sellar las costillas, añadir una parte de la salmuera y cubrir con agua. Cocinar hasta que las costillas estén suaves.
  • Para la tonga: En una hoja de plátano, colocar una porción de arroz. En el centro del arroz, añadir el gordo de maní con jugo de estofado. Cubrir y sellar con jerén.
  • Agregar las costillas y el maduro frito. Cerrar la tonga y llevar al horno manabita a fuego lento por veinte minutos, para que sus sabores se amalgamen. Servir luego de este proceso.

Para tonga de longaniza:

  • Cortar la longaniza en trozos, freír y dorar en un sartén. Reservar.
  • En una olla, calentar el sofrito madre, agregar la longaniza, añadir el adobo manabita y cubrir con agua. Cocinar de veinte a treinta minutos. Agregar el orégano seco y el cilantro.
  • Para la tonga: En la hoja de plátano, colocar una porción de arroz manabita. En el centro del arroz, añadir el jerén de maíz y luego el gordo de maní con jugo de estofado y la longaniza, cilantro picado y maduro frito. Cerrar y amarrar con zapán (corteza del tallo del plátano).
  • Llevar al horno manabita a fuego lento por veinte minutos. Servir.

Para tonga de camarón de río:

  • Limpiar los camarones.
  • Sazonar los camarones con el adobo, sal, limón durante veinte minutos aproximadamente.
  • En una olla, calentar el sofrito madre, sellar los camaro nes y cubrir con agua.
  • Para la tonga: En una hoja de plátano, colocar una porción de arroz. En el centro del arroz añadir el gordo de maní con jugo de estofado. Cubrir y sellar con jerén.
  • Agregar los camarones y el maduro frito. Cerrar la tonga y llevar al horno manabita a fuego lento por veinte minutos. Servir.

Tiempo de preparación:

120 Minutos.

Técnica:

Tradicional.

Encebollado

Encebollado

Todos quieren hacerse cargo

Ancestralmente en Manabí, el encebollado fue un plato de caldo transparente que tomó color y otras bondades con el tiempo.

El encebollado es como ese hijo del que todos quieren hacerse cargo, un verdadero tesoro culinario que, donde se pruebe, siempre se luce con sus particularidades. Es un plato que se pre- para todo el año, pero su historia y sabor trascienden fronteras y generaciones. Dicen que este invento es mejor que la penicilina, porque no hay mal que un buen encebollado no cure: desde la resaca más feroz hasta el corazón roto, este plato lo resuelve todo. Con su caldo robusto, trozos de pescado fresco, yucas tiernas,

y esa cebolla encurtida que le da el toque mágico, cada cucharada es un viaje que reconforta con ese sabor auténtico que abraza el alma y llena de nostalgia.

El encebollado es una celebración de lo nuestro y que ha conquistado generaciones.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 2 lbs de albacora entera fresca
  • 250 g de cebolla colorada
  • 2 lbs de yuca
  • 100 g de pimiento rojo
  • 15 g de cilantro
  • 4 tza de fondo de pescado
  • 3 cdas de zumo de limón
  • sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Realizar un fondo de pescado con cebolla colorada, pimiento y cilantro. Cocinar y dejar reducir.
  • Incorporar la yuca y condimentar con sal y pimienta.
  • Lavar la albacora y cortarla en rectángulos grandes.
  • Llevar a cocción durante diez minutos en el fondo realizado anteriormente.
  • Cortar las cebollas en juliana y curtirlas con limón y sal.
  • Emplatar agregando las cebollas encurtidas y el cilantro finamente picado.
  • Acompañar con chifles, pan o rosquitas de Montecristi.
  • Colocar la preparación con una cantidad generosa de jugo en una cevichera y agregar los vegetales en el centro, coronando la preparación con un poco de cilantro.
  • Servir acompañado de aguacate, chifles o patacones.

Tiempo de preparación:

90 Minutos.

Técnicas:

Tradicional

Corviche

Corviche

Más que un simple bocadillo

Que por qué se llama corviche? Dice la sabiduría po- pular que es por ser una masa encorvada. Lo cierto es que es riquijijijimo y se ha vuelto más que un simple bocadillo: es un emblema de la identidad. Nació en La Estancilla, una parroquia en Tosagua, y desde allí se desplazó hacia todos los puntos cardinales de la provincia.

Fue llevado por los caminos polvorientos hasta Cascol, al sur, donde se convirtió en una parada obligatoria para los turistas y es ahora uno de los corviches más célebres de Manabí. ¡Allí no hay escapatoria, un corviche es una promesa de felicidad!
De la familia de los ‘iches’, ha atravesado generaciones y se ha adaptado al tiempo. Las abuelas cuentan que, en sus inicios, la masa era de maíz y maní, finamente moldeada y sin relleno, cocida en hornos de leña hasta alcanzar una delgadez crujiente que arrancaba suspiros.

Pero como toda buena historia, el corviche también evolucionó. El maíz cedió su lugar al plátano dominico y el queso y pescado se convirtieron en los nuevos guardianes de su interior.

Para un manabita, probar un corviche es como volver a casa a escuchar el susurro de las abuelas.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1/2 lb de pescado
  • 450 g o 3 plátanos dominicos
  • 325 g de maní molido
  • 1 cebolla picada en cuadritos
  • 1/2 pimiento picado
  • 1 pizca de comino y orégano molido
  • 2 cdas de cilantro picado
  • 1/2 tza de achiote
    aceite para freír
  • jo machacado al gusto y sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Rallar el plátano, agregar un chorro de achiote y amasarlo.
  • Hacer un refrito con cebolla, pimiento, ajo, sal, achiote, agregar una pizca de comino y orégano molido (apartar un poco del refrito para el relleno).
  • Agregar el refrito, junto con el maní molido al plátano rallado y amasar muy bien.
  • Cortar el pescado en tiras como dedos, freír junto con el refrito apartado con maní diluido en un poco de agua.
  • Cuando esté listo el pescado proceder a rellenar los corviches.
  • Dividir la masa en partes iguales y colocamos un poco en nuestra mano, extendemos la masa para poder rellenar con el pescado.
  • Empezar a dar forma de corviche (con puntas como un óvalo).
  • En un sartén, con abundante aceite previamente calentado a llama alta, colocar y nivelar temperatura para que se frían parejos por unos diez minutos (el tiempo de cocción dependerá del tamaño del corviche). También se pueden llevar al horno.

Tiempo de preparación:

30 Minutos.

Técnicas:

Ancestral y tradicional.
Empanadas de verde

Empanadas de verde con relleno a escoger

Cada mordisco es glorioso

Las empanadas de Manabí son un bocadito con una tradición que se ha mantenido viva a lo largo de generaciones.

Los rellenos van desde queso hasta mariscos, y con la masa hecha del plátano dominico de la vega del río, cada mordisco es glorioso. La clave está en una buena amasada y en estirarla finamente para que quede delicada y lista para freír. La empanada estará crujiente y sabrosa.

Su popularidad creció en la década de los 60 y 70, con la construcción de la represa Poza Honda, que se convirtió en un atractivo más para quienes visitaban balnearios y ríos cercanos.

 Familias como la de María García, quien lleva 45 años en el negocio tras aprender de su madre y de su suegra, han encontrado en las empanadas una fuente de sustento y orgullo. Estos antojitos no faltan en los eventos sociales y culturales y son otro símbolo de la riqueza culinaria manabita que comemos hasta jartarnos.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

Masa de empanadas:

  • 8 plátanos
  • agua cantidad necesaria
  • sal al gusto

Relleno de queso:

  • 1/2 lb de queso manaba

  • 400 ml de agua

  • cilantro (opcional)

Relleno de carne:

  • 1 lb de carne de res

  • 1 plátano verde

  • 1/4 tza de cebolla colorada picada

  • 1/4 tza de pimiento verde picado

  • 2 dientes de ajo pelados y machacados

  • 2 cdas de achiote en aceite

  • 400 ml de agua

  • cilantro finamente picado al gusto

  • sal, pimienta y comino al gusto

Relleno de pollo:

  • 1 lb de pollo

  • 1 plátano

  • 1/4 tza de cebolla colorada picada

  • 1/4 tza de pimiento verde picado

  • 2 dientes de ajo pelados y machacados

  • 2 cdas de achiote en aceite

  • 400 ml de agua

  • cilantro finamente picado al gusto

  • sal, pimienta y comino al gusto

Relleno de longaniza:

  • 1 lb de longaniza
  • 1 plátano verde
  • 1/4 tza de cebolla colorada picada
  • 1/4 tza de pimiento verde picado
  • 2 dientes de ajo pelados y machacados
  • 2 cdas de achiote en aceite
  • 400 ml de agua

  • cilantro finamente picado al gusto

  • sal, pimienta y comino al gusto

  •  

MODO DE PREPARACIÓN:

Para el relleno de queso:

  • Queso manaba en láminas o rallado y cilantro finamente picado (opcional y al gusto).

Para el relleno de pollo:

  • Hacer un refrito con la cebolla, pimiento, ajo, achiote y comino; incorporar el pollo previamente troceado y sazona- do, dejar cocinar por diez minutos; agregar el agua más el plátano pelado y troceado y, cuando esté cocido y blando, retirar y moler/majar; luego sacar el pollo y mecharlo. Cuando esté todo listo incorporar a la cocción anterior, dejar reducir hasta que se forme una sopa homogénea; finalizar con cilantro y reservar.

Para el relleno de carne:

  • Hacer un refrito con la cebolla, pimiento, ajo, achiote y comino; incorporar la carne previamente picada y sazonada, dejar cocinar por diez minutos; agregar el agua más el plátano pelado y troceado y, cuando esté cocido y blando, retirar y moler/majar. Dejar reducir hasta que se forme una sopa homogénea; finalizar con cilantro y reservar.

Para el relleno de longaniza:

  • Cortar la longaniza en rebanadas y desgrasar. Hacer un refrito con la cebolla, pimiento, ajo, achiote y comino; incorporar la longaniza y dejar cocinar por diez minutos; agregar el agua más el plátano pelado y troceado y, cuando esté cocido y blando, retirar y moler/majar. Dejar reducir hasta que se forme una sopa homogénea; finalizar con cilantro y reservar.

Tiempo de preparación:

120 Minutos.

Técnica:

Tradicional.

Tortillas de maíz

Tortillas de maíz

Un llamado irresistible desde los tenderetes

En los caminos de Sancán, no hay quien se resista a una buena tortilla de maíz, esa que te llama desde los tenderetes al borde de la carretera, como un canto que no puedes ignorar.

Dicen que se hace desde los años 1.700 y nadie puede pasar por Jipijapa sin detenerse a probarlas. En sus inicios, estas tortillas eran tan planas como los chistes del abuelo y que no tenían relleno. Pero, con los años, alguien tuvo la brillante idea de meterles queso o chicharrón, y ¡boom! Nació una delicia que hace suspirar hasta al más serio.

El maíz seco tiene que ser cocinado y rallado con esmero, y si alguna pepita se escapa, no hay problema: se muele. La suavidad perfecta de estas tortillas depende del toque exacto de mantequilla, manteca y huevo, como una fórmula de nuestras abuelas.

Este antojo se acompaña de un café pasado o de olla, convirtiéndose en la merienda o desayuno perfecto.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1/2 de queso o chicharrón

  • 1 lb de maíz rallado y molido

  • 1 cda de mantequilla}

  • 1 cda de manteca de chancho derretida

  • 1/2 cda de sal

  • 1 huevo

  • 1/2 tza de agua o leche

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Mezclar el maíz rallado y molido con el huevo, mantequilla, manteca derretida y sal.

  • Empezar a amasar. Si la consistencia está muy seca, agregar agua o leche.

  • Una vez que está lista la masa, hacer las tortillas y rellenar con queso o chicharrón.

  • Finalmente, llevar al horno de leña caliente por quince minutos. Servir.

Tiempo de preparación:

60 Minutos.

Técnica:

Tradicional

Bollo de chancho

Bollo de chancho

El horno manabita hace la diferencia

En el pintoresco barrio Imbabura, en Jipijapa, el aroma del bollo de chancho identifica la cocina de la familia Ayón durante generaciones. Este plato exige paciencia y dedicación. El maní rosita o rojo, una variedad poco conocida pero esencial, le da su característico toque. Para el azocado hay que seguir la técnica ancestral que no permite error. Y su cocción se prolonga por diez horas en el horno de leña.

Doña Margarita Ayón, a sus 85 años, sigue siendo la matriarca que, con manos expertas, prepara estos bollos una vez a la se- mana. Cada uno es una obra de arte.

Los descendientes de la familia han heredado la receta y el espíritu emprendedor que ha permitido que este legado culinario se mantenga vivo y brinde sustento a quienes lo continúan. Cada bocado es un tributo a la perseverancia y a conservar y compartir los sabores auténticos que han dado sustento y alegría a estas familias manabitas a lo largo del tiempo.

Rinde para 20 bollos familiares

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 5 lbs de carne de chancho

  • 2 lbs de cuero de chancho

  • 1 lb de manteca de chancho

  • 1 lb de manteca vegetal

  • 20 lbs de plátano rallado (2 racimos de verde)

  • 10 lbs de maní tostado y molido

  • 4 onzas de pasta de achiote

  • 1 atado de cebolla blanca

  • 10 hojas de cilantro de pozo/chillangua

  • 1 atado de cilantro o hierbita

  • 5 pimientos verdes

  • 5 lt de agua

  • hojas de plátano

  • sal, pimienta, comino y orégano al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Pelar y rallar el plátano.

  • Para la masa agregar en una paila, el plátano rallado, el maní tostado y molido, achiote y el sofrito (sofreír cebolla blanca, con pimiento verde picado en manteca de chancho con achiote).

  • Luego picar cilantro de pozo, hierbita y mezclar con la masa.

  • Amasar y diluir con agua y agregar sal, pimienta, comino y orégano al gusto.

  • A su vez, para el relleno del bollo, cortar la carne y los cueritos de chancho, aliñarlos con sal, pimienta y comino y reservar hasta el momento de armar el bollo.

Armado del bollo:

  • Colocar varias capas de hojas de plátanos soasadas sobre un plato.
  • Luego, poner la masa y sobre ella distribuir la carne y     los cueritos.
  • Después, envolver y amarrar.
  • Llevar a cocción al horno de leña precalentado, cubrir con cáscaras y hojas de plátano para mantener el calor. Sobre ellos, tapar el horno con leña encima. Hornear por diez horas o toda la noche.

 

Nota: En Manabí es tradicional el bollo de chancho familiar, aunque existen sectores en los que se preparan bollos personales como en La Estancilla del cantón Tosagua; en Canuto del cantón Chone o en el cantón Flavio Alfaro.

Tiempo de preparación:

120 minutos (tiempo de cocción, al menos 10 horas).

Técnica:

Tradicional

Salprieta

No es solo un condimento. De esto saben allá en en Vargas Torres, cantón Tosagua, donde la salprieta es casi un símbolo de fuerza manabita.

Cuentan las leyendas que los hombres de por allá cargan sacos de salprieta como si fueran plumas, aunque para los foráneos la cosa es distinta: les pesa como si llevaran el doble. No cualquiera puede. Esos sacos, dicen, están cargados de más que maíz y maní: es la historia y la fuerza de generaciones. La salprieta es un asunto serio. Las abuelas pasan horas tostando el maíz y el maní en comales de barro sobre hornos de leña, cuidando que nada quede crudo, porque un mal tueste arruina todo. Y ni hablar de la sal que, en tiempos antiguos, era de un negro prieto que dio nombre a esta mezcla mágica. Las abuelas empacan la salprieta en hojas de plátano y la dejan al calor lento del horno, como cocinando recuerdos. Lo curioso es que el manabita come más salprieta cuando está lejos de casa, como si un simple bocado pudiera engañar al cerebro y devolverle, aunque sea por un  ratito, el calor del hogar.

INGREDIENTES:

  • 1 tza harina de maíz amarillo tostada
  • 1 tza maní molido fino o pasta de maní
  • 1/2 cdta achiote en pasta
  • 1/4 cdta de comino tostado y molido en casa
  • 1/2 cdta coriandro (semilla de cilantro molida)
  • 1/2 cdta cilantro criollo o cebollín de hera
  • 1 cdta de sal

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Tostar el maíz y el maní por separado. Cuando el maíz está listo, desprende olor a máchica molida. El maní tostado no debe ser ni muy pálido ni muy quemado.
  • Cuando los dos ingredientes principales estén tostados y molidos finos, proceder a realizar la primera mezcla y agregar todos los condimentos y el achiote. Masajear con las dos manos para integrar todo.
  • Luego pasar toda la preparación por el molino, que es cuando vamos a conocer el color de la salprieta, porque es en este paso donde todos los ingredientes se amalgaman.
  • Llevar a una cazuela u olla de barro a fuego lento por una hora para deshidratar y que dure más la salprieta. Algunas abuelas también suelen porcionarlas en hojas de plátanos soasadas y ahumadas y de allí las arriman a las paredes de la olla de barro del horno manabita a fuego lento por una o dos horas.
  • Al momento de servir, agregar el cilantro criollo o cebollín.

 

Nota: La receta es 50% de maíz amarillo tostado y 50% de maní molido fino, si no la quiere tan manizuda puede trabajar 70-30 sobre todo para uso de restauración o para decorar.

Tiempo de preparación:

120 min

Técnicas:

Ancestral y tradicional

Pastelillo

Esta delicia la encontrará de venta en la calle, en los autobuses y en cafeterías de Bahía de Caráquez y de todo Manabí. No se la pierda. 

INGREDIENTES:

Para el relleno:

  • 1 pechuga de pollo
  • 130 gr de pan dulce
  • 40 gr de mantequilla
  • 60 gr de cebolla larga
  • 250 ml de fondo de pollo
  • 100 ml de vino dulce
  • 30 gr de pasas
  • 2 gr de sal
  • 40 gr de aceituna
  • 4 huevos duros cortados en tajadas
  • 1 tza de azúcar para espolvorear
  • 1 L de aceite para freír

Para la masa:

  • 450 gr de harina
  • 8 gr de sal
  • 5 gr de bicarbonato
  • 25 gr de azúcar
  • 110 gr de agua mineral
  • 40 gr de zumo de naranja
  • 115 gr de mantequilla

MODO DE PREPARACIÓN:

Para la masa:

  • Unificar la harina, sal, bicarbonato y el azúcar formando un volcán con un cráter en el centro.
  • Derretir la mantequilla en una olla e incorporar al cráter junto con el jugo de naranja.
  • Mezclar bien y añadir el agua mineral.
  • Amasar hasta obtener una mezcla lisa y firme.
  • Dejar reposar a temperatura ambiente durante una hora.

Para el relleno:

  • En un sartén, calentar la mantequilla y sofreír la cebolla larga finamente picada. En un recipiente, colocar el pan desmenuzado y añadir el fondo de pollo. Llevar a fuego medio hasta que espese. Incorporar el sofrito, el vino y el pollo desmenuzado, cocer hasta que esté en su punto y reservar.

Para el montaje:

  • Porcionar la masa en bolitas y estirar para formar discos. Colocar el relleno, las pasas, aceitunas y tajada de huevo duro en el centro de cada disco, luego cubrir con otro disco y repulgar los bordes. Freír a 170°C durante tres minutos. Espolvorear el azúcar blanca y servir.

Tiempo de preparación:

50 min

Técnicas:

Tradicional

Empanada de maíz

Del maíz, nuestros pueblos originarios han realizado muchas cosas. Una de ellas es la empanada, una pieza esencial. Comienza con el maíz amarillo cocido, se desgrana y se muele sin quitarle el piquillo. Este detalle marca la diferencia: al pasar por el molino, el grano se compacta y se convierte en una masa uniforme que se estira para formar discos perfectos, listos para rellenar. Y aquí viene la magia: el relleno. La de queso rallado es un clásico, las favoritas siempre serán las de queso y longaniza ahumada, que traen todo el sabor y el ahumado.

¿Otra joya? Las empanadas de guariche y maní, al igual que las de masa de plátano, llevan un poco de menestra de plátano en el interior. Este secreto hace que al freírse alcancen el balance perfecto.

¡Una experiencia que va de lo clásico a lo inesperado, siempre con ese toque manabita que no se encuentra en ningún otro lugar!

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 3 1/2 tza de harina de maíz amarillo molido
  • 1/2 tza de queso manaba
  • 1/4 tza de longaniza
  • 1/3 cda de refrito madre
  • 1/2 cdta de sal
  • 1/3 cdta de azúcar blanca
  • 1/3 tza de agua

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cocinar, desgranar y moler los granos de maíz amarillo, luego mezclar con el agua, la sal y el azúcar.
  • Amasar bien hasta formar una masa firme.
  • Porcionar en bolitas.
  • Freír la longaniza junto con el refrito.
  • Ensamblar una parte de las empanadas usando el queso y/o longaniza.

 

Nota: En vez de agua usar suero salado.

Tiempo de preparación:

45 min

Técnica:

Tradicional

Bolas o bolones de maní

En la cocina de las abuelas manabitas, la magia empieza con el sonido de los maduros cayendo en el fogón. Entre risas y sabiduría, ellas fueron las primeras alquimistas de lo que hoy conocemos como el bolón. 

Con manos ágiles, combinaban maduro y maní, creando la famosa bola de maní, un tesoro que se multiplica en versiones con queso, chicharrón o longaniza.

El secreto del maní, que no debe saber rancio, está en prepararlo un día antes.

INGREDIENTES (para 4 personas):

  • 450 g de pintón o maduro
  • 250 g de pasta de maní
  • 50 g de queso manaba
  • 3 ramas de cilantro
  • 50 g de maní quebrado
  • 20 g de cebollín
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Asar el pintón o maduro en el horno manabita
  • Majar el pintón o maduro, incorporar la pasta de maní, queso, sal, cebollín y cilantro finamente picado
  • Amasar y formar porciones.
  • Decorar con maní quebrado y servir.

Nota: Moler con mortero de piedra e ir agregando poco a poco el maní es la tradición. Cuando ya se han seguido los pasos de la cocción, acompañar con café de olla o café pasa- do y una porción de longaniza ahumada.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnicas:

Tradicional

Chumumos

En Salango, el mar cuenta historias a quienes saben escucharlo y Alfredo Pincay, un cocinero de alma y corazón, es uno de ellos. Desde joven, aprendió a amasar el pan junto a su madre, pero fue en el aroma del mar donde encontró su verdadera pasión. El chumumo, un pescado pequeño y humilde conocido también como boquerón, solía ser parte de la dieta de los pescadores. Con los años, se perdió la costumbre, pero Alfredo la puso de vuelta en la mesa en su conocido restaurante, abierto un 24 de diciembre de 1987. Lo llenó de vida con platos criollos, caldos de gallina y sabores del mar. Los boquerones, servidos con patacones al ajillo, recuperaron su lugar en la memoria y el paladar de los comensales para honrar así a la tradición y a su querida amiga Elsita de Guerra, quien le enseñó a darle ese toque diferente a los frutos del mar.

INGREDIENTES (para 4 personas):

  • 2 lbs de chumumos
  • 150 ml de zumo de limón
  • ají de maracuyá al gusto
  • 1/2 tza de harina
  • 1/4 tza de almidón
  • sal, pimienta y ajo al gusto
  • aceite vegetal

MODO DE PREPARACIÓN:

Chumumos encurtidos:

  • Limpiar muy bien los chumumos y abrirlos a la mitad retirando la espina dorsal y la cabeza.
  • Marinar con el zumo de limón, la sal, la pimienta y el ajo fina- mente picado. Reservar durante veinte minutos.
  • Finalmente, con la pulpa de maracuyá, preparar un ají al gusto y están listos para servir acompañados con patacones o chifles.

Chumumos fritos:

  • Limpiar muy bien los chumumos y abrirlos a la mitad retirando la espina dorsal y la cabeza.
  • Sazonar con el limón, la sal, la pimienta y el ajo finamente picado.
  • Mezclar el almidón con la harina y empanizar los chumumos.
  • Luego, llevar a fritura profunda a 180 °C.
  • Retirar cuando estén dorados y crujientes y servir con patacones. Se puede acompañar con mayonesa de cilantro de pozo o  chillangua, o aderezo a elección.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnicas:

Tradicional

Ceviche de ostras

Este ceviche, considerado por muchos como un afrodisíaco natural, requiere ostras frescas, con una vida útil de máximo tres días en un lugar ventilado, ya que su calidad se percibe fácilmente: si una ostra se abre sola o emana un olor fuerte y rancio, debe descartarse inmediatamente.

Desde hace 20 años, la familia Bailón ha deleitado a mantenses y visitantes en su icónica carreta afuera de la Autoridad Portuaria. Dos generaciones se han dedicado a esta tarea, creando un espacio donde desconocidos se sientan juntos en la gran mesa manabita, unidos por el sabor incomparable de este ceviche.

Dicen los expertos que no se deben confundir ostras con ostiones, que, si bien son parientes cercanos, el nivel de sal los diferencia. Quien probó este ceviche, sabrá contar de esta experiencia única… y por supuesto, volverá.

 

INGREDIENTES (para 4 personas):

  • 12 ostras grandes
  • 12 cdas de zumo de limón
  • 4 cdas de cebolla colorada picada en cuadritos
  • 4 cdas de tomate picado en cuadritos
  • cilantro al gusto
  • sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Abrir las ostras y acevichar con zumo de limón. La ración sugerida es una cucharada de zumo de limón por ostra, pero el cocinero decide el tenor de acidez que desea imprimir en su creación.
  • Agregar sal y pimienta al gusto.
  • Añadir los vegetales y servir acompañado de chifles o patacones.

Tiempo de preparación:

15 min

Técnica:

Tradicional

Cortadito de choclo

Cada cosecha trae esperanzas renovadas. Es resultado del esfuerzo de la siembra, pero, además, de que habrá el cortadito de choclo, un verdadero placer que se espera con ansias. Este platillo reúne a la familia alrededor de la mesa, ya sea en un almuerzo o una cena, llenando el ambiente de aromas y recuerdos compartidos.

Hay un ingrediente fundamental: el choclo joven y tierno, evitando el jecho duro, y en añadir abundante queso duro, que se derrite deliciosamente en la cocción. Pero el toque maestro es el suero, que le da un sabor único y distinto a la leche tradicional.

Es tan sencillo de preparar como delicioso y no importa cuántas veces se haga, cada cortadito sabe a gloria.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 400 g choclo cortado
  • 60 g de queso manaba
  • 3 ramitas de cebolla blanca larga
  • 10 ramitas de cebolla de verdeo
  • 60 g mantequilla blanca
  • 4 cdas de suero salado
  • 1 cda de azúcar blanca
  • 320 g de arroz manaba
  • cilantro y sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • En un sartén, agregar la cebolla blanca picada finamente, el azúcar y la mantequilla.
  • Incorporar el choclo y mezclar con el suero salado.
  • Añadir la sal y el cilantro finamente picado.
  • Servir con arroz y cebolla de verdeo picada.

Tiempo de preparación:

20 min

Técnica:

Tradicional

Majada de choclo

INGREDIENTES (para 20 personas):

  • 10 choclos jechos y 10 choclos tiernos
  • 1 lb de raspadura
  • Especies: canela, clavo de olor, pimienta dulce y anís al gusto
  • 1 L de agua

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Rallar los choclos.
  • Hervir el agua junto a las especies y disolver la raspadura.
  • Derretir la mantequilla.
  • Mezclar el choclo, con la mantequilla y el agua con las especies. Luego empezar a majar. Si la masa está muy espe sa se agrega más líquido.
  • Finalmente, en un horno de leña precalentado, se cubre con hojas de plátano soasadas y se coloca directamente la majada. Se cubre con hojas de plátano y tapa con fuego encima. Se mantiene en el horno manabita por aproximadamente diez horas.

 

Nota: A la manera tradicional, este platillo se sirve acompañado de tajadas de queso.

Tiempo de preparación:

60 minutos (preparación). Horneado 10 horas.

Técnica:

Tradicional

Sanduche de carne punzada

El sánduche de carne punzada es protagonista de todo cumpleaños manabita. ¿Torta? ¡Eso es lo de menos! La carne bien punzada, con su sazoncito, y la ensalada de cebolla curtida con repollo, se llevan toda la atención. Según la familia, encontrará una versión: que si con más ajo, que si con una salsa secreta que ni en sueños te van a revelar, pero eso sí, todas tienen el toque que deja pidiendo bis. Es tan versátil que en Manabí se dice que si te comes uno, ya te va mejor el día.

Ya sabes. Si en una fiesta, ves la bandeja de sánduches, corre antes de que se acaben, porque aquí, quien parpadea se queda con las ganas. 

INGREDIENTES (para 4 personas):

  • 250 g de carne punzada de res (revisar receta)
  • 50 g de cebolla colorada
  • 50 g de repollo
  • 3 cdas limón sutil
  • 8 panes medianos
  • 100 g de mayonesa verde
  • sal y cilantro al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cortar la cebolla en juliana y hacer un encurtido con limón, cilantro y sal.
  • Cortar el pan por la mitad.
  • Agregar la mayonesa en el pan y rellenar con la carne previamente desmechada.
  • Agregar el encurtido y servir.

Tiempo de preparación:

35 min

Técnica:

Tradicional

Ceviche Jipijapa

Ceviche de pescado con maní

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 450 g de pescado dorado o wahoo
  • 125 g de maní tostado y molido
  • 150 g de cebolla colorada
  • 10 ramas de cilantro
  • Aceite vegetal
  • 125 ml de jugo de limón
  • 300 ml de agua
  • 1 cdtas de sal
  • Chifles al gusto para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cortar el pescado en cuadros de medio centímetro.

  • Encurtir con limón y sal, dejar reposar por treinta minutos o curtir de un día para el otro. Este tiempo es opcional.

  • Cortar la cebolla finamente en juliana y remojar en agua helada con un puntito de sal.

  • Luego, curtir la cebolla con limón y aceite.

  • Proceder a disolver el maní en agua.

  • Picar el cilantro finamente.

  • Finalmente, se mezcla el pescado curtido con la cebolla y se agrega el cilantro y salsa de maní. Servir.

     

Tiempo de preparación:

45 Minutos.

Técnicas:

Tradicional.

Salprieta

Salprieta

No es solo un condimento. De esto saben allá en en Vargas Torres, cantón Tosagua, donde la salprieta es casi un símbolo de fuerza manabita.

Cuentan las leyendas que los hombres de por allá cargan sacos de salprieta como si fueran plumas, aunque para los foráneos la cosa es distinta: les pesa como si llevaran el doble. No cualquiera puede. Esos sacos, dicen, están cargados de más que maíz y maní: es la historia y la fuerza de generaciones. La salprieta es un asunto serio. Las abuelas pasan horas tostando el maíz y el maní en comales de barro sobre hornos de leña, cuidando que nada quede crudo, porque un mal tueste arruina todo. Y ni hablar de la sal que, en tiempos antiguos, era de un negro prieto que dio nombre a esta mezcla mágica. Las abuelas empacan la salprieta en hojas de plátano y la dejan al calor lento del horno, como cocinando recuerdos. Lo curioso es que el manabita come más salprieta cuando está lejos de casa, como si un simple bocado pudiera engañar al cerebro y devolverle, aunque sea por un  ratito, el calor del hogar.

INGREDIENTES:

  • 1 tza harina de maíz amarillo tostada
  • 1 tza maní molido fino o pasta de maní
  • 1/2 cdta achiote en pasta
  • 1/4 cdta de comino tostado y molido en casa
  • 1/2 cdta coriandro (semilla de cilantro molida)
  • 1/2 cdta cilantro criollo o cebollín de hera
  • 1 cdta de sal

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Tostar el maíz y el maní por separado. Cuando el maíz está listo, desprende olor a máchica molida. El maní tostado no debe ser ni muy pálido ni muy quemado.
  • Cuando los dos ingredientes principales estén tostados y molidos finos, proceder a realizar la primera mezcla y agregar todos los condimentos y el achiote. Masajear con las dos manos para integrar todo.
  • Luego pasar toda la preparación por el molino, que es cuando vamos a conocer el color de la salprieta, porque es en este paso donde todos los ingredientes se amalgaman.
  • Llevar a una cazuela u olla de barro a fuego lento por una hora para deshidratar y que dure más la salprieta. Algunas abuelas también suelen porcionarlas en hojas de plátanos soasadas y ahumadas y de allí las arriman a las paredes de la olla de barro del horno manabita a fuego lento por una o dos horas.
  • Al momento de servir, agregar el cilantro criollo o cebollín.

 

Nota: La receta es 50% de maíz amarillo tostado y 50% de maní molido fino, si no la quiere tan manizuda puede trabajar 70-30 sobre todo para uso de restauración o para decorar.

Tiempo de preparación:

120 min

Técnicas:

Ancestral y tradicional
Pastelillo

Pastelillo

Esta delicia la encontrará de venta en la calle, en los autobuses y en cafeterías de Bahía de Caráquez y de todo Manabí. No se la pierda. 

INGREDIENTES:

Para el relleno:

  • 1 pechuga de pollo
  • 130 gr de pan dulce
  • 40 gr de mantequilla
  • 60 gr de cebolla larga
  • 250 ml de fondo de pollo
  • 100 ml de vino dulce
  • 30 gr de pasas
  • 2 gr de sal
  • 40 gr de aceituna
  • 4 huevos duros cortados en tajadas
  • 1 tza de azúcar para espolvorear
  • 1 L de aceite para freír

Para la masa:

  • 450 gr de harina
  • 8 gr de sal
  • 5 gr de bicarbonato
  • 25 gr de azúcar
  • 110 gr de agua mineral
  • 40 gr de zumo de naranja
  • 115 gr de mantequilla

MODO DE PREPARACIÓN:

Para la masa:

  • Unificar la harina, sal, bicarbonato y el azúcar formando un volcán con un cráter en el centro.
  • Derretir la mantequilla en una olla e incorporar al cráter junto con el jugo de naranja.
  • Mezclar bien y añadir el agua mineral.
  • Amasar hasta obtener una mezcla lisa y firme.
  • Dejar reposar a temperatura ambiente durante una hora.

Para el relleno:

  • En un sartén, calentar la mantequilla y sofreír la cebolla larga finamente picada. En un recipiente, colocar el pan desmenuzado y añadir el fondo de pollo. Llevar a fuego medio hasta que espese. Incorporar el sofrito, el vino y el pollo desmenuzado, cocer hasta que esté en su punto y reservar.

Para el montaje:

  • Porcionar la masa en bolitas y estirar para formar discos. Colocar el relleno, las pasas, aceitunas y tajada de huevo duro en el centro de cada disco, luego cubrir con otro disco y repulgar los bordes. Freír a 170°C durante tres minutos. Espolvorear el azúcar blanca y servir.

Tiempo de preparación:

50 min

Técnicas:

Tradicional
Empanadas de maíz

Empanada de maíz

Del maíz, nuestros pueblos originarios han realizado muchas cosas. Una de ellas es la empanada, una pieza esencial. Comienza con el maíz amarillo cocido, se desgrana y se muele sin quitarle el piquillo. Este detalle marca la diferencia: al pasar por el molino, el grano se compacta y se convierte en una masa uniforme que se estira para formar discos perfectos, listos para rellenar. Y aquí viene la magia: el relleno. La de queso rallado es un clásico, las favoritas siempre serán las de queso y longaniza ahumada, que traen todo el sabor y el ahumado.

¿Otra joya? Las empanadas de guariche y maní, al igual que las de masa de plátano, llevan un poco de menestra de plátano en el interior. Este secreto hace que al freírse alcancen el balance perfecto.

¡Una experiencia que va de lo clásico a lo inesperado, siempre con ese toque manabita que no se encuentra en ningún otro lugar!

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 3 1/2 tza de harina de maíz amarillo molido
  • 1/2 tza de queso manaba
  • 1/4 tza de longaniza
  • 1/3 cda de refrito madre
  • 1/2 cdta de sal
  • 1/3 cdta de azúcar blanca
  • 1/3 tza de agua

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cocinar, desgranar y moler los granos de maíz amarillo, luego mezclar con el agua, la sal y el azúcar.
  • Amasar bien hasta formar una masa firme.
  • Porcionar en bolitas.
  • Freír la longaniza junto con el refrito.
  • Ensamblar una parte de las empanadas usando el queso y/o longaniza.

 

Nota: En vez de agua usar suero salado.

Tiempo de preparación:

45 min

Técnica:

Tradicional
Bolas o bolones de maní

Bolas o bolones de maní

En la cocina de las abuelas manabitas, la magia empieza con el sonido de los maduros cayendo en el fogón. Entre risas y sabiduría, ellas fueron las primeras alquimistas de lo que hoy conocemos como el bolón. 

Con manos ágiles, combinaban maduro y maní, creando la famosa bola de maní, un tesoro que se multiplica en versiones con queso, chicharrón o longaniza.

El secreto del maní, que no debe saber rancio, está en prepararlo un día antes.

INGREDIENTES (para 4 personas):

  • 450 g de pintón o maduro
  • 250 g de pasta de maní
  • 50 g de queso manaba
  • 3 ramas de cilantro
  • 50 g de maní quebrado
  • 20 g de cebollín
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Asar el pintón o maduro en el horno manabita
  • Majar el pintón o maduro, incorporar la pasta de maní, queso, sal, cebollín y cilantro finamente picado
  • Amasar y formar porciones.
  • Decorar con maní quebrado y servir.

Nota: Moler con mortero de piedra e ir agregando poco a poco el maní es la tradición. Cuando ya se han seguido los pasos de la cocción, acompañar con café de olla o café pasa- do y una porción de longaniza ahumada.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnicas:

Tradicional
Chumumos

Chumumos

En Salango, el mar cuenta historias a quienes saben escucharlo y Alfredo Pincay, un cocinero de alma y corazón, es uno de ellos. Desde joven, aprendió a amasar el pan junto a su madre, pero fue en el aroma del mar donde encontró su verdadera pasión. El chumumo, un pescado pequeño y humilde conocido también como boquerón, solía ser parte de la dieta de los pescadores. Con los años, se perdió la costumbre, pero Alfredo la puso de vuelta en la mesa en su conocido restaurante, abierto un 24 de diciembre de 1987. Lo llenó de vida con platos criollos, caldos de gallina y sabores del mar. Los boquerones, servidos con patacones al ajillo, recuperaron su lugar en la memoria y el paladar de los comensales para honrar así a la tradición y a su querida amiga Elsita de Guerra, quien le enseñó a darle ese toque diferente a los frutos del mar.

INGREDIENTES (para 4 personas):

  • 2 lbs de chumumos
  • 150 ml de zumo de limón
  • ají de maracuyá al gusto
  • 1/2 tza de harina
  • 1/4 tza de almidón
  • sal, pimienta y ajo al gusto
  • aceite vegetal

MODO DE PREPARACIÓN:

Chumumos encurtidos:

  • Limpiar muy bien los chumumos y abrirlos a la mitad retirando la espina dorsal y la cabeza.
  • Marinar con el zumo de limón, la sal, la pimienta y el ajo fina- mente picado. Reservar durante veinte minutos.
  • Finalmente, con la pulpa de maracuyá, preparar un ají al gusto y están listos para servir acompañados con patacones o chifles.

Chumumos fritos:

  • Limpiar muy bien los chumumos y abrirlos a la mitad retirando la espina dorsal y la cabeza.
  • Sazonar con el limón, la sal, la pimienta y el ajo finamente picado.
  • Mezclar el almidón con la harina y empanizar los chumumos.
  • Luego, llevar a fritura profunda a 180 °C.
  • Retirar cuando estén dorados y crujientes y servir con patacones. Se puede acompañar con mayonesa de cilantro de pozo o  chillangua, o aderezo a elección.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnicas:

Tradicional
Ceviche de ostras

Ceviche de ostras

Este ceviche, considerado por muchos como un afrodisíaco natural, requiere ostras frescas, con una vida útil de máximo tres días en un lugar ventilado, ya que su calidad se percibe fácilmente: si una ostra se abre sola o emana un olor fuerte y rancio, debe descartarse inmediatamente.

Desde hace 20 años, la familia Bailón ha deleitado a mantenses y visitantes en su icónica carreta afuera de la Autoridad Portuaria. Dos generaciones se han dedicado a esta tarea, creando un espacio donde desconocidos se sientan juntos en la gran mesa manabita, unidos por el sabor incomparable de este ceviche.

Dicen los expertos que no se deben confundir ostras con ostiones, que, si bien son parientes cercanos, el nivel de sal los diferencia. Quien probó este ceviche, sabrá contar de esta experiencia única… y por supuesto, volverá.

 

INGREDIENTES (para 4 personas):

  • 12 ostras grandes
  • 12 cdas de zumo de limón
  • 4 cdas de cebolla colorada picada en cuadritos
  • 4 cdas de tomate picado en cuadritos
  • cilantro al gusto
  • sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Abrir las ostras y acevichar con zumo de limón. La ración sugerida es una cucharada de zumo de limón por ostra, pero el cocinero decide el tenor de acidez que desea imprimir en su creación.
  • Agregar sal y pimienta al gusto.
  • Añadir los vegetales y servir acompañado de chifles o patacones.

Tiempo de preparación:

15 min

Técnica:

Tradicional
Cortadito de choclo

Cortadito de choclo

Cada cosecha trae esperanzas renovadas. Es resultado del esfuerzo de la siembra, pero, además, de que habrá el cortadito de choclo, un verdadero placer que se espera con ansias. Este platillo reúne a la familia alrededor de la mesa, ya sea en un almuerzo o una cena, llenando el ambiente de aromas y recuerdos compartidos.

Hay un ingrediente fundamental: el choclo joven y tierno, evitando el jecho duro, y en añadir abundante queso duro, que se derrite deliciosamente en la cocción. Pero el toque maestro es el suero, que le da un sabor único y distinto a la leche tradicional.

Es tan sencillo de preparar como delicioso y no importa cuántas veces se haga, cada cortadito sabe a gloria.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 400 g choclo cortado
  • 60 g de queso manaba
  • 3 ramitas de cebolla blanca larga
  • 10 ramitas de cebolla de verdeo
  • 60 g mantequilla blanca
  • 4 cdas de suero salado
  • 1 cda de azúcar blanca
  • 320 g de arroz manaba
  • cilantro y sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • En un sartén, agregar la cebolla blanca picada finamente, el azúcar y la mantequilla.
  • Incorporar el choclo y mezclar con el suero salado.
  • Añadir la sal y el cilantro finamente picado.
  • Servir con arroz y cebolla de verdeo picada.

Tiempo de preparación:

20 min

Técnica:

Tradicional
Majada de choclo

Majada de choclo

INGREDIENTES (para 20 personas):

  • 10 choclos jechos y 10 choclos tiernos
  • 1 lb de raspadura
  • Especies: canela, clavo de olor, pimienta dulce y anís al gusto
  • 1 L de agua

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Rallar los choclos.
  • Hervir el agua junto a las especies y disolver la raspadura.
  • Derretir la mantequilla.
  • Mezclar el choclo, con la mantequilla y el agua con las especies. Luego empezar a majar. Si la masa está muy espe sa se agrega más líquido.
  • Finalmente, en un horno de leña precalentado, se cubre con hojas de plátano soasadas y se coloca directamente la majada. Se cubre con hojas de plátano y tapa con fuego encima. Se mantiene en el horno manabita por aproximadamente diez horas.

 

Nota: A la manera tradicional, este platillo se sirve acompañado de tajadas de queso.

Tiempo de preparación:

60 minutos (preparación). Horneado 10 horas.

Técnica:

Tradicional
Sanduche de carne punzada

Sanduche de carne punzada

El sánduche de carne punzada es protagonista de todo cumpleaños manabita. ¿Torta? ¡Eso es lo de menos! La carne bien punzada, con su sazoncito, y la ensalada de cebolla curtida con repollo, se llevan toda la atención. Según la familia, encontrará una versión: que si con más ajo, que si con una salsa secreta que ni en sueños te van a revelar, pero eso sí, todas tienen el toque que deja pidiendo bis. Es tan versátil que en Manabí se dice que si te comes uno, ya te va mejor el día.

Ya sabes. Si en una fiesta, ves la bandeja de sánduches, corre antes de que se acaben, porque aquí, quien parpadea se queda con las ganas. 

INGREDIENTES (para 4 personas):

  • 250 g de carne punzada de res (revisar receta)
  • 50 g de cebolla colorada
  • 50 g de repollo
  • 3 cdas limón sutil
  • 8 panes medianos
  • 100 g de mayonesa verde
  • sal y cilantro al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cortar la cebolla en juliana y hacer un encurtido con limón, cilantro y sal.
  • Cortar el pan por la mitad.
  • Agregar la mayonesa en el pan y rellenar con la carne previamente desmechada.
  • Agregar el encurtido y servir.

Tiempo de preparación:

35 min

Técnica:

Tradicional
Ceviche de jipijapa

Ceviche Jipijapa

Ceviche de pescado con maní

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 450 g de pescado dorado o wahoo
  • 125 g de maní tostado y molido
  • 150 g de cebolla colorada
  • 10 ramas de cilantro
  • Aceite vegetal
  • 125 ml de jugo de limón
  • 300 ml de agua
  • 1 cdtas de sal
  • Chifles al gusto para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cortar el pescado en cuadros de medio centímetro.

  • Encurtir con limón y sal, dejar reposar por treinta minutos o curtir de un día para el otro. Este tiempo es opcional.

  • Cortar la cebolla finamente en juliana y remojar en agua helada con un puntito de sal.

  • Luego, curtir la cebolla con limón y aceite.

  • Proceder a disolver el maní en agua.

  • Picar el cilantro finamente.

  • Finalmente, se mezcla el pescado curtido con la cebolla y se agrega el cilantro y salsa de maní. Servir.

     

Tiempo de preparación:

45 Minutos.

Técnicas:

Tradicional.

Chupe de pescado

INGREDIENTES (Para 8 a 10 personas):

  • 1 robalo o corvina de 5 lbs
  • 1/2 lb de maní
  • 1 lb de papa chola
  • 2 choclos tiernos (en rodajas y rebanados)
  • 1 cebolla larga
  • 1 cebolla colorada
  • 1/2 tza de zumo de limón
  • 2 dientes de ajo
  • 4 cdtas de cebollita de verdeo
  • 2 tza de leche
  • 3 L de agua
  • 20 gr sofrito
  • 5 gr comino
  • 1 atado de tallos de cilantro, cilantro de pozo/chillangua y oreganón
  • 1 cdta de oreganito
  • 200 gr harina
  • 1 L de aceite para freír
  • sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Filetear el robalo y separar los lomos, cortarlos en porciones. Aliñar con limón, sal, pimienta y comino. Pasar por harina, freír hasta dorar. Reservar.
  • Hacer el fondo con 3 litros de agua, los huesos y la cabeza de pescado. Incorporar el atado de cilantro criollo, cilantro de pozo o chillangua y oreganón. Agregar las cebollas en pedazos grandes. Dejar hervir por quince minutos. Cernir y reservar
  • Licuar la leche con el maní. Reservar.
  • Luego, pelar y cortar en cubos las papas y los choclos en rodajas y rebanados; verter en una olla con el sofrito, el fondo previamente reservado y dejar hervir hasta que los vegetales estén en su punto de cocción.
  • Finalmente, agregar la leche con el maní y mantener en cocción a fuego lento hasta que suelte el hervor.
  • Para emplatar, servir el chupe y coronar con el pescado frito. Acompañar con arroz manaba o cocolón y limón.

Tiempo de preparación:

60 min

Técnica:

Ancestral

Sopa marinera

No es una historia de zombies, aunque a esta sopa se la conoce como “levanta muertos”. Ocurre porque reanima al más chuchaqui y levanta el ánimo y más a quienes están decaídos (se le atribuye ser un afrodisíaco). Eso ya lo dirá usted cuando la pruebe. Lo que le podemos contar es que el secreto está en el fondo de mariscos, preparado con cabezas de crustáceos, espinazos de pescados y tallos de cilantro. El caldo robusto es el alma de este plato que trae consigo la esencia del mar y la fuerza de la mesa chola. Al probarlo, se siente una oleada de energía, quizás por la cantidad generosa de mariscos o por el maní, que aporta una dosis extra de vitalidad. Es fácil imaginar a los pescadores volviendo a la vida tras una noche dura en alta mar, o a los trabajadores del campo recuperando fuerzas bajo el
sol implacable a través de este resucitador en forma de sopa.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 8 Camarones grandes, pelados y desvenados, 4 langostinos grandes, 2 colas de langosta pequeñas, 4 tenazas gordas de cangrejo, 12 conchas prietas, 12 almejas (opcional)
  • 100 g de pulpo, 80 g de calamar (grande o baby), 160 g pescado blanco a elección
  • 4 cdas de maní en pasta
  • 2 L de fondo de mariscos
  • Tallos del cilantro criollo
  • 1 pizca de comino
  • 1/2 cdta de achiote, 2 cdas de aceite
  • 3 cdas de cebolla blanca, 3 cdas de cebolla colorada, 2
    cdas de pimiento verde, 1 tomate mediano picado en cubitos o rallado
  • Sal, pimienta, cilantro criollo y ajo al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • acer un refrito con el aceite, achiote, ajo, comino, tomate, cebollas y los pimientos.
  • En una olla, colocar el fondo de mariscos, tallos de cilantro, sal al gusto y poner a hervir las tenazas de cangrejo.
  • Agregar también el maní disuelto para realzar sabor y espesar.
  • En el sartén del refrito, colocar los langostinos y langostas, dejar sudar; añadir el calamar, camarón, almejas y el pescado. Al final, agregar el pulpo.
  • Una vez que los mariscos estén ligeramente blanqueados e impregnado del aroma y sabor del fondo, mezclar.
  • Rectificar con sal y pimienta y terminar con cilantro.

 

NOTA: Es importante que los mariscos no queden sobrecocidos.

Tiempo de preparación:

40 Minutos.

Técnicas:

Tradicional

Sopa de arroz

Dicen que la sopa de arroz es una consentida de las familias, y no por nada. Esa receta, nunca fue exacta y siempre tuvo un toque de improvisación. Las abuelas armaban el remedio para males que iban desde la fiebre hasta el “tienes la panza vacía, ¡cómete esta sopita!”. Unos días con maní, otros con costilla, y hasta con refrito, porque en las cocinas de antes se usaba lo que había en la despensa. Hay una regla importante: el arroz no se lava porque sale baboso y ahí sí, ni la abuela te salva del regaño. Dos lavaditas, dicen, y que sea fresco. Había algunos truquitos más, pero la coincidencia estaba en que esta sopa era una mezcla de ingredientes que curaba más por nostal gia que por nutrición.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 2 tza de arroz
  • 1 rama de cebolla blanca
  • 1 diente de ajo
  • 12 tza de agua
  • 3/4 tza de suero salado
  • 1/2 lb de queso manabita
  • sal y cilantro al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • En un litro de agua, cocinar el arroz y agregar el ajo y la cebolla blanca en trozos grandes. A intervalos de quince minutos, ir añadiendo el agua restante.
  • Incorporar el suero salado y el queso cortado en dados medianos, reservando una parte para emplatar. Dejar reducir y rectificar la sal.
  • Servir y agregar con el queso restante y cilantro finamente picado.

 

Nota: Puede servirse con queso manabita frito encima de la sopa.

Tiempo de preparación:

45 min

Técnica:

Tradicional

Sopita salvadora

Un mediodía cualquiera, con la refrigeradora tan vacía que hasta el eco se escuchaba al abrirla, las abuelas recurrían a los retacitos de carne que habían guardado y le ponían de todo lo que había quedado. En minutos, estaba lista la sopita salvadora, olorosa y contundente y salvado el día con sencillez y amor.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 200 g de carne de res (pulpa)
  • 200 g yuca, 200 g zapallo picado, 15 g fréjol blanco tierno, 150 g de arveja tierna, 2 ramas de cebolla blanca, 2 dientes de ajo
  • 20 g de adobo manaba o aliño de la abuela
  • oreganón, oreganito, cilantro de pozo/chillangua, comino, coriandro (semilla de cilantro), cilantro criollo al gusto
  • 2 L de agua
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Aliñar la carne, previamente cortada en cubos, con el adobo y el ajo. Verter en una olla con agua y llevar al fuego hasta que suelte la cachaza o espuma y posteriormente retirarla.
  • Añadir la cebolla, yuca, zapallo y fréjol. Incorporar las especias a la olla y cocinar a fuego medio.
  • Cuando las verduras estén casi tiernas, añadir las arvejas y cocinar unos minutos más. Rectificar sabores y servir. Para emplatar agregar cilantro criollo finamente picado.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnica:

Tradicional

Sopa de morcilla de arroz

Esta sopa es como el tío que está en toda fiesta: nadie sabe cómo llegó, pero todos lo agradecen. La receta ha pasado de abuelas a nietas, y aunque tome cinco horas preparar previamente las morcillas, no hay queja. Es un plato que sabe a paciencia, cocinado con el esmero de las cocinas manabitas. Su fama de remedio para la resaca le ha ganado un lugar especial en la mesa. Después de una noche de farra, cuando el cuerpo anda pidiendo clemencia, ahí entra este caldo poderoso que “resucita al muerto” y lo deja listo para seguir. Las festividades locales, reuniones familiares y eventos comunitarios son su mejor escenario, aunque su sabor encan ta durante todo el año.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 500 g de vísceras de cerdo limpias, 500 g de morcillas listas para cocinar
  • 250 g de cebolla colorada, 1 rama de cebolla blanca, 1 pimiento cortado en cuadritos
  • 8 dientes de ajo
  • 1 cdta de comino, 1 cdta de orégano, 1 cdta de pimienta
  • 2 plátanos cortados en trozos
  • 2 L de agua
  • sal al gusto
  • limón para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hervir el agua y agregar los vegetales. Una vez que rompa el hervor, agregar las vísceras de cerdo. Condimentar la preparación añadiendo el comino, orégano, pimienta y la sal. Cocinar por unos minutos más para que las especias se integren. Cuando las vísceras estén cocidas, se agregan las morcillas de arroz por una hora a fuego lento. Después de veinte minutos, añadir el plátano. Dejar que las morcillas de arroz se revienten para así la sopa espesa. Servir con cilantro, cebolla blanca finamente picada y acompañar con limón.

Tiempo de preparación:

45 min (tiempo de cocción, 80 minutos)

Técnica:

Ancestral

Sopa de lora

Ni sopa ni lora, aunque así la llamen. La “Sopa de lora” se preparaba cuando el canto del gallo todavía no se había apagado. Mientras los niños correteaban medio dormidos, se servía este preparado que no está en ningún recetario elegante, pero que llena la panza. La mamá cuenta que su mamá también la hacía y a ella le enseñó la suya, que iban a cosechar café y, antes de la primera vuelta, los niños ya estaban embarrados hasta las orejas, como loritos, jugando en las tablas que servían de mesa y de asiento. Este platillo tiene la magia de lo cotidiano, el toque de manos curtidas que sabían que la mejor manera de empezar el día era con algo calientito, una ocurrencia servida en plato hondo, surgida del amor de las abuelas.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 3 plátanos
  • 1/2 tza de queso manaba
  • 100 g de pasta de maní
  • 1 L de café de olla
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cocinar y majar el plátano.
  • Añadir la pasta de maní, el queso rallado y la sal.
  • Amasar e incorporar bien todos los ingredientes.
  • Porcionar en bolitas.
  • Servir una tza de café y remojar las bolitas en el café a medida que se va comiendo.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnica:

Tradicional

Sopa de morcilla de arroz

Esta sopa es como el tío que está en toda fiesta: nadie sabe cómo llegó, pero todos lo agradecen. La receta ha pasado de abuelas a nietas, y aunque tome cinco horas preparar previamente las morcillas, no hay queja. Es un plato que sabe a paciencia, cocinado con el esmero de las cocinas manabitas. Su fama de remedio para la resaca le ha ganado un lugar especial en la mesa. Después de una noche de farra, cuando el cuerpo anda pidiendo clemencia, ahí entra este caldo poderoso que “resucita al muerto” y lo deja listo para seguir. Las festividades locales, reuniones familiares y eventos comunitarios son su mejor escenario, aunque su sabor encan ta durante todo el año.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 500 g de vísceras de cerdo limpias, 500 g de morcillas listas para cocinar
  • 250 g de cebolla colorada, 1 rama de cebolla blanca, 1 pimiento cortado en cuadritos
  • 8 dientes de ajo
  • 1 cdta de comino, 1 cdta de orégano, 1 cdta de pimienta
  • 2 plátanos cortados en trozos
  • 2 L de agua
  • sal al gusto
  • limón para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hervir el agua y agregar los vegetales. Una vez que rompa el hervor, agregar las vísceras de cerdo. Condimentar la preparación añadiendo el comino, orégano, pimienta y la sal. Cocinar por unos minutos más para que las especias se integren. Cuando las vísceras estén cocidas, se agregan las morcillas de arroz por una hora a fuego lento. Después de veinte minutos, añadir el plátano. Dejar que las morcillas de arroz se revienten para así la sopa espesa. Servir con cilantro, cebolla blanca finamente picada y acompañar con limón.

Tiempo de preparación:

45 min (tiempo de cocción, 80 minutos)

Técnica:

Ancestral

Caldo de habas con mondongo

Picoazá es otro de los lugares manabitas donde las tradiciones se viven con intensidad y aquí, el caldo de mondongo con habas es más que un plato: es una experiencia que conecta todos los sentidos. Resistirse a esta delicia es casi imposible. Es un ritual que reconforta y une.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1 lb de panza de res y/o librillo limpio
  • 2 L de agua
  • 50 g de choclo tierno, 50 g de habichuela tierna, 150 g de yuca pelada
  • 4 dientes de ajo pelados
  • 2 cebollas paiteñas, 3 ramas de cebolla blanca, 1 pimiento
  • comino, sal, pimienta al gusto
  • orégano y cilantro criollo al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Para el aliño casero, con poca agua moler o licuar un ajo, una cebolla, un pimiento, comino, orégano, sal y pimienta al gusto.
  • Cocinar la panza de res y/o librillo con cebolla y ajo, por al menos una hora o hasta que esté en su punto. Retirar los vegetales y con un poco del caldo, licuar, cernir y volver a hervir.
  • Agregar la yuca y cocinar hasta que ablande; incorporar las habichuelas, choclo, cebolla blanca finamente picada y aliño casero al gusto; retirar el librillo y/o panza para cortar, luego incorporar y dejar hervir hasta que esté en su punto. Rectificar sabores.
  • Acompañar de plátano asado, arroz, maní quebrado y rodaja de limón.

Tiempo de preparación:

120 min

Técnica:

Ancestral

Caldo de pinchagua

Es el manjar secreto de las abuelas manabitas, primero porque rara vez está a la venta y luego, porque después de comerlo, quedas hecho un león. ¡Y no es para menos! Este pececito, flaco y sin mucha gracia, es una bomba de energía. Cuando hay buena pesca de pinchagua, en las casas se arma el festival de caldo, y si te lo sirven, prepárate, porque la cantidad de nutrientes es tanta que dicen que te puede dejar dormido de puro bienestar. Aunque pocas personas lo venden, en las casas de Manabí se cocina con todo cariño, especialmente para enfermos o escolares. Hay que poner más pinchagua que agua, que no falte el peje, porque de ahí sale un jugo espesito, cargado de sabor. Si pasas por Las Gilces, allá por Crucita, chapea por aquí y por acullá. Y si ves que lo venden, no te lo pierdas, es como encontrar oro.

INGREDIENTES (Para 4 a 6 personas):

  • 10 unidades de pinchagua
  • 1 cebolla colorada, 1 pimiento verde, 1 cabeza de ajo
  • 2 plátanos grandes
  • 1/2 yuca pelada
  • 2 L de agua
  • 1 chorrito de aceite de achiote
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hervir el agua con sal y colocar las pinchaguas enteras pero sin cabeza. Machacar el ajo y agregar al caldo.
  • Cuando las pinchaguas estén cocidas, retirar de la cocción y con un molinillo deshacer, aplastar y mezclar; cernir el agua y dejar a un lado el puré de pinchagua.
  • Regresar el caldo al fuego, agregar un chorrito de aceite de achiote. Trocear la yuca, rallar el plátano, picar en cuadros la cebolla y el pimiento; incorporar a la preparación.
  • Rectificar sabores y servir acompañado con arroz, rodajas de limón y ají tradicional.

Tiempo de preparación:

60 min

Técnica:

Tradicional

Caldo de choclo con queso

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 3 tza de queso manaba
  • 3 choclos tiernos en trozos
  • 2 choclos tiernos cortados en rodajas
  • 1 1/2 cebolla colorada
  • 1 1/2 pimiento verde
  • 1 1/2 L de leche
  • 1 L de agua
  • 2 cdas de achiote
  • azúcar y sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Colocar en una olla el agua, la cebolla, el pimiento, una taza de queso cortado en cuadros y media cucharadita de azúcar. Dejar hervir veinte minutos.
  • Agregar a la preparación los choclos en trozos y desgranados, hervir a fuego medio hasta que esté en su punto.
  • Agregar la leche y el achiote. Hervir a fuego lento por diez minutos. Rectificar la sal.
  • Una vez listo apagar el fuego y agregar el resto del queso cortado en cuadros. Servir con cilantro finamente picado.

Tiempo de preparación:

40 min

Técnica:

Tradicional
Chupe de pescado

Chupe de pescado

INGREDIENTES (Para 8 a 10 personas):

  • 1 robalo o corvina de 5 lbs
  • 1/2 lb de maní
  • 1 lb de papa chola
  • 2 choclos tiernos (en rodajas y rebanados)
  • 1 cebolla larga
  • 1 cebolla colorada
  • 1/2 tza de zumo de limón
  • 2 dientes de ajo
  • 4 cdtas de cebollita de verdeo
  • 2 tza de leche
  • 3 L de agua
  • 20 gr sofrito
  • 5 gr comino
  • 1 atado de tallos de cilantro, cilantro de pozo/chillangua y oreganón
  • 1 cdta de oreganito
  • 200 gr harina
  • 1 L de aceite para freír
  • sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Filetear el robalo y separar los lomos, cortarlos en porciones. Aliñar con limón, sal, pimienta y comino. Pasar por harina, freír hasta dorar. Reservar.
  • Hacer el fondo con 3 litros de agua, los huesos y la cabeza de pescado. Incorporar el atado de cilantro criollo, cilantro de pozo o chillangua y oreganón. Agregar las cebollas en pedazos grandes. Dejar hervir por quince minutos. Cernir y reservar
  • Licuar la leche con el maní. Reservar.
  • Luego, pelar y cortar en cubos las papas y los choclos en rodajas y rebanados; verter en una olla con el sofrito, el fondo previamente reservado y dejar hervir hasta que los vegetales estén en su punto de cocción.
  • Finalmente, agregar la leche con el maní y mantener en cocción a fuego lento hasta que suelte el hervor.
  • Para emplatar, servir el chupe y coronar con el pescado frito. Acompañar con arroz manaba o cocolón y limón.

Tiempo de preparación:

60 min

Técnica:

Ancestral
Sopa Marinera

Sopa marinera

No es una historia de zombies, aunque a esta sopa se la conoce como “levanta muertos”. Ocurre porque reanima al más chuchaqui y levanta el ánimo y más a quienes están decaídos (se le atribuye ser un afrodisíaco). Eso ya lo dirá usted cuando la pruebe. Lo que le podemos contar es que el secreto está en el fondo de mariscos, preparado con cabezas de crustáceos, espinazos de pescados y tallos de cilantro. El caldo robusto es el alma de este plato que trae consigo la esencia del mar y la fuerza de la mesa chola. Al probarlo, se siente una oleada de energía, quizás por la cantidad generosa de mariscos o por el maní, que aporta una dosis extra de vitalidad. Es fácil imaginar a los pescadores volviendo a la vida tras una noche dura en alta mar, o a los trabajadores del campo recuperando fuerzas bajo el
sol implacable a través de este resucitador en forma de sopa.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 8 Camarones grandes, pelados y desvenados, 4 langostinos grandes, 2 colas de langosta pequeñas, 4 tenazas gordas de cangrejo, 12 conchas prietas, 12 almejas (opcional)
  • 100 g de pulpo, 80 g de calamar (grande o baby), 160 g pescado blanco a elección
  • 4 cdas de maní en pasta
  • 2 L de fondo de mariscos
  • Tallos del cilantro criollo
  • 1 pizca de comino
  • 1/2 cdta de achiote, 2 cdas de aceite
  • 3 cdas de cebolla blanca, 3 cdas de cebolla colorada, 2
    cdas de pimiento verde, 1 tomate mediano picado en cubitos o rallado
  • Sal, pimienta, cilantro criollo y ajo al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • acer un refrito con el aceite, achiote, ajo, comino, tomate, cebollas y los pimientos.
  • En una olla, colocar el fondo de mariscos, tallos de cilantro, sal al gusto y poner a hervir las tenazas de cangrejo.
  • Agregar también el maní disuelto para realzar sabor y espesar.
  • En el sartén del refrito, colocar los langostinos y langostas, dejar sudar; añadir el calamar, camarón, almejas y el pescado. Al final, agregar el pulpo.
  • Una vez que los mariscos estén ligeramente blanqueados e impregnado del aroma y sabor del fondo, mezclar.
  • Rectificar con sal y pimienta y terminar con cilantro.

 

NOTA: Es importante que los mariscos no queden sobrecocidos.

Tiempo de preparación:

40 Minutos.

Técnicas:

Tradicional

Sopa de arroz

Sopa de arroz

Dicen que la sopa de arroz es una consentida de las familias, y no por nada. Esa receta, nunca fue exacta y siempre tuvo un toque de improvisación. Las abuelas armaban el remedio para males que iban desde la fiebre hasta el “tienes la panza vacía, ¡cómete esta sopita!”. Unos días con maní, otros con costilla, y hasta con refrito, porque en las cocinas de antes se usaba lo que había en la despensa. Hay una regla importante: el arroz no se lava porque sale baboso y ahí sí, ni la abuela te salva del regaño. Dos lavaditas, dicen, y que sea fresco. Había algunos truquitos más, pero la coincidencia estaba en que esta sopa era una mezcla de ingredientes que curaba más por nostal gia que por nutrición.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 2 tza de arroz
  • 1 rama de cebolla blanca
  • 1 diente de ajo
  • 12 tza de agua
  • 3/4 tza de suero salado
  • 1/2 lb de queso manabita
  • sal y cilantro al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • En un litro de agua, cocinar el arroz y agregar el ajo y la cebolla blanca en trozos grandes. A intervalos de quince minutos, ir añadiendo el agua restante.
  • Incorporar el suero salado y el queso cortado en dados medianos, reservando una parte para emplatar. Dejar reducir y rectificar la sal.
  • Servir y agregar con el queso restante y cilantro finamente picado.

 

Nota: Puede servirse con queso manabita frito encima de la sopa.

Tiempo de preparación:

45 min

Técnica:

Tradicional
Sopita salvadora

Sopita salvadora

Un mediodía cualquiera, con la refrigeradora tan vacía que hasta el eco se escuchaba al abrirla, las abuelas recurrían a los retacitos de carne que habían guardado y le ponían de todo lo que había quedado. En minutos, estaba lista la sopita salvadora, olorosa y contundente y salvado el día con sencillez y amor.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 200 g de carne de res (pulpa)
  • 200 g yuca, 200 g zapallo picado, 15 g fréjol blanco tierno, 150 g de arveja tierna, 2 ramas de cebolla blanca, 2 dientes de ajo
  • 20 g de adobo manaba o aliño de la abuela
  • oreganón, oreganito, cilantro de pozo/chillangua, comino, coriandro (semilla de cilantro), cilantro criollo al gusto
  • 2 L de agua
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Aliñar la carne, previamente cortada en cubos, con el adobo y el ajo. Verter en una olla con agua y llevar al fuego hasta que suelte la cachaza o espuma y posteriormente retirarla.
  • Añadir la cebolla, yuca, zapallo y fréjol. Incorporar las especias a la olla y cocinar a fuego medio.
  • Cuando las verduras estén casi tiernas, añadir las arvejas y cocinar unos minutos más. Rectificar sabores y servir. Para emplatar agregar cilantro criollo finamente picado.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnica:

Tradicional
Sopa de morcilla de arroz

Sopa de morcilla de arroz

Esta sopa es como el tío que está en toda fiesta: nadie sabe cómo llegó, pero todos lo agradecen. La receta ha pasado de abuelas a nietas, y aunque tome cinco horas preparar previamente las morcillas, no hay queja. Es un plato que sabe a paciencia, cocinado con el esmero de las cocinas manabitas. Su fama de remedio para la resaca le ha ganado un lugar especial en la mesa. Después de una noche de farra, cuando el cuerpo anda pidiendo clemencia, ahí entra este caldo poderoso que “resucita al muerto” y lo deja listo para seguir. Las festividades locales, reuniones familiares y eventos comunitarios son su mejor escenario, aunque su sabor encan ta durante todo el año.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 500 g de vísceras de cerdo limpias, 500 g de morcillas listas para cocinar
  • 250 g de cebolla colorada, 1 rama de cebolla blanca, 1 pimiento cortado en cuadritos
  • 8 dientes de ajo
  • 1 cdta de comino, 1 cdta de orégano, 1 cdta de pimienta
  • 2 plátanos cortados en trozos
  • 2 L de agua
  • sal al gusto
  • limón para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hervir el agua y agregar los vegetales. Una vez que rompa el hervor, agregar las vísceras de cerdo. Condimentar la preparación añadiendo el comino, orégano, pimienta y la sal. Cocinar por unos minutos más para que las especias se integren. Cuando las vísceras estén cocidas, se agregan las morcillas de arroz por una hora a fuego lento. Después de veinte minutos, añadir el plátano. Dejar que las morcillas de arroz se revienten para así la sopa espesa. Servir con cilantro, cebolla blanca finamente picada y acompañar con limón.

Tiempo de preparación:

45 min (tiempo de cocción, 80 minutos)

Técnica:

Ancestral
Sopa de lora

Sopa de lora

Ni sopa ni lora, aunque así la llamen. La “Sopa de lora” se preparaba cuando el canto del gallo todavía no se había apagado. Mientras los niños correteaban medio dormidos, se servía este preparado que no está en ningún recetario elegante, pero que llena la panza. La mamá cuenta que su mamá también la hacía y a ella le enseñó la suya, que iban a cosechar café y, antes de la primera vuelta, los niños ya estaban embarrados hasta las orejas, como loritos, jugando en las tablas que servían de mesa y de asiento. Este platillo tiene la magia de lo cotidiano, el toque de manos curtidas que sabían que la mejor manera de empezar el día era con algo calientito, una ocurrencia servida en plato hondo, surgida del amor de las abuelas.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 3 plátanos
  • 1/2 tza de queso manaba
  • 100 g de pasta de maní
  • 1 L de café de olla
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cocinar y majar el plátano.
  • Añadir la pasta de maní, el queso rallado y la sal.
  • Amasar e incorporar bien todos los ingredientes.
  • Porcionar en bolitas.
  • Servir una tza de café y remojar las bolitas en el café a medida que se va comiendo.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnica:

Tradicional
Sopa de arroz con maní y costillas de chancho

Sopa de arroz con maní y costillas de chancho

Esta sopa es de nación de los campos en que el arroz crece al ritmo de la lluvia y el maní se recoge con trabajo que no admite pacharacos. Lleva la sabiduría de generaciones con sabores que sorprenden al paladar. Las costillas de chancho, ahumadas y maceradas en vinagre de guineo por horas son el centro del plato. Es un pedacito de Manabí que no se deja ir tan fácilmente.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 200 g costillas de chancho
  • 200 g de arroz
  • 45 g cebolla blanca, 40 g de tomatillo silvestre, 10 g de pimiento verde, 10 g cebollín
  • 2 dientes de ajo
  • 45 g de adobo manaba/aliño de la abuela
  • 60 g de sofrito
  • 1 tza de maní molido fino o pasta de maní
  • 2 1/2 L de agua
  • 10 ml de vinagre de guineo (revisar receta)
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cocinar el arroz con un litro de agua, agregar el ajo entero, la cebolla blanca cortada en pedazos grandes e incorporar una taza de agua en intervalos de quince minutos.
  • Cuando el arroz esté bien cocido, empezar a diluir la pasta de maní en medio litro de agua y añadir el sofrito y mezclar. Incorporar a la sopa de arroz, dejar reducir y rectificar la sal.
  • Marinar las costillas en vinagre de guineo por veinte minutos y retirar el líquido. Añadir adobo manaba y sal; para sellar freír o asar las costillas por diez minutos.
  • Servir la sopa con costillas, tomatillos cortados en mitades y acompañar con ensalada criolla.

Tiempo de preparación:

90 min

Técnica:

Tradicional
Caldo de habas con mondongo

Caldo de habas con mondongo

Picoazá es otro de los lugares manabitas donde las tradiciones se viven con intensidad y aquí, el caldo de mondongo con habas es más que un plato: es una experiencia que conecta todos los sentidos. Resistirse a esta delicia es casi imposible. Es un ritual que reconforta y une.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1 lb de panza de res y/o librillo limpio
  • 2 L de agua
  • 50 g de choclo tierno, 50 g de habichuela tierna, 150 g de yuca pelada
  • 4 dientes de ajo pelados
  • 2 cebollas paiteñas, 3 ramas de cebolla blanca, 1 pimiento
  • comino, sal, pimienta al gusto
  • orégano y cilantro criollo al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Para el aliño casero, con poca agua moler o licuar un ajo, una cebolla, un pimiento, comino, orégano, sal y pimienta al gusto.
  • Cocinar la panza de res y/o librillo con cebolla y ajo, por al menos una hora o hasta que esté en su punto. Retirar los vegetales y con un poco del caldo, licuar, cernir y volver a hervir.
  • Agregar la yuca y cocinar hasta que ablande; incorporar las habichuelas, choclo, cebolla blanca finamente picada y aliño casero al gusto; retirar el librillo y/o panza para cortar, luego incorporar y dejar hervir hasta que esté en su punto. Rectificar sabores.
  • Acompañar de plátano asado, arroz, maní quebrado y rodaja de limón.

Tiempo de preparación:

120 min

Técnica:

Ancestral
Caldo de pinchagua

Caldo de pinchagua

Es el manjar secreto de las abuelas manabitas, primero porque rara vez está a la venta y luego, porque después de comerlo, quedas hecho un león. ¡Y no es para menos! Este pececito, flaco y sin mucha gracia, es una bomba de energía. Cuando hay buena pesca de pinchagua, en las casas se arma el festival de caldo, y si te lo sirven, prepárate, porque la cantidad de nutrientes es tanta que dicen que te puede dejar dormido de puro bienestar. Aunque pocas personas lo venden, en las casas de Manabí se cocina con todo cariño, especialmente para enfermos o escolares. Hay que poner más pinchagua que agua, que no falte el peje, porque de ahí sale un jugo espesito, cargado de sabor. Si pasas por Las Gilces, allá por Crucita, chapea por aquí y por acullá. Y si ves que lo venden, no te lo pierdas, es como encontrar oro.

INGREDIENTES (Para 4 a 6 personas):

  • 10 unidades de pinchagua
  • 1 cebolla colorada, 1 pimiento verde, 1 cabeza de ajo
  • 2 plátanos grandes
  • 1/2 yuca pelada
  • 2 L de agua
  • 1 chorrito de aceite de achiote
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hervir el agua con sal y colocar las pinchaguas enteras pero sin cabeza. Machacar el ajo y agregar al caldo.
  • Cuando las pinchaguas estén cocidas, retirar de la cocción y con un molinillo deshacer, aplastar y mezclar; cernir el agua y dejar a un lado el puré de pinchagua.
  • Regresar el caldo al fuego, agregar un chorrito de aceite de achiote. Trocear la yuca, rallar el plátano, picar en cuadros la cebolla y el pimiento; incorporar a la preparación.
  • Rectificar sabores y servir acompañado con arroz, rodajas de limón y ají tradicional.

Tiempo de preparación:

60 min

Técnica:

Tradicional

Caldo de choclo con queso

Caldo de choclo con queso

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 3 tza de queso manaba
  • 3 choclos tiernos en trozos
  • 2 choclos tiernos cortados en rodajas
  • 1 1/2 cebolla colorada
  • 1 1/2 pimiento verde
  • 1 1/2 L de leche
  • 1 L de agua
  • 2 cdas de achiote
  • azúcar y sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Colocar en una olla el agua, la cebolla, el pimiento, una taza de queso cortado en cuadros y media cucharadita de azúcar. Dejar hervir veinte minutos.
  • Agregar a la preparación los choclos en trozos y desgranados, hervir a fuego medio hasta que esté en su punto.
  • Agregar la leche y el achiote. Hervir a fuego lento por diez minutos. Rectificar la sal.
  • Una vez listo apagar el fuego y agregar el resto del queso cortado en cuadros. Servir con cilantro finamente picado.

Tiempo de preparación:

40 min

Técnica:

Tradicional

Arroz con coco

El nombre de esta receta es literal todo lo que contiene: arroz y coco. En Cojimíes es una tradición, especialmente en el sector Alcatraz. En los años 40 del siglo pasado, era la forma principal en que se consumía el arroz por una simple razón: la leche de coco, obtenida de los abundantes cocoteros de la región, era la fuente de grasa más accesible.

Le añadía un sabor exquisito al arroz y lograba que quedará graneadito, suelto, y perfecto. Su origen está profundamente vinculado a la Hacienda La Esperancita, donde, se cultivaba un tipo especial de arroz llamado “de montaña”. Era más alto y resistente, capaz de soportar la sequía. Los trabajadores de la hacienda, tras largas jornadas, llegaban a sus hogares en Cañaveral y Alcatraz, donde las cocinas se llenaban del aroma dulce y envolvente que trepaba por las paredes de caña.

Aunque los tiempos han cambiado y la modernización ha traído nuevas formas de cocinar, en Cojimíes, el arroz con coco sigue siendo una tradición y testimonia la herencia cultural de este rincón de Pedernales.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 4 tza de arroz manaba precocido o 1 lb de arroz crudo
  • 2 cocos secos
  • 100 g de mantequilla
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Pelar los cocos y separar el agua. Extraer la carne del coco, rallarla y exprimirla para obtener el zumo. Reservar el agua y zumo por separado.
  • En una sartén, dorar las virutas de coco en mantequilla hasta que estén crujientes.
  • Llevar el arroz, previamente lavado, a cocinar en una olla, utilizar una taza de agua por cada taza de arroz. Cuando el agua se haya evaporado, agregar una mezcla de agua de coco y leche de coco, utilizar una taza de cada una por cada dos tazas de arroz. Cocinar a fuego medio hasta que la leche de coco se reduzca casi por completo.
  • Tapar la olla con una hoja de plátano soasada y cocinar hasta que el arroz termine de esponjarse. Rectificar los sabores al gusto.
  • Para emplatar, esparcir coco rallado y las virutas doradas sobre el arroz

Tiempo de preparación:

30 min

Técnica:

Tradicional

Calentados

Los calentados de habichuela o de fréjol son el ejemplo de que lo bueno se repite y mejora porque dicen que son más sabrosos al día siguiente. Imagínate: el arroz blanco de ayer, las menestras que sobraron y lo que ocurre cuando se calientan, se mezclan y listo. ¿Te animas a ponerle queso rallado, huevo frito o maduritos? Ah, y no olvides la salsa de queso o un queso frito para acompañar. ¡Un manjar que reinventa la cocina de aprovechamiento! ¿El secreto? Comerlo con ganas, porque en Manabí es una tradición deliciosa que se disfruta sin apuros.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 2 1/4 tza de arroz manabita
  • 2 tza de menestra de tu preferencia (fréjol, haba, habichuela)
  • 1/2 tza de queso manaba
  • 10 g de cilantro criollo picado
  • 2 1/2 cdas de sofrito

MODO DE PREPARACIÓN:

  • En un sartén calentar el sofrito.
  • Luego agregar la menestra, sea fría o caliente.
  • Incorporar el arroz y el queso rallado o desmenuzado y ser vir con cilantro picado.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnica:

Tradicional

Bistec de carne

Los hermanos Villacréses Cevallos, en Jipijapa, desde hace 59 años ofrecen en su Picantería “San Vicente” un plato que se ha vuelto emblema: el bistec de carne de res, acompañado de arroz o huevos fritos.

Se sirve todo el año y viene de los conocimientos que les transmitió su pariente, don Olivo Fienco. El secreto de su sabor radica en que cuando la carne está en punto exacto de cocción, agregan agua de cocción de arroz. Este plato reúne a comensales de toda edad que empiezan el día con desayuno reforzado.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1 lb de carne de res
  • 1/4 lb de cebolla colorada
  • 1 pimiento mediano
  • 1/4 lb de tomate
  • 3 hojas de cilantro de pozo/chillangua
  • 1/4 tza de agua
    ajo, sal, comino, pimienta al gusto
  • arroz manaba o plátano para asar para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Abrir en láminas finas la carne de res y aliñarla con sal, pimienta y comino al gusto.
  • En un sartén, con aceite caliente, sellar la carne. Una vez sellada, agregar las verduras (tomate, cebolla colorada y pimiento verde) para saltearlas en conjunto con la carne.
  • Añadir el agua, tapar y dejar que sude unos minutos.
  • Finalmente, al terminar la cocción, agregar cilantro de pozo o chillangua finamente picado y servir con arroz manaba o plátano asado.

Tiempo de preparación:

15 min

Técnica:

Tradicional
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Encocado de chame ahumado

Cuando las albarradas se secaban bajo el implacable sol, en la comunidad Coaque de Pedernales, era tiempo de recolectar chame. Con la tierra agrietada por falta de lluvia, el chame se quedaba atrapado en charcos menguantes y hombres, mujeres y niños salían con canastas y baldes a recogerlo. En los 70, don Alfredo, dueño de una de las albarradas más grandes de la región, decidió romper una de estas, dejando escapar cientos de quintales de camarón y chame al mar. Todo el pueblo estaba en la playa, recogiendo tesoros. Entre ellos, un niño de ocho años, hijo de Alfredo, corría por la arena, gritando que le dejaran los chames machos. Desde ese día, el apodo de “El Chame Macho” quedó para siempre con él.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 5 chames pequeños
  • 1 lb de sal en grano
  • 1 cdta de achiote
  • 1 tza de vinagre de guineo (revisar receta)
  • 2 cocos secos

Para el refrito

  • 1 cebolla blanca
  • 1 cebolla colorada
  • 1 pimiento verde
  • 1 diente de ajo
  • 1/2 tza de aceite de coco
  • 1 cdta de achiote en pasta
  • cilantro criollo, cilantro de pozo/chillangua al gusto, pimienta y comino al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

Chame ahumado:

  • Limpiar, lavar y secar los chames.
  • Abrir por la mitad en forma de mariposa y enjuagarlos con agua y vinagre de guineo.
  • Cubrir con sal gruesa y dejarlos reposar durante una hora. Luego, enjuagarlos nuevamente con agua y vinagre de guineo.
  • Untar a los chames la pasta de achiote; colgar en los cordeles cerca del horno de leña. Mantener una llama por ocho horas hasta que estén bien secos y se ahúmen.

Encocado:

  • Partir los cocos y recoger el agua.
  • Remojar los chames en la mitad del agua de coco.
  • Extraer la carne de coco o rasparla con la cáscara para licuar y obtener la leche de coco.
  • En una paila o cacerola de barro, agregar el aceite de coco para hacer un refrito con cebollas, ajo y pimiento a fuego. Cuando esté bien sofrito, agregar el cilantro criollo finamente picado y tapar con una hoja de plátano.
  • Incorporar el maduro en marabajitas sobre el pescado y añadir el comino y las hierbas picadas. Agregar la leche de coco, tapar y cocinar a fuego bajo durante quince minutos.
  • Servir el pescado en su salsa, acompañado de arroz manaba y el maduro cocido.

Tiempo de preparación:

90 minutos (tiempo de ahumado, 1 día)

Técnica:

Ancestral

Arroz con guariche

No hay plato más manaba que un buen arroz con guariche, ese cangrejito dulce que da sabor a la vida y a la olla. En la localidad El Barro, de la Parroquia Cojimíes, del cantón Pedernales, los recolectores se internan en los manglares, sacan su sarta de guariches y llegan al mercado, mientras sus esposas, alfareras de manos mágicas, moldean la tierra en formas que solo ellas conocen. El secreto está en combinar el dulzor del guariche, el ajo, la cebolla y un toque de achiote que da color al plato. Cuando los guariches no están en veda, se arman las fiestas en las casas y ese arroz en el fogón es invitado de honor. Un bocado de tradición que lleva el sabor del manglar y el esfuerzo de los recolectores. ¡Así que a servirse bien lleno el plato y a repetir sin vergüenza!.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1 lb de arroz manabita (revisar receta)
  • 1 sarta de guariches (14 unidades)
  • 1/2 tza de pimiento verde (juliana)
  • 1/2 tza de pimiento rojo (juliana)
  • 1/2 tza de cebolla colorada (juliana)
  • 1/2 cdta de cilantro de pozo/chillangua
  • 1 cda de cilantro picado
  • 1 cdta de orégano seco
  • 2 cdas de manteca de cerdo
  • 1 cda de sal
  • 1 pizca de comino
  • 3 dientes de ajo
  • 1 tza de sofrito
  • 1 tza de cerveza
  • 4 L de agua
  • 1 atado de tallos de cilantro machacado
  • 1 porción de maduros fritos
  • 1 porción de aguacate

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Una vez limpios los guariches, cocinar en agua con un atado de tallos de cilantro, ajo, pimiento, orégano seco, cerveza y un poco de sal. Reservar.
  • Cocinar el arroz con el agua en que se cocieron los guariches y agregar la manteca. Reservar.
  • Sacar la pulpa y gordura del guariche y mezclar en un sartén junto al sofrito, el comino y el arroz manabita; agregar media taza del agua donde cocimos los guariches.
  • Rectificar sabores. Servir con maduros fritos en marabajas, aguacate en rodajas y cilantro de pozo o chillangua picada finamente.

 

Nota: Se acostumbra acompañar con caparazones rellenos de masa madre manabita cocinados en el agua de los guariches. En Tosagua, se le agrega maduro al relleno.

Tiempo de preparación:

120 min

Técnica:

Tradicional

Arroz con mariscos

La variedad es la norma y el sabor, la ley

Cualquier día es bueno para un arroz con mariscos. Cada cantón, hasta en sus más pequeños rincones y de allí, en viravuelta, lo ofrece con su toque. La variedad es la norma y el sabor, la ley.

Chapeando por varios puestos, podemos contarles que la magia comienza con un refrito de sabor profundo, con cebollas, pimientos, ajos y corazones de los tomates, que normalmente se
destinarían al ceviche. Nada se desperdicia, porque en la cocina manabita se usa todo y cada ingrediente brilla. Para que el plato tenga esa intensidad que provoca aventarse, se utilizan fondos de cabezas de pescado, camarones y langostinos. Va todo junto, pero cada elemento se prepara con antelación para que al llegar el comensal, el plato venga enseguida.

La innovación no está prohibida. Hay sitios en que han incorporado salsa china y de ostras. Si habláramos de moda, diríamos que es un clásico. Hay tradición e innovación en su justa medida para que los resultados marquen el estilo de Manabí y su gente.

INGREDIENTES (Para 2 personas):

  •  1 lb de camarones
  • 100 g de calamar
  • 120 g de conchas en su jugo
  • 100 g de pulpa de cangrejo
  • 4 langostinos
  • 1 cdta de salsa de ostión (opcional)
  • 3 cdtas de aceite con achiote
  • 3 cdas de cebolla colorada
  • 2 cdas de pimiento verde picado
  • 2 cdas de pimiento rojo picado
  • 1 cda de cilantro de pozo/chillangua
  • 2 cdas de cilantro criollo
  • 2 cdas de cebolla blanca picada
  • 1 cdta de ajo
  • 4 tza de arroz manaba (revisar receta)
  • 1 tza de fondo de mariscos
  • 1 pizca de azúcar
  • 1 pizca de comino en polvo
  • Sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hacer un refrito con las cebollas, pimientos, ajo, achiote.
  • Salpimentar los mariscos y sazonar con la salsa de ostión y la pizca de comino.
  • Una vez que las verduras del refrito empiecen a caramelizarse, incroporar el camarón y calamar. Cuando ya inicia su cocción, agregar el pulpo y la pulpa de cangrejo precocidos, además de la concha con sus jugos.
  • A la preparación, agregar el fondo de mariscos, añadir y
    corregir sal y pimienta; aumentar una pizca de azúcar, que servirá para potenciar los sabores (es un truco de abuelitas). Dejar en reducción por unos minutos.
  • Añadir el arroz manaba precocido y mezclar hasta obtener una mixtura homogénea. Mantener en fuego lento.
  • Una vez corregidos los puntos de sal, agregar el cilantro de pozo finamente picado.
  • Para la decoración, en un sartén aparte, cocinar los langostinos, primero sellándolos solo con un poquito de
    aceite y sal. Reservar.
  • Finalmente, servir el arroz, coronando con los langostinos. Acompañar con una tajada de maduro frito, aguacate y cilantro criollo finamente picado.

Tiempo de preparación:

60 Minutos.

Técnicas:

Tradicional e Innovación

Arroz con coco

Arroz con coco

El nombre de esta receta es literal todo lo que contiene: arroz y coco. En Cojimíes es una tradición, especialmente en el sector Alcatraz. En los años 40 del siglo pasado, era la forma principal en que se consumía el arroz por una simple razón: la leche de coco, obtenida de los abundantes cocoteros de la región, era la fuente de grasa más accesible.

Le añadía un sabor exquisito al arroz y lograba que quedará graneadito, suelto, y perfecto. Su origen está profundamente vinculado a la Hacienda La Esperancita, donde, se cultivaba un tipo especial de arroz llamado “de montaña”. Era más alto y resistente, capaz de soportar la sequía. Los trabajadores de la hacienda, tras largas jornadas, llegaban a sus hogares en Cañaveral y Alcatraz, donde las cocinas se llenaban del aroma dulce y envolvente que trepaba por las paredes de caña.

Aunque los tiempos han cambiado y la modernización ha traído nuevas formas de cocinar, en Cojimíes, el arroz con coco sigue siendo una tradición y testimonia la herencia cultural de este rincón de Pedernales.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 4 tza de arroz manaba precocido o 1 lb de arroz crudo
  • 2 cocos secos
  • 100 g de mantequilla
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Pelar los cocos y separar el agua. Extraer la carne del coco, rallarla y exprimirla para obtener el zumo. Reservar el agua y zumo por separado.
  • En una sartén, dorar las virutas de coco en mantequilla hasta que estén crujientes.
  • Llevar el arroz, previamente lavado, a cocinar en una olla, utilizar una taza de agua por cada taza de arroz. Cuando el agua se haya evaporado, agregar una mezcla de agua de coco y leche de coco, utilizar una taza de cada una por cada dos tazas de arroz. Cocinar a fuego medio hasta que la leche de coco se reduzca casi por completo.
  • Tapar la olla con una hoja de plátano soasada y cocinar hasta que el arroz termine de esponjarse. Rectificar los sabores al gusto.
  • Para emplatar, esparcir coco rallado y las virutas doradas sobre el arroz

Tiempo de preparación:

30 min

Técnica:

Tradicional
Calentados

Calentados

Los calentados de habichuela o de fréjol son el ejemplo de que lo bueno se repite y mejora porque dicen que son más sabrosos al día siguiente. Imagínate: el arroz blanco de ayer, las menestras que sobraron y lo que ocurre cuando se calientan, se mezclan y listo. ¿Te animas a ponerle queso rallado, huevo frito o maduritos? Ah, y no olvides la salsa de queso o un queso frito para acompañar. ¡Un manjar que reinventa la cocina de aprovechamiento! ¿El secreto? Comerlo con ganas, porque en Manabí es una tradición deliciosa que se disfruta sin apuros.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 2 1/4 tza de arroz manabita
  • 2 tza de menestra de tu preferencia (fréjol, haba, habichuela)
  • 1/2 tza de queso manaba
  • 10 g de cilantro criollo picado
  • 2 1/2 cdas de sofrito

MODO DE PREPARACIÓN:

  • En un sartén calentar el sofrito.
  • Luego agregar la menestra, sea fría o caliente.
  • Incorporar el arroz y el queso rallado o desmenuzado y ser vir con cilantro picado.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnica:

Tradicional
Bistec de carne

Bistec de carne

Los hermanos Villacréses Cevallos, en Jipijapa, desde hace 59 años ofrecen en su Picantería “San Vicente” un plato que se ha vuelto emblema: el bistec de carne de res, acompañado de arroz o huevos fritos.

Se sirve todo el año y viene de los conocimientos que les transmitió su pariente, don Olivo Fienco. El secreto de su sabor radica en que cuando la carne está en punto exacto de cocción, agregan agua de cocción de arroz. Este plato reúne a comensales de toda edad que empiezan el día con desayuno reforzado.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1 lb de carne de res
  • 1/4 lb de cebolla colorada
  • 1 pimiento mediano
  • 1/4 lb de tomate
  • 3 hojas de cilantro de pozo/chillangua
  • 1/4 tza de agua
    ajo, sal, comino, pimienta al gusto
  • arroz manaba o plátano para asar para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Abrir en láminas finas la carne de res y aliñarla con sal, pimienta y comino al gusto.
  • En un sartén, con aceite caliente, sellar la carne. Una vez sellada, agregar las verduras (tomate, cebolla colorada y pimiento verde) para saltearlas en conjunto con la carne.
  • Añadir el agua, tapar y dejar que sude unos minutos.
  • Finalmente, al terminar la cocción, agregar cilantro de pozo o chillangua finamente picado y servir con arroz manaba o plátano asado.

Tiempo de preparación:

15 min

Técnica:

Tradicional
Encocado de chame ahumado
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Encocado de chame ahumado

Cuando las albarradas se secaban bajo el implacable sol, en la comunidad Coaque de Pedernales, era tiempo de recolectar chame. Con la tierra agrietada por falta de lluvia, el chame se quedaba atrapado en charcos menguantes y hombres, mujeres y niños salían con canastas y baldes a recogerlo. En los 70, don Alfredo, dueño de una de las albarradas más grandes de la región, decidió romper una de estas, dejando escapar cientos de quintales de camarón y chame al mar. Todo el pueblo estaba en la playa, recogiendo tesoros. Entre ellos, un niño de ocho años, hijo de Alfredo, corría por la arena, gritando que le dejaran los chames machos. Desde ese día, el apodo de “El Chame Macho” quedó para siempre con él.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 5 chames pequeños
  • 1 lb de sal en grano
  • 1 cdta de achiote
  • 1 tza de vinagre de guineo (revisar receta)
  • 2 cocos secos

Para el refrito

  • 1 cebolla blanca
  • 1 cebolla colorada
  • 1 pimiento verde
  • 1 diente de ajo
  • 1/2 tza de aceite de coco
  • 1 cdta de achiote en pasta
  • cilantro criollo, cilantro de pozo/chillangua al gusto, pimienta y comino al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

Chame ahumado:

  • Limpiar, lavar y secar los chames.
  • Abrir por la mitad en forma de mariposa y enjuagarlos con agua y vinagre de guineo.
  • Cubrir con sal gruesa y dejarlos reposar durante una hora. Luego, enjuagarlos nuevamente con agua y vinagre de guineo.
  • Untar a los chames la pasta de achiote; colgar en los cordeles cerca del horno de leña. Mantener una llama por ocho horas hasta que estén bien secos y se ahúmen.

Encocado:

  • Partir los cocos y recoger el agua.
  • Remojar los chames en la mitad del agua de coco.
  • Extraer la carne de coco o rasparla con la cáscara para licuar y obtener la leche de coco.
  • En una paila o cacerola de barro, agregar el aceite de coco para hacer un refrito con cebollas, ajo y pimiento a fuego. Cuando esté bien sofrito, agregar el cilantro criollo finamente picado y tapar con una hoja de plátano.
  • Incorporar el maduro en marabajitas sobre el pescado y añadir el comino y las hierbas picadas. Agregar la leche de coco, tapar y cocinar a fuego bajo durante quince minutos.
  • Servir el pescado en su salsa, acompañado de arroz manaba y el maduro cocido.

Tiempo de preparación:

90 minutos (tiempo de ahumado, 1 día)

Técnica:

Ancestral
Arroz con guariche

Arroz con guariche

No hay plato más manaba que un buen arroz con guariche, ese cangrejito dulce que da sabor a la vida y a la olla. En la localidad El Barro, de la Parroquia Cojimíes, del cantón Pedernales, los recolectores se internan en los manglares, sacan su sarta de guariches y llegan al mercado, mientras sus esposas, alfareras de manos mágicas, moldean la tierra en formas que solo ellas conocen. El secreto está en combinar el dulzor del guariche, el ajo, la cebolla y un toque de achiote que da color al plato. Cuando los guariches no están en veda, se arman las fiestas en las casas y ese arroz en el fogón es invitado de honor. Un bocado de tradición que lleva el sabor del manglar y el esfuerzo de los recolectores. ¡Así que a servirse bien lleno el plato y a repetir sin vergüenza!.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1 lb de arroz manabita (revisar receta)
  • 1 sarta de guariches (14 unidades)
  • 1/2 tza de pimiento verde (juliana)
  • 1/2 tza de pimiento rojo (juliana)
  • 1/2 tza de cebolla colorada (juliana)
  • 1/2 cdta de cilantro de pozo/chillangua
  • 1 cda de cilantro picado
  • 1 cdta de orégano seco
  • 2 cdas de manteca de cerdo
  • 1 cda de sal
  • 1 pizca de comino
  • 3 dientes de ajo
  • 1 tza de sofrito
  • 1 tza de cerveza
  • 4 L de agua
  • 1 atado de tallos de cilantro machacado
  • 1 porción de maduros fritos
  • 1 porción de aguacate

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Una vez limpios los guariches, cocinar en agua con un atado de tallos de cilantro, ajo, pimiento, orégano seco, cerveza y un poco de sal. Reservar.
  • Cocinar el arroz con el agua en que se cocieron los guariches y agregar la manteca. Reservar.
  • Sacar la pulpa y gordura del guariche y mezclar en un sartén junto al sofrito, el comino y el arroz manabita; agregar media taza del agua donde cocimos los guariches.
  • Rectificar sabores. Servir con maduros fritos en marabajas, aguacate en rodajas y cilantro de pozo o chillangua picada finamente.

 

Nota: Se acostumbra acompañar con caparazones rellenos de masa madre manabita cocinados en el agua de los guariches. En Tosagua, se le agrega maduro al relleno.

Tiempo de preparación:

120 min

Técnica:

Tradicional
Arroz con mariscos

Arroz con mariscos

La variedad es la norma y el sabor, la ley

Cualquier día es bueno para un arroz con mariscos. Cada cantón, hasta en sus más pequeños rincones y de allí, en viravuelta, lo ofrece con su toque. La variedad es la norma y el sabor, la ley.

Chapeando por varios puestos, podemos contarles que la magia comienza con un refrito de sabor profundo, con cebollas, pimientos, ajos y corazones de los tomates, que normalmente se
destinarían al ceviche. Nada se desperdicia, porque en la cocina manabita se usa todo y cada ingrediente brilla. Para que el plato tenga esa intensidad que provoca aventarse, se utilizan fondos de cabezas de pescado, camarones y langostinos. Va todo junto, pero cada elemento se prepara con antelación para que al llegar el comensal, el plato venga enseguida.

La innovación no está prohibida. Hay sitios en que han incorporado salsa china y de ostras. Si habláramos de moda, diríamos que es un clásico. Hay tradición e innovación en su justa medida para que los resultados marquen el estilo de Manabí y su gente.

INGREDIENTES (Para 2 personas):

  •  1 lb de camarones
  • 100 g de calamar
  • 120 g de conchas en su jugo
  • 100 g de pulpa de cangrejo
  • 4 langostinos
  • 1 cdta de salsa de ostión (opcional)
  • 3 cdtas de aceite con achiote
  • 3 cdas de cebolla colorada
  • 2 cdas de pimiento verde picado
  • 2 cdas de pimiento rojo picado
  • 1 cda de cilantro de pozo/chillangua
  • 2 cdas de cilantro criollo
  • 2 cdas de cebolla blanca picada
  • 1 cdta de ajo
  • 4 tza de arroz manaba (revisar receta)
  • 1 tza de fondo de mariscos
  • 1 pizca de azúcar
  • 1 pizca de comino en polvo
  • Sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hacer un refrito con las cebollas, pimientos, ajo, achiote.
  • Salpimentar los mariscos y sazonar con la salsa de ostión y la pizca de comino.
  • Una vez que las verduras del refrito empiecen a caramelizarse, incroporar el camarón y calamar. Cuando ya inicia su cocción, agregar el pulpo y la pulpa de cangrejo precocidos, además de la concha con sus jugos.
  • A la preparación, agregar el fondo de mariscos, añadir y
    corregir sal y pimienta; aumentar una pizca de azúcar, que servirá para potenciar los sabores (es un truco de abuelitas). Dejar en reducción por unos minutos.
  • Añadir el arroz manaba precocido y mezclar hasta obtener una mixtura homogénea. Mantener en fuego lento.
  • Una vez corregidos los puntos de sal, agregar el cilantro de pozo finamente picado.
  • Para la decoración, en un sartén aparte, cocinar los langostinos, primero sellándolos solo con un poquito de
    aceite y sal. Reservar.
  • Finalmente, servir el arroz, coronando con los langostinos. Acompañar con una tajada de maduro frito, aguacate y cilantro criollo finamente picado.

Tiempo de preparación:

60 Minutos.

Técnicas:

Tradicional e Innovación

Pan con helado

Hace más de 60 años, don Reinaldo Molina Suárez se convirtió en un ícono de Manta con sus helados de coco artesanales. Con su carrito de helado, solía instalarse en la Avenida 2 y calle 10, vendía conos que refrescaban a todo el que pasaba. Al fallecer, su hijo Fernando tomó la posta, pero decidió innovar: creó el sánduche de helado, al combinar el cremoso helado de coco con pan fresco, comprando diariamente
veinte sucres de pan para satisfacer a los mantenses que se enamoraron de esta delicia.

INGREDIENTES:

  • 10 cocos secos
  • 12 lb de azúcar
  • 20 L de leche
  • Pan al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Abrir los cocos secos, extraer el agua, reservar. Sacar la
    carne de coco y rallar finamente. Para la leche, licuar la carne rallada junto con el agua de coco hasta obtener una mezcla homogénea; colar y reservar. Lo ideal es obtener veinte litros de leche de coco; si no se alcanza esta cantidad, completar con leche entera. En la batidora, verter la leche de coco reservada y agregar el azúcar. Mezclar a alta velocidad hasta que se integren los ingredientes completamente. Verter la mezcla en un cubo rodeado de hielo con sal , o en un recipiente llevar al congelador. Revolver ocasionalmente para garantizar que se congele de manera uniforme. Finalmente, rellenar el pan con helado y servir.

Tiempo de preparación:

60 Minutos.

Técnicas:

Tradicional

Huevos de rana

En Canoa, este manjar evoca tardes de finca. Se preparan con la leche fresca de las vacas, separada especialmente para esta delicia, y se cocinan en una olla sobre el horno, dejando que el aroma de las hierbas y la leche inunde el ambiente.

Los niños, impacientes y curiosos, rondan alrededor, parándose de puntillas y tratando de asomarse para ver si ya están listos. Los más atrevidos intentan picar los huevitos en la olla caliente, aunque saben que hay que esperar a que enfríen, porque si se los comen así nomás, ¡el dolor de barriga no se los quita nadie!

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 10 L de leche
  • 2 g de cuajo
  • 1 lb de azúcar
  • 1 lb de panela
  • 3 rajas de canela
  • 2 hojas de laurel
  • 5 pimientas dulces
  • 1 anís estrellado
  • 2 limones verdes

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Calentar la leche cruda hasta los 43°C (no dejar que hierva). Sacar del fuego y agregar de veinte a veinticinco gotas de cuajo líquido. Dejar reposar por treinta minutos a temperatura ambiente. Recoger la cuajada suavemente con las manos y formar una bola. Sacar el líquido aplastando suavemente. Reservar el suero. Colocar en una batea inclinada para que la preparación llore (siga drenando suero). Hervir dos litros de suero de leche con las especias, el azúcar y la panela a fuego medio. Cortar la cuajada en cubos para luego dar una forma ovalada. Una vez que estén formados los huevos, añadir a la preparación anterior y mover despacio, evitando que se queme. Bajar el fuego al mínimo y mover hasta obtener una textura garrapiñada (espesa sin llegar a caramelo). Extender en hojas de plátano y dejar enfriar. Servir con ralladura de limón y queso fresco. El rendimiento de la leche con respecto a la cuajada es de aproximadamente el 10%, es decir, de los cinco litros nos quedaría 500 gramos de cuajada.

Tiempo de preparación:

90 Minutos.

Técnicas:

Tradicional

Bizcochuelo

A falta de moldes sofisticados, papel de empaque

Dnde se hacía bizcochuelo, se respiraba dulzura y tradición. Con manos firmes, pero llenas de ternura, la receta ha pasado de generación en generación. Con delantales llenos de harina y sonrisas cómplices, el secreto para que el bizcochuelo sea esponjoso era batir las claras a punto de nieve y añadir el azúcar poco a poco. ¿El resultado? Un bizcochuelo que se deshacía en la boca.

En su época, no había moldes sofisticados, solo papel de empaque de las fundas, cuidadosamente colocado debajo de la torta para que no se pegara. El toque mágico estaba en el amor con el que lo preparaba y que hoy es revivido por su nieta en un restaurante en Guayaquil.

INGREDIENTES (Para 4 a 6 personas):

  • 8 huevos
  • 8 cdas de harina
  • 8 cdas de azúcar
  • 1 cda de polvo de hornear
  • harina al gusto
  • mantequilla al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Partir los huevos y separar en claras y yemas. Batir por separado con el azúcar.
  • En el caso de las claras batir a punto de nieve y de forma permanente mientras se incorpora la mitad del azúcar, hasta que se formen picos. Y para las yemas, incorporar el resto del azúcar y batir hasta que no queden grumos. Luego de ello, unir ambas preparaciones. En el colador agregar el harina y polvo de hornear y tamizar.
  • Mezclar con movimientos envolventes para integrarlos y evitar que se baje la preparación.
  • Colocar en el molde previamente engrasado y enharinado; se recomienda colocar papel encerado para que la prepa- ración no se pegue.
  • Precalentar el horno y hornear a 160°C por treinta minutos.

Tiempo de preparación:

50 Minutos.

Técnicas:

Tradicional
Pan con helado

Pan con helado

Hace más de 60 años, don Reinaldo Molina Suárez se convirtió en un ícono de Manta con sus helados de coco artesanales. Con su carrito de helado, solía instalarse en la Avenida 2 y calle 10, vendía conos que refrescaban a todo el que pasaba. Al fallecer, su hijo Fernando tomó la posta, pero decidió innovar: creó el sánduche de helado, al combinar el cremoso helado de coco con pan fresco, comprando diariamente
veinte sucres de pan para satisfacer a los mantenses que se enamoraron de esta delicia.

INGREDIENTES:

  • 10 cocos secos
  • 12 lb de azúcar
  • 20 L de leche
  • Pan al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Abrir los cocos secos, extraer el agua, reservar. Sacar la
    carne de coco y rallar finamente. Para la leche, licuar la carne rallada junto con el agua de coco hasta obtener una mezcla homogénea; colar y reservar. Lo ideal es obtener veinte litros de leche de coco; si no se alcanza esta cantidad, completar con leche entera. En la batidora, verter la leche de coco reservada y agregar el azúcar. Mezclar a alta velocidad hasta que se integren los ingredientes completamente. Verter la mezcla en un cubo rodeado de hielo con sal , o en un recipiente llevar al congelador. Revolver ocasionalmente para garantizar que se congele de manera uniforme. Finalmente, rellenar el pan con helado y servir.

Tiempo de preparación:

60 Minutos.

Técnicas:

Tradicional
Huevos de rana

Huevos de rana

En Canoa, este manjar evoca tardes de finca. Se preparan con la leche fresca de las vacas, separada especialmente para esta delicia, y se cocinan en una olla sobre el horno, dejando que el aroma de las hierbas y la leche inunde el ambiente.

Los niños, impacientes y curiosos, rondan alrededor, parándose de puntillas y tratando de asomarse para ver si ya están listos. Los más atrevidos intentan picar los huevitos en la olla caliente, aunque saben que hay que esperar a que enfríen, porque si se los comen así nomás, ¡el dolor de barriga no se los quita nadie!

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 10 L de leche
  • 2 g de cuajo
  • 1 lb de azúcar
  • 1 lb de panela
  • 3 rajas de canela
  • 2 hojas de laurel
  • 5 pimientas dulces
  • 1 anís estrellado
  • 2 limones verdes

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Calentar la leche cruda hasta los 43°C (no dejar que hierva). Sacar del fuego y agregar de veinte a veinticinco gotas de cuajo líquido. Dejar reposar por treinta minutos a temperatura ambiente. Recoger la cuajada suavemente con las manos y formar una bola. Sacar el líquido aplastando suavemente. Reservar el suero. Colocar en una batea inclinada para que la preparación llore (siga drenando suero). Hervir dos litros de suero de leche con las especias, el azúcar y la panela a fuego medio. Cortar la cuajada en cubos para luego dar una forma ovalada. Una vez que estén formados los huevos, añadir a la preparación anterior y mover despacio, evitando que se queme. Bajar el fuego al mínimo y mover hasta obtener una textura garrapiñada (espesa sin llegar a caramelo). Extender en hojas de plátano y dejar enfriar. Servir con ralladura de limón y queso fresco. El rendimiento de la leche con respecto a la cuajada es de aproximadamente el 10%, es decir, de los cinco litros nos quedaría 500 gramos de cuajada.

Tiempo de preparación:

90 Minutos.

Técnicas:

Tradicional
Bizcochuelo

Bizcochuelo

A falta de moldes sofisticados, papel de empaque

Dnde se hacía bizcochuelo, se respiraba dulzura y tradición. Con manos firmes, pero llenas de ternura, la receta ha pasado de generación en generación. Con delantales llenos de harina y sonrisas cómplices, el secreto para que el bizcochuelo sea esponjoso era batir las claras a punto de nieve y añadir el azúcar poco a poco. ¿El resultado? Un bizcochuelo que se deshacía en la boca.

En su época, no había moldes sofisticados, solo papel de empaque de las fundas, cuidadosamente colocado debajo de la torta para que no se pegara. El toque mágico estaba en el amor con el que lo preparaba y que hoy es revivido por su nieta en un restaurante en Guayaquil.

INGREDIENTES (Para 4 a 6 personas):

  • 8 huevos
  • 8 cdas de harina
  • 8 cdas de azúcar
  • 1 cda de polvo de hornear
  • harina al gusto
  • mantequilla al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Partir los huevos y separar en claras y yemas. Batir por separado con el azúcar.
  • En el caso de las claras batir a punto de nieve y de forma permanente mientras se incorpora la mitad del azúcar, hasta que se formen picos. Y para las yemas, incorporar el resto del azúcar y batir hasta que no queden grumos. Luego de ello, unir ambas preparaciones. En el colador agregar el harina y polvo de hornear y tamizar.
  • Mezclar con movimientos envolventes para integrarlos y evitar que se baje la preparación.
  • Colocar en el molde previamente engrasado y enharinado; se recomienda colocar papel encerado para que la prepa- ración no se pegue.
  • Precalentar el horno y hornear a 160°C por treinta minutos.

Tiempo de preparación:

50 Minutos.

Técnicas:

Tradicional

DE LA BALSA A LA FIBRA

Lo de “caminante no hay camino, se hace camino al andar”, en lo que hoy es Manabí se aplica a los navegantes marítimos que fueron intercambiando conocimientos y haciendo de las culturas aborígenes pioneras en su organización y formas de vida.

La cultura Valdivia, famosa por las figuritas femeninas a las que hemos llamado Venus, lo era también por otros aspectos, como el uso de red y arpón para pescar. Eso ha ameritado estudios como el del arqueólogo inglés Richard Lunnis, quien da clases en la Universidad Técnica de Manabí.

Nos cuenta que hace 6.000 años el anzuelo fue de madre perla e hilos de algodón para amarrarlo. La prueba-error con que aprendemos los humanos llevó luego a usar un anzuelo de conchas y la cultura manteña ya recurrió al cobre. ¿Sorprendidos? Pues sepan que los Manteños (600-1.530 antes de nuestra era), trabajaban ya con metales a más de ser expertos navegantes y comerciantes. De su talento surgió la balsa de caña que llegó hasta las costas de Perú y Chile. Llevaron y trajeron conocimientos desde ultramar que se vieron, por ejemplo, en la arquitectura que desarrollaron que incluía complejas estructuras con terrazas artificiales y espacios ceremoniales para rendir culto a Umiña, la diosa representada por una gran esmeralda. Pero volvamos a las balsas: las había pequeñas y grandes, canoas, bongos y otras. Las manejaban con remos y sus constructores históricos mantuvieron la madera liviana de la balsa para construirla.

Tan buenas eran que solamente fue por los años 70 del siglo pasado que empezaron a reemplazar las naves artesanales por barcas de fibra de vidrio y con motor fuera de borda. Nos lo cuenta en amena conversación Joselías Sánchez, historiador de la cultura manteña. Hoy, el uso de la tecnología también cambió la forma de pescar. El GPS reemplazó al sistema de radio y las baterías, a los mecheros que señalaban la ubicación de las redes.

“Pero esta actividad nos sigue enfrentando a la inmensidad y a los peligros del mar”, nos dice Juan Pincay, pescador desde los 12 años en Puerto López. Con 700 u 800 anzuelos, los pescadores se lanzan al mar y pescan corvina y cabezudo. 

Y si no hay cardúmenes mar adentro, hacen la pesca de roca y consiguen extraer perela, un pescado con muchas escamas, y cachetes rosados, que tiene gran demanda. Para encontrar toda variedad y encontrar explicación para la gastronomía tan diversa, basta ir a “Playita mía”, el mercado en Tarqui, de Manta. Están bien organizados y Jhon Vera, dirigente de una de las once asociaciones, medio quejándose medio contando dice que la pesca pata a pata alejaalos pescadores de la playa y los lleva mar adentro, y que ahí permanecen cuatro días. Cuando regresan, la playa se llena de picudos, albacoras, camotillo y dorados que salen para consumo desde las embarcaciones.

Entra entonces el engavetado, que es como llaman a la clasificación del pescado en cajas de plástico para venta por todo Manabí y el Ecuador. Lo que se queda en el mercado pasa a la limpieza. Don Wilmer Estrada tiene 20 años abriendo pescados, grandes y pequeños, según quiera el cliente. “Este señor tiene tanta experiencia que lo llevé a la universidad, donde doy clases y dio una lección práctica, es una persona de mucha experiencia”, dice María Cecilia Cedeño, experta en platos manabitas y con restaurante propio en Manta. No solo es mercado. En “Playita mía” la zona gastronómica ofrece de todo: encebollado, ceviche de pinchagua, majada con albacora o con bonito, aserrín, que es un desmenuzado con toyo, el chicharrón, sopas, manizados, picaditos de atún, pescado hornado, bolas rellenas, camotillo en variadas presentaciones…

Ahí llegan manabitas y extranjeros donde “del mar a la
mesa” aplica en todo su esplendor.

LA TRAVESURA DE ALEJITO

¡Qué hermosa es la tierra de Manabí! Lo afirman poetas, cantores y todos los que han tenido el privilegio de recorrerla. En ella, nacen “inventos” y “travesuras” que, de a poco, se convierten en parte del Ecuador y luego se dispersan por el mundo.

Uno de estos eventos ocurrió en mayo de 1970, un tiempo de incertidumbre y dictadura en el país. La historia que les voy a contar tuvo lugar en la casa de la familia Orlando Zavala, en Jipijapa.

En una típica reunión manabita, donde cualquier pretexto es válido para celebrar un cumpleaños, un aniversario, la despedida de un ser querido, o simplemente la dicha de estar vivos se congregaron hombres y mujeres, madres y tías, padres, sobrinos y nietos, disfrutando de la tarde y anticipando, como es costumbre por estos lares, una gran comilona.

El aroma del viche ya comenzaba a invadir la casa, esparciéndose desde la cocina donde las damas de la familia, como era la tradición, se encargaban de su preparación.

Fue entonces cuando el joven Rodrigo Alejo Orlando Zavala, conocido como Alejito, de apenas 30 años, se dejó llevar por el hechizo de ese aroma irresistible y, como si estuviera poseído por una idea repentina, se dirigió a la cocina.

Con la seriedad de un científico a punto de realizar un gran descubrimiento, Alejito observó el pescado, luego posó su mirada en los ingredientes listos para ser añadidos a la olla, y, como impulsado por una inspiración divina, tomó el pescado crudo, lo encurtió y lo preparó con limón y sal.

Hasta aquí, nada fuera de lo común. Pero cuando el plato estuvo listo, se le ocurrió añadir un poco de líquido de maní, lo mezcló cuidadosamente y luego lo probó.

¿Adivinan lo que pasó? El sabor era extraordinario, pero necesitaba confirmarlo, así que ofreció su creación a las damas de la cocina y luego a los familiares que conversaban en la sala. Las expresiones de aprobación fueron inmediatas, y todos abrazaron emocionados al autor de tan importante hallazgo (que el tiempo confirmaría como tal).

Generoso como siempre, Alejito decidió que su “travesura” podía gustar al resto de la gente, y al día siguiente habló con un sobrino que administraba una gasolinera a la salida de la ciudad, frente al colegio “Alejo Lascano”. 

Le contó su proyecto: vender ceviche con el nuevo ingrediente.

Sin dudarlo, su sobrino le cedió sin costo el pequeño bar que estaba desocupado en la gasolinera.

Era el lugar perfecto, como si el destino lo hubiera decidido. Sus primeros clientes fueron los conductores de buses que se detenían a cargar combustible y los profesores y estudiantes del colegio.

El ceviche de Alejito se hizo tan popular que, tras un año en ese lugar, su fama lo siguió hasta el nuevo local que instaló en la planta baja de la casa de sus padres, en Bolívar y Ricaurte, cerca de un mercado de mariscos. No hizo falta ponerle nombre al negocio ni anunciar su nueva dirección. “Vamos a comer el ceviche de Alejito” ya era un refrán popular.

En aquellos días, el ceviche costaba un sucre, y Alejito prefería el dorado como pescado principal. Seguía el ritual: pescado encurtido con limón, sal, cilantro, cebolla y ese toque mágico de jugo de maní. Lo servía con galletas cuadradas de “La Universal” o con pequeñas roscas, nunca con chifle. Para refrescar, ofrecía tres marcas de colas.

Su invención no tardó en convertirse en una tradición culinaria en Jipijapa, y de ahí se extendió a toda Manabí y al Ecuador entero. Incluso cruzó fronteras, como lo demuestra el famoso chef Jorge Rausch, quien en su canal de YouTube hace su propia interpretación del ceviche Jipijapa.

Alejito no se hizo rico con su invento, aunque familias enteras se admiraban de la calidad y sabor de su producto. Muchos lo animaron a trasladarse a Guayaquil para abrir su negocio allí, vaticinándole que pronto sería dueño de un edificio de tres pisos. Pero él siempre respondía: “Prefiero quedarme aquí, tranquilo”.

Y así lo hizo. A sus 84 años, Alejito Orlando siente la satisfacción de que su idea, nacida en una reunión familiar, germinó y se esparció por todos lados. Nunca guardó la prepa- ración como secreto y fue siempre generoso con sus colegas y con quienes lo visitaron hasta que mantuvo su local. Hoy, el ceviche con maní de Jipijapa se disfruta en lugares lejanos. Aunque no todos sepan su origen, en cada cucharada está presente el legado de Alejito.

LAS BALSAS SON UNA FIESTA

Históricamente, los pueblos costeros manabitas mantuvieron su condición de navegantes, lanzando sus balsas al mar en busca de destinos a veces muy lejanos. Tierra adentro, los grupos humanos ubicados cerca de los ríos convirtieron estos cauces en sistemas de conectividad comercial y cultural. Destacaron como navegantes fluviales los balseros de los ríos Portoviejo y Carrizal. Del río Portoviejo, Teodoro Wolf, sabio alemán que vivió entre 1841 y 1924, dijo que “no es navegable, tanto por la escasez de agua, cuanto por ser demasiado torrentoso”. La observación del maestro, quien fue profesor de la Escuela Politécnica Nacional, la realizó en verano, cuando en los ríos manabitas disminuye dramática- mente el caudal, resultado de la falta de lluvias, ya que no son torrentes que nacen de deshielos. Lo cierto es que desde el siglo XIX, intrépidos navegantes hacían recorridos por el río, desde Santa Ana hasta Portoviejo, llegando al puerto ubica- do en lo que hoy es el parque Mamey. Eran viajes comercia- les, los campesinos llevaban sus productos cosechados en la montaña a venderlos en el centro urbano. En el trayecto, iban haciendo paradas para vender o para saludar a docenas de personas que los aclamaban.

La bajada de las balsas era una verdadera fiesta. Eran viajes motivantes, porque iban de pasajeros los cultivadores de versos y guitarras, y bellas damitas vestidas de trajes multicolores.

Se escuchaban amorfinos:

“Clavelito colorado/Clavelito carmesí/ni en sueños había pensado/que mi amor estaba aquí”. “Si tú me das a beber/que sea desde tu boca/ese manjar tan divino/ que babeo me provoca”. “Dame negrita del alma/mi taza de chocolate/complace a este corazón/que solo de verte late”

“Silencio, quiero silencio/para remediar mis males/que en momentos como este/el silencio es lo que vale”. “Dices que quieres silencio/y que te tapas la oreja/yo quiero que me respondas/si quieres ser mi pareja”.

Y así transcurría el viaje, hasta que la balsa atracaba en el puerto Mamey, donde con algarabía la gente recibía los productos. A veces una banda de pueblo animaba el momento y se armaba la pachanga.

La costumbre pervivió hasta promediar los 60 del siglo pasado. Sin embargo, las balsas han hecho presencia en bajadas organizadas por colectivos culturales, y quien más ha impulsado esta actividad en el río Portoviejo es el folclorista Antonio Pico. Algo parecido ocurría con el río Carrizal. Se repetía la historia: los campesinos llegaban desde lejos y eran recibidos por centenares de compradores, deseosos de adquirir los productos de montaña adentro. La tradición en Calceta se ha mantenido con regularidad. Allí, el municipio y otros entes administrativos han impulsado, año a año, el Festival del Balsero del Carrizal para que la tradición no muera. Las embarcaciones, construidas con palo de balsa y caña guadúa, ataviadas vistosamente y transportando variados productos, realizan sus recorridos de aproximadamente cinco kilómetros para llegar a las inmediaciones del puente. Se elige a la mejor balsa y a la madrina más bonita entre las pasajeras de cada embarcación, que van ataviadas de preciosos vestidos campesinos. La gente se ubica lo mejor que puede y vitorea a sus balsas preferidas, mientras consume platos tradicionales de Calceta y Manabí. Se dice que la llegada de las carreteras y la construcción de las represas afectaron la navegación por los ríos Portoviejo y Carrizal, lo cual no es cierto. Revivir las balsas no solo perenniza una tradición cultural, sino que sigue siendo una alternativa de comercialización y desarrollo para las poblaciones que están en las márgenes de ambos ríos. Las balsas surcan las aguas y el corazón de un pueblo que se niega a olvidar sus raíces, navegando siempre hacia un futuro lleno de promesas.

De la balsa a la fibra

DE LA BALSA A LA FIBRA

Lo de “caminante no hay camino, se hace camino al andar”, en lo que hoy es Manabí se aplica a los navegantes marítimos que fueron intercambiando conocimientos y haciendo de las culturas aborígenes pioneras en su organización y formas de vida.

La cultura Valdivia, famosa por las figuritas femeninas a las que hemos llamado Venus, lo era también por otros aspectos, como el uso de red y arpón para pescar. Eso ha ameritado estudios como el del arqueólogo inglés Richard Lunnis, quien da clases en la Universidad Técnica de Manabí.

Nos cuenta que hace 6.000 años el anzuelo fue de madre perla e hilos de algodón para amarrarlo. La prueba-error con que aprendemos los humanos llevó luego a usar un anzuelo de conchas y la cultura manteña ya recurrió al cobre. ¿Sorprendidos? Pues sepan que los Manteños (600-1.530 antes de nuestra era), trabajaban ya con metales a más de ser expertos navegantes y comerciantes. De su talento surgió la balsa de caña que llegó hasta las costas de Perú y Chile. Llevaron y trajeron conocimientos desde ultramar que se vieron, por ejemplo, en la arquitectura que desarrollaron que incluía complejas estructuras con terrazas artificiales y espacios ceremoniales para rendir culto a Umiña, la diosa representada por una gran esmeralda. Pero volvamos a las balsas: las había pequeñas y grandes, canoas, bongos y otras. Las manejaban con remos y sus constructores históricos mantuvieron la madera liviana de la balsa para construirla.

Tan buenas eran que solamente fue por los años 70 del siglo pasado que empezaron a reemplazar las naves artesanales por barcas de fibra de vidrio y con motor fuera de borda. Nos lo cuenta en amena conversación Joselías Sánchez, historiador de la cultura manteña. Hoy, el uso de la tecnología también cambió la forma de pescar. El GPS reemplazó al sistema de radio y las baterías, a los mecheros que señalaban la ubicación de las redes.

“Pero esta actividad nos sigue enfrentando a la inmensidad y a los peligros del mar”, nos dice Juan Pincay, pescador desde los 12 años en Puerto López. Con 700 u 800 anzuelos, los pescadores se lanzan al mar y pescan corvina y cabezudo. 

Y si no hay cardúmenes mar adentro, hacen la pesca de roca y consiguen extraer perela, un pescado con muchas escamas, y cachetes rosados, que tiene gran demanda. Para encontrar toda variedad y encontrar explicación para la gastronomía tan diversa, basta ir a “Playita mía”, el mercado en Tarqui, de Manta. Están bien organizados y Jhon Vera, dirigente de una de las once asociaciones, medio quejándose medio contando dice que la pesca pata a pata alejaalos pescadores de la playa y los lleva mar adentro, y que ahí permanecen cuatro días. Cuando regresan, la playa se llena de picudos, albacoras, camotillo y dorados que salen para consumo desde las embarcaciones.

Entra entonces el engavetado, que es como llaman a la clasificación del pescado en cajas de plástico para venta por todo Manabí y el Ecuador. Lo que se queda en el mercado pasa a la limpieza. Don Wilmer Estrada tiene 20 años abriendo pescados, grandes y pequeños, según quiera el cliente. “Este señor tiene tanta experiencia que lo llevé a la universidad, donde doy clases y dio una lección práctica, es una persona de mucha experiencia”, dice María Cecilia Cedeño, experta en platos manabitas y con restaurante propio en Manta. No solo es mercado. En “Playita mía” la zona gastronómica ofrece de todo: encebollado, ceviche de pinchagua, majada con albacora o con bonito, aserrín, que es un desmenuzado con toyo, el chicharrón, sopas, manizados, picaditos de atún, pescado hornado, bolas rellenas, camotillo en variadas presentaciones…

Ahí llegan manabitas y extranjeros donde “del mar a la
mesa” aplica en todo su esplendor.

La travesura de Alejito

LA TRAVESURA DE ALEJITO

¡Qué hermosa es la tierra de Manabí! Lo afirman poetas, cantores y todos los que han tenido el privilegio de recorrerla. En ella, nacen “inventos” y “travesuras” que, de a poco, se convierten en parte del Ecuador y luego se dispersan por el mundo.

Uno de estos eventos ocurrió en mayo de 1970, un tiempo de incertidumbre y dictadura en el país. La historia que les voy a contar tuvo lugar en la casa de la familia Orlando Zavala, en Jipijapa.

En una típica reunión manabita, donde cualquier pretexto es válido para celebrar un cumpleaños, un aniversario, la despedida de un ser querido, o simplemente la dicha de estar vivos se congregaron hombres y mujeres, madres y tías, padres, sobrinos y nietos, disfrutando de la tarde y anticipando, como es costumbre por estos lares, una gran comilona.

El aroma del viche ya comenzaba a invadir la casa, esparciéndose desde la cocina donde las damas de la familia, como era la tradición, se encargaban de su preparación.

Fue entonces cuando el joven Rodrigo Alejo Orlando Zavala, conocido como Alejito, de apenas 30 años, se dejó llevar por el hechizo de ese aroma irresistible y, como si estuviera poseído por una idea repentina, se dirigió a la cocina.

Con la seriedad de un científico a punto de realizar un gran descubrimiento, Alejito observó el pescado, luego posó su mirada en los ingredientes listos para ser añadidos a la olla, y, como impulsado por una inspiración divina, tomó el pescado crudo, lo encurtió y lo preparó con limón y sal.

Hasta aquí, nada fuera de lo común. Pero cuando el plato estuvo listo, se le ocurrió añadir un poco de líquido de maní, lo mezcló cuidadosamente y luego lo probó.

¿Adivinan lo que pasó? El sabor era extraordinario, pero necesitaba confirmarlo, así que ofreció su creación a las damas de la cocina y luego a los familiares que conversaban en la sala. Las expresiones de aprobación fueron inmediatas, y todos abrazaron emocionados al autor de tan importante hallazgo (que el tiempo confirmaría como tal).

Generoso como siempre, Alejito decidió que su “travesura” podía gustar al resto de la gente, y al día siguiente habló con un sobrino que administraba una gasolinera a la salida de la ciudad, frente al colegio “Alejo Lascano”. 

Le contó su proyecto: vender ceviche con el nuevo ingrediente.

Sin dudarlo, su sobrino le cedió sin costo el pequeño bar que estaba desocupado en la gasolinera.

Era el lugar perfecto, como si el destino lo hubiera decidido. Sus primeros clientes fueron los conductores de buses que se detenían a cargar combustible y los profesores y estudiantes del colegio.

El ceviche de Alejito se hizo tan popular que, tras un año en ese lugar, su fama lo siguió hasta el nuevo local que instaló en la planta baja de la casa de sus padres, en Bolívar y Ricaurte, cerca de un mercado de mariscos. No hizo falta ponerle nombre al negocio ni anunciar su nueva dirección. “Vamos a comer el ceviche de Alejito” ya era un refrán popular.

En aquellos días, el ceviche costaba un sucre, y Alejito prefería el dorado como pescado principal. Seguía el ritual: pescado encurtido con limón, sal, cilantro, cebolla y ese toque mágico de jugo de maní. Lo servía con galletas cuadradas de “La Universal” o con pequeñas roscas, nunca con chifle. Para refrescar, ofrecía tres marcas de colas.

Su invención no tardó en convertirse en una tradición culinaria en Jipijapa, y de ahí se extendió a toda Manabí y al Ecuador entero. Incluso cruzó fronteras, como lo demuestra el famoso chef Jorge Rausch, quien en su canal de YouTube hace su propia interpretación del ceviche Jipijapa.

Alejito no se hizo rico con su invento, aunque familias enteras se admiraban de la calidad y sabor de su producto. Muchos lo animaron a trasladarse a Guayaquil para abrir su negocio allí, vaticinándole que pronto sería dueño de un edificio de tres pisos. Pero él siempre respondía: “Prefiero quedarme aquí, tranquilo”.

Y así lo hizo. A sus 84 años, Alejito Orlando siente la satisfacción de que su idea, nacida en una reunión familiar, germinó y se esparció por todos lados. Nunca guardó la prepa- ración como secreto y fue siempre generoso con sus colegas y con quienes lo visitaron hasta que mantuvo su local. Hoy, el ceviche con maní de Jipijapa se disfruta en lugares lejanos. Aunque no todos sepan su origen, en cada cucharada está presente el legado de Alejito.

Las balsas son una fiesta

LAS BALSAS SON UNA FIESTA

Históricamente, los pueblos costeros manabitas mantuvieron su condición de navegantes, lanzando sus balsas al mar en busca de destinos a veces muy lejanos. Tierra adentro, los grupos humanos ubicados cerca de los ríos convirtieron estos cauces en sistemas de conectividad comercial y cultural. Destacaron como navegantes fluviales los balseros de los ríos Portoviejo y Carrizal. Del río Portoviejo, Teodoro Wolf, sabio alemán que vivió entre 1841 y 1924, dijo que “no es navegable, tanto por la escasez de agua, cuanto por ser demasiado torrentoso”. La observación del maestro, quien fue profesor de la Escuela Politécnica Nacional, la realizó en verano, cuando en los ríos manabitas disminuye dramática- mente el caudal, resultado de la falta de lluvias, ya que no son torrentes que nacen de deshielos. Lo cierto es que desde el siglo XIX, intrépidos navegantes hacían recorridos por el río, desde Santa Ana hasta Portoviejo, llegando al puerto ubica- do en lo que hoy es el parque Mamey. Eran viajes comercia- les, los campesinos llevaban sus productos cosechados en la montaña a venderlos en el centro urbano. En el trayecto, iban haciendo paradas para vender o para saludar a docenas de personas que los aclamaban.

La bajada de las balsas era una verdadera fiesta. Eran viajes motivantes, porque iban de pasajeros los cultivadores de versos y guitarras, y bellas damitas vestidas de trajes multicolores.

Se escuchaban amorfinos:

“Clavelito colorado/Clavelito carmesí/ni en sueños había pensado/que mi amor estaba aquí”. “Si tú me das a beber/que sea desde tu boca/ese manjar tan divino/ que babeo me provoca”. “Dame negrita del alma/mi taza de chocolate/complace a este corazón/que solo de verte late”

“Silencio, quiero silencio/para remediar mis males/que en momentos como este/el silencio es lo que vale”. “Dices que quieres silencio/y que te tapas la oreja/yo quiero que me respondas/si quieres ser mi pareja”.

Y así transcurría el viaje, hasta que la balsa atracaba en el puerto Mamey, donde con algarabía la gente recibía los productos. A veces una banda de pueblo animaba el momento y se armaba la pachanga.

La costumbre pervivió hasta promediar los 60 del siglo pasado. Sin embargo, las balsas han hecho presencia en bajadas organizadas por colectivos culturales, y quien más ha impulsado esta actividad en el río Portoviejo es el folclorista Antonio Pico. Algo parecido ocurría con el río Carrizal. Se repetía la historia: los campesinos llegaban desde lejos y eran recibidos por centenares de compradores, deseosos de adquirir los productos de montaña adentro. La tradición en Calceta se ha mantenido con regularidad. Allí, el municipio y otros entes administrativos han impulsado, año a año, el Festival del Balsero del Carrizal para que la tradición no muera. Las embarcaciones, construidas con palo de balsa y caña guadúa, ataviadas vistosamente y transportando variados productos, realizan sus recorridos de aproximadamente cinco kilómetros para llegar a las inmediaciones del puente. Se elige a la mejor balsa y a la madrina más bonita entre las pasajeras de cada embarcación, que van ataviadas de preciosos vestidos campesinos. La gente se ubica lo mejor que puede y vitorea a sus balsas preferidas, mientras consume platos tradicionales de Calceta y Manabí. Se dice que la llegada de las carreteras y la construcción de las represas afectaron la navegación por los ríos Portoviejo y Carrizal, lo cual no es cierto. Revivir las balsas no solo perenniza una tradición cultural, sino que sigue siendo una alternativa de comercialización y desarrollo para las poblaciones que están en las márgenes de ambos ríos. Las balsas surcan las aguas y el corazón de un pueblo que se niega a olvidar sus raíces, navegando siempre hacia un futuro lleno de promesas.

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Ceviche de pescado

Rito y orgullo

En Manta, el ceviche es un rito y un orgullo. El picudo reina en cevicherías clásicas, pero en otras, el wahoo es el preferido por su carne firme y el toque grasosito se deshace en la boca y deja un sabor que hace que uno quiera más.

En esta tierra de pescadores y buen comer, el ceviche se prepara con maestría. El secreto está en la técnica. ¡Y vaya técnica! La pieza de pescado debe estar impecablemente limpia, sin rastros de piel o línea de sangre. Y si está jediondo, olvídate, ¡no es digno de un ceviche manaba!

Para servirlo, en Manta, las verduras se presentan coquetamente sobre el pescado curtido; en otros cantones todo se mezcla, como sinfonía de colores y texturas; en Portoviejo, ellos mismos enjiran los ingredientes a gusto, personalizando cada bocado como una obra de arte.

¿Y el ají? Cortado finito, bien macuquito, es el toque para disfrutar de un picante que cosquillee. Ya ven; cada ceviche cuenta su historia, dependiendo del lugar donde lo pruebes.

La próxima vez que visites Manabí, atrévete con toda opción y deja que los secretos de las manos expertas de las cevicherías te lleven al corazón del mar.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 600 g de pescado wahoo, semi congelado 
  • 4 cdas de cebolla colorada en cuadritos pequeños
  • 1 cda de pimiento verde en cuadros pequeños (opcional)
  • 4 cdas de tomate cortado en cubitos
  • 1 cda de cilantro recién picado
  • 125 ml de zumo de limón
  • 100 ml de agua fría
  • Sal y pimienta al gusto
  • Chifles o patacones para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Limpiar el pescado, filetear y cortar en cubos medianos.
  • Encurtir el pescado en sal, limón, pimienta y reservar por dos horas (opcional).
  • Una vez encurtido ir agregando agua fría para corregir el nivel de acidez.
  • Colocar la preparación con una cantidad generosa de jugo en una cevichera y agregar los vegetales en el centro, coronando la preparación con un poco de cilantro.
  • Servir acompañado de aguacate, chifles o patacones.

Tiempo de preparación:

35 Minutos.

Técnicas:

Varias (ancestral, tradicional, innovación)

Viche

El secreto está en el gordito de maní

En Manabí, el viche es más que un plato. Es la reina de las sopas y tiene hasta un récord Guinness por haber hecho la versión más grande del mundo.

Este potaje nutritivo y restaurador es una tradición reconocida en el Patrimonio del Ecuador. Con olor a mar, tierra y campo, los domingos en las familias, los viernes en los restaurantes (especialmente en Semana Santa), el viche es irreemplazable. Apenas toma una hora en preparar, pero lleva consigo siglos de historia y a pesar de que se hace de muchas maneras, en la comuna Las Gilces se ha revalorizado como bien patrimonial y atractivo turístico clave. El secreto reside en el gordito de maní, salsa espesa que acoge amorosamente a cada ingrediente. Entre ellos destaca la achogcha, una especie de pepino pequeño, con un sabor suave, casi herbal, que se cocina lentamente junto a la yuca, el plátano, el choclo y una variedad de mariscos que le dan al viche su identidad. Tradicionalmente hecho con pescado, hoy lo encontramos con camarones, langostinos y otros mariscos, adaptándose a gustos y preferencias. Es tan versátil que, si alguna verdura falta, siempre hay otra que toma la posta. Es cuestión de ingenio, ese ingenio manabita que sabe transformar lo sencillo en sublime.

La historia cuenta que las abuelas solían llevar el viche en grandes bandejas para venderlo a los trabajadores del campo, que con este caldo espeso quedaban fuertes como el mico para seguir la jornada. De su origen, se cree que los indígenas milenarios encontraron abundancia de pejes, legumbres y verduras, comenzaron a combinar ingredientes con maní y dieron con este plato emblemático. Hoy, el viche es símbolo de resistencia y cohesión social, que se comparte con orgullo y celebra la herencia y tradición.

INGREDIENTES (Para 8 - 10 personas):

  • 2 lbs de albacora sin piel ni huesos
  • 1 lb de camarón con cabeza (opcional)
  • 1 lb de pasta de maní
  • 1/2 lb de habichuela tierna
  • 1/2 lb de fréjol tierno
  • 1/2 lb de zapallo pelado
  • 1/2 lb de camote pelado y en rebanadas
  • 2 maduros medianos pelados y en rebanadas
  • 1/2 lb de yuca pelada y en trozos
  • 2 achogchas cortadas en cubos
  • 2 choclos cortados en rodajas
  • 4 L de agua

Fondo de pescado:

  • 2 lbs de huesos de pescado
  • 1 cebolla colorada cortada en cuartos
  • 2 pimientos verdes cortados en cuartos
  • 6 dientes de ajo machacados y ramas de cilantro

Refrito:

  • 1 cebolla colorada finamente picada
  • 2 pimientos verdes finamente picados
  • 4 dientes de ajo machacados y finamente picados
  • 1 chorrito de aceite de achiote
  • Comino, orégano en polvo, sal y pimienta al gusto

Bolitas de plátano:

  • 2 plátanos pelados y rallados
  • 1/2 cebolla colorada
  • 2 dientes de ajo
  • 2 cdas de pasta de maní
  • 1 chorrito de achiote
  • Sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hacer el fondo de pescado. Reservar.
  • Luego realizar el refrito, agregando el aceite de achiote con los vegetales y sazonar.
  • Agregar el refrito al fondo, y llevarlo al fuego, una vez que rompe el hervor incorporar las habichuelas, fréjol tierno, choclo, maduro, yuca, zapallo y camote, dejar hervir a fuego bajo. Luego, desaguar el maní en un litro de agua y agregar.
  • Para las bolitas de plátano mezclar el plátano rallado con los vegetales, el maní, un chorrito de achiote y la sal y pimienta al gusto. Luego amasar y formar pequeñas bolitas. Se agregan a la cocción.
  • Cuando todo haya hervido, se añade el pescado a la cocción. Una vez listo, se incorporan los camarones y las anchoas. Dejar en el fuego unos minutos más hasta que espese. Rectificar sabores; finalmente, retirar y servir acompañado con arroz y limón.

Tiempo de preparación:

60 Minutos.

Técnicas:

Ancestral y tradicional.

Manabí de mis bolones

De plátano asado, de chicharrones, de quesito, de camarones o pulpo…

En Manta, el ceviche es un rito y un orgullo. El picudo reina en cevicherías clásicas, pero en otras, el wahoo es el preferido por su carne firme y el toque grasosito se deshace en la boca y deja un sabor que hace que uno quiera más.

En esta tierra de pescadores y buen comer, el ceviche se prepara con maestría. El secreto está en la técnica. ¡Y vaya técnica! La pieza de pescado debe estar impecablemente limpia, sin rastros de piel o línea de sangre. Y si está jediondo, olvídate, ¡no es digno de un ceviche manaba!

Para servirlo, en Manta, las verduras se presentan coquetamente sobre el pescado curtido; en otros cantones todo se mezcla, como sinfonía de colores y texturas; en Portoviejo, ellos mismos enjiran los ingredientes a gusto, personalizando cada bocado como una obra de arte.

¿Y el ají? Cortado finito, bien macuquito, es el toque para disfrutar de un picante que cosquillee. Ya ven; cada ceviche cuenta su historia, dependiendo del lugar donde lo pruebes.

La próxima vez que visites Manabí, atrévete con toda opción y deja que los secretos de las manos expertas de las cevicherías te lleven al corazón del mar.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 600 g de pescado wahoo, semi congelado 
  • 4 cdas de cebolla colorada en cuadritos pequeños
  • 1 cda de pimiento verde en cuadros pequeños (opcional)
  • 4 cdas de tomate cortado en cubitos
  • 1 cda de cilantro recién picado
  • 125 ml de zumo de limón
  • 100 ml de agua fría
  • Sal y pimienta al gusto
  • Chifles o patacones para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Limpiar el pescado, filetear y cortar en cubos medianos.
  • Encurtir el pescado en sal, limón, pimienta y reservar por dos horas (opcional).
  • Una vez encurtido ir agregando agua fría para corregir el nivel de acidez.
  • Colocar la preparación con una cantidad generosa de jugo en una cevichera y agregar los vegetales en el centro, coronando la preparación con un poco de cilantro.
  • Servir acompañado de aguacate, chifles o patacones.

Tiempo de preparación:

35 Minutos.

Técnicas:

Varias (ancestral, tradicional, innovación)

Caldo de gallina

Un sabor con carácter propio

En el cerro La Mona está la comunidad El Mamey donde cocinar un buen caldo de gallina es tradición montuvia. Este plato no conoce de horarios ni de fechas en el calendario.

La preparación es un ritual. La yuca no debe compartir el mismo espacio con la gallina en la olla. Se cocina aparte, pues dice el secreto que su presencia en el caldo es como ladrón que roba el sabor y deja al caldo sin su esencia. Solo las más sabias conocen y lo han transmitido a través del tiempo.

La gallina tiene su carácter. Si es joven, no se hace esperar mucho en la olla; pero si ya lleva años corriendo por el patio, se toma su tiempo, exigiendo jarta paciencia y dedicación, pero vale la pena porque es sabido el dicho “gallina vieja da buen caldo”.
Mientras el caldo va tomando cuerpo y sabor, caprichoso como es, no se puede dejar de chapear porque mientras se va reduciendo, hay que añadir agua con cuidado para que no se vuelva salado.

El toque final lo pone quien está a cargo, con mano experta y bien puesto asunto, agrega un cogollo de orégano que le da al caldo un sabor especial.

Con precisión casi artística, se pica finamente cebollín, cilantro y hierbabuena, y se esparce sobre el plato, justo antes de servirlo. Ni antes ni después. Este último toque realza el sabor y perfuma el caldo, con un aroma que va por todas las endijas.

Aunque simple en apariencia, guarda en su preparación el alma de la chacra manaba. Con variaciones y versiones propias según qué Zambrano o Cedeño lo haga, este caldo alimenta el cuerpo, hace lo propio con el espíritu, desde la sencillez de la vida cotidiana, con tradición e identidad. Y eso se sabe solo después de probarlo y si está bueno, hasta chigualos inspira.

INGREDIENTES (Para 8 a 10 personas):

  • 1 gallina criolla
  • 1 cebolla colorada
  • 1 pimiento
  • 1 rama de cebolla blanca
  • 6 ramas de cebollín
  • 2 tza de yuca cortada previamente cocida
  • 4 hojas de hierbabuena
  • 4 hojitas de oreganón y oreganito.
  • 10 ramas de cilantro
  • 6 ramas de cilantro de pozo/chillangua
  • 1 cda de aliño de la abuela
  • 5 dientes de ajo
  • 3 lt de agua
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Limpiar y despresar la gallina.
  • Poner a hervir tres litros de agua. Una vez hirviendo agregar las presas de gallina. Espumar o quitar la cachaza mientras cuece la gallina.
  • Luego, agregar en pedazos grandes para poder retirar después de la cocción, la cebolla blanca, cebolla colorada, ajo, chillangua, cebollín, pimiento, hierbabuena, oreganón y ramas de cilantro.
  • Mantener en cocción un promedio de dos horas o dependiendo de la edad de la gallina hasta conseguir que esté suave.
  • Retirar los vegetales que se pusieron a hervir anteriormente. Comprobar y resaltar todos los sabores.
    Finalmente, para emplatar, agregar la yuca previamente cocida en el plato y sobre ella verter el caldo de gallina. Adornar con un picadillo de hierbas criollas (cebollín, cilantro, oreganón, oreganito y hierbabuena).

Tiempo de preparación:

120 Minutos.

Técnicas:

Tradicional.

Tongas

Legado envuelto en hojas de plátano

Cualquier dolama o cansancio se olvida con este plato de tradición pura, la tonga es un recuerdo envuelto en hojas de plátano que nos remonta a tiempos del boom
cauchero. Nació como una vianda para los cosechadores, con lo que había a mano: hojas de plátano o bijao y una base de jerén, el maíz manabita.

Con una preparación que toma alrededor de dos horas, este plato se cocina a lo largo del año, manteniendo viva una costumbre que valora lo natural y sustentable.

La hoja de plátano es el envoltorio y aporta levaduras probióticas que se activan con el calor y el contacto con los ingredientes, creando un sabor inigualable.

Aunque los tiempos han cambiado, la tonga mantiene su esencia: envuelve proteínas y carbohidratos, acompañados del gordito de maní. Alguna vez fue el sustento de los trabajadores rurales, hoy es un símbolo de la cocina montuvia.

Si buscas la auténtica experiencia de la tonga pata amarilla, los destinos obligados son el sector Pai Pai antes de llegar a La Estancilla, en Tosagua; las Jaguas de Rocafuerte y Rambuche, en Jama.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

Tonga de costilla:

  • 2 lbs de costillas de res}
  • 1 tza de sofrito madre
  • 3 1/2 cdas de adobo manaba/aliño de la abuela
  • 3 tza de agua
  • 6 1/2 cdas de vinagre de guineo (revisar receta)
  • 8 cdas de gordo de maní
  • 6 cdas de jerén de maíz
  • 4 cdas de cilantro picado
  • 4 tza de arroz manaba (revisar receta)
  • 2 maduros
  • 4 hojas de plátano (enteras)
  • sal al gusto

Tonga de longaniza:

  • 2 lbs de longaniza
  • 1 tza de sofrito madre
  • 5 cdas de adobo manaba/aliño de la abuela
  • 2 tza de agua
  • 8 cdas de gordo de maní
  • 6 cdas de jerén de maíz
  • 4 cdas de cilantro picado
  • 2 cdta de orégano seco
  • 4 tza de arroz manaba (revisar receta)
  • 2 maduros
  • 4 hojas de plátano (enteras)
  • sal al gusto

Tonga de camarón de río:

  • 2 lbs de camarón de río
  • 1 tza de sofrito madre
  • 5 cdas de adobo manaba/aliño de la abuela
  • 2 tza de agua
  • 8 cdas de gordo de maní
  • 6 cda de jerén de maíz
  • 4 cdas de cilantro picado
  • 4 tza de arroz manaba (revisar receta)
  • 2 maduros
  • 4 hojas de plátano (enteras)
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

Para tonga de costilla:

  • Limpiar las costillas.
  • Para la salmuera, mezclar vinagre, adobo, sal y agua. Sumergir las costillas durante una hora aproximadamente.
  • En una olla, calentar el sofrito madre, sellar las costillas, añadir una parte de la salmuera y cubrir con agua. Cocinar hasta que las costillas estén suaves.
  • Para la tonga: En una hoja de plátano, colocar una porción de arroz. En el centro del arroz, añadir el gordo de maní con jugo de estofado. Cubrir y sellar con jerén.
  • Agregar las costillas y el maduro frito. Cerrar la tonga y llevar al horno manabita a fuego lento por veinte minutos, para que sus sabores se amalgamen. Servir luego de este proceso.

Para tonga de longaniza:

  • Cortar la longaniza en trozos, freír y dorar en un sartén. Reservar.
  • En una olla, calentar el sofrito madre, agregar la longaniza, añadir el adobo manabita y cubrir con agua. Cocinar de veinte a treinta minutos. Agregar el orégano seco y el cilantro.
  • Para la tonga: En la hoja de plátano, colocar una porción de arroz manabita. En el centro del arroz, añadir el jerén de maíz y luego el gordo de maní con jugo de estofado y la longaniza, cilantro picado y maduro frito. Cerrar y amarrar con zapán (corteza del tallo del plátano).
  • Llevar al horno manabita a fuego lento por veinte minutos. Servir.

Para tonga de camarón de río:

  • Limpiar los camarones.
  • Sazonar los camarones con el adobo, sal, limón durante veinte minutos aproximadamente.
  • En una olla, calentar el sofrito madre, sellar los camaro nes y cubrir con agua.
  • Para la tonga: En una hoja de plátano, colocar una porción de arroz. En el centro del arroz añadir el gordo de maní con jugo de estofado. Cubrir y sellar con jerén.
  • Agregar los camarones y el maduro frito. Cerrar la tonga y llevar al horno manabita a fuego lento por veinte minutos. Servir.

Tiempo de preparación:

120 Minutos.

Técnica:

Tradicional.

Encebollado

Todos quieren hacerse cargo

Ancestralmente en Manabí, el encebollado fue un plato de caldo transparente que tomó color y otras bondades con el tiempo.

El encebollado es como ese hijo del que todos quieren hacerse cargo, un verdadero tesoro culinario que, donde se pruebe, siempre se luce con sus particularidades. Es un plato que se pre- para todo el año, pero su historia y sabor trascienden fronteras y generaciones. Dicen que este invento es mejor que la penicilina, porque no hay mal que un buen encebollado no cure: desde la resaca más feroz hasta el corazón roto, este plato lo resuelve todo. Con su caldo robusto, trozos de pescado fresco, yucas tiernas,

y esa cebolla encurtida que le da el toque mágico, cada cucharada es un viaje que reconforta con ese sabor auténtico que abraza el alma y llena de nostalgia.

El encebollado es una celebración de lo nuestro y que ha conquistado generaciones.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 2 lbs de albacora entera fresca
  • 250 g de cebolla colorada
  • 2 lbs de yuca
  • 100 g de pimiento rojo
  • 15 g de cilantro
  • 4 tza de fondo de pescado
  • 3 cdas de zumo de limón
  • sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Realizar un fondo de pescado con cebolla colorada, pimiento y cilantro. Cocinar y dejar reducir.
  • Incorporar la yuca y condimentar con sal y pimienta.
  • Lavar la albacora y cortarla en rectángulos grandes.
  • Llevar a cocción durante diez minutos en el fondo realizado anteriormente.
  • Cortar las cebollas en juliana y curtirlas con limón y sal.
  • Emplatar agregando las cebollas encurtidas y el cilantro finamente picado.
  • Acompañar con chifles, pan o rosquitas de Montecristi.
  • Colocar la preparación con una cantidad generosa de jugo en una cevichera y agregar los vegetales en el centro, coronando la preparación con un poco de cilantro.
  • Servir acompañado de aguacate, chifles o patacones.

Tiempo de preparación:

90 Minutos.

Técnicas:

Tradicional

Corviche

Más que un simple bocadillo

Que por qué se llama corviche? Dice la sabiduría po- pular que es por ser una masa encorvada. Lo cierto es que es riquijijijimo y se ha vuelto más que un simple bocadillo: es un emblema de la identidad. Nació en La Estancilla, una parroquia en Tosagua, y desde allí se desplazó hacia todos los puntos cardinales de la provincia.

Fue llevado por los caminos polvorientos hasta Cascol, al sur, donde se convirtió en una parada obligatoria para los turistas y es ahora uno de los corviches más célebres de Manabí. ¡Allí no hay escapatoria, un corviche es una promesa de felicidad!
De la familia de los ‘iches’, ha atravesado generaciones y se ha adaptado al tiempo. Las abuelas cuentan que, en sus inicios, la masa era de maíz y maní, finamente moldeada y sin relleno, cocida en hornos de leña hasta alcanzar una delgadez crujiente que arrancaba suspiros.

Pero como toda buena historia, el corviche también evolucionó. El maíz cedió su lugar al plátano dominico y el queso y pescado se convirtieron en los nuevos guardianes de su interior.

Para un manabita, probar un corviche es como volver a casa a escuchar el susurro de las abuelas.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1/2 lb de pescado
  • 450 g o 3 plátanos dominicos
  • 325 g de maní molido
  • 1 cebolla picada en cuadritos
  • 1/2 pimiento picado
  • 1 pizca de comino y orégano molido
  • 2 cdas de cilantro picado
  • 1/2 tza de achiote
    aceite para freír
  • jo machacado al gusto y sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Rallar el plátano, agregar un chorro de achiote y amasarlo.
  • Hacer un refrito con cebolla, pimiento, ajo, sal, achiote, agregar una pizca de comino y orégano molido (apartar un poco del refrito para el relleno).
  • Agregar el refrito, junto con el maní molido al plátano rallado y amasar muy bien.
  • Cortar el pescado en tiras como dedos, freír junto con el refrito apartado con maní diluido en un poco de agua.
  • Cuando esté listo el pescado proceder a rellenar los corviches.
  • Dividir la masa en partes iguales y colocamos un poco en nuestra mano, extendemos la masa para poder rellenar con el pescado.
  • Empezar a dar forma de corviche (con puntas como un óvalo).
  • En un sartén, con abundante aceite previamente calentado a llama alta, colocar y nivelar temperatura para que se frían parejos por unos diez minutos (el tiempo de cocción dependerá del tamaño del corviche). También se pueden llevar al horno.

Tiempo de preparación:

30 Minutos.

Técnicas:

Ancestral y tradicional.

Empanadas de verde con relleno a escoger

Cada mordisco es glorioso

Las empanadas de Manabí son un bocadito con una tradición que se ha mantenido viva a lo largo de generaciones.

Los rellenos van desde queso hasta mariscos, y con la masa hecha del plátano dominico de la vega del río, cada mordisco es glorioso. La clave está en una buena amasada y en estirarla finamente para que quede delicada y lista para freír. La empanada estará crujiente y sabrosa.

Su popularidad creció en la década de los 60 y 70, con la construcción de la represa Poza Honda, que se convirtió en un atractivo más para quienes visitaban balnearios y ríos cercanos.

 Familias como la de María García, quien lleva 45 años en el negocio tras aprender de su madre y de su suegra, han encontrado en las empanadas una fuente de sustento y orgullo. Estos antojitos no faltan en los eventos sociales y culturales y son otro símbolo de la riqueza culinaria manabita que comemos hasta jartarnos.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

Masa de empanadas:

  • 8 plátanos
  • agua cantidad necesaria
  • sal al gusto

Relleno de queso:

  • 1/2 lb de queso manaba

  • 400 ml de agua

  • cilantro (opcional)

Relleno de carne:

  • 1 lb de carne de res

  • 1 plátano verde

  • 1/4 tza de cebolla colorada picada

  • 1/4 tza de pimiento verde picado

  • 2 dientes de ajo pelados y machacados

  • 2 cdas de achiote en aceite

  • 400 ml de agua

  • cilantro finamente picado al gusto

  • sal, pimienta y comino al gusto

Relleno de pollo:

  • 1 lb de pollo

  • 1 plátano

  • 1/4 tza de cebolla colorada picada

  • 1/4 tza de pimiento verde picado

  • 2 dientes de ajo pelados y machacados

  • 2 cdas de achiote en aceite

  • 400 ml de agua

  • cilantro finamente picado al gusto

  • sal, pimienta y comino al gusto

Relleno de longaniza:

  • 1 lb de longaniza
  • 1 plátano verde
  • 1/4 tza de cebolla colorada picada
  • 1/4 tza de pimiento verde picado
  • 2 dientes de ajo pelados y machacados
  • 2 cdas de achiote en aceite
  • 400 ml de agua

  • cilantro finamente picado al gusto

  • sal, pimienta y comino al gusto

  •  

MODO DE PREPARACIÓN:

Para el relleno de queso:

  • Queso manaba en láminas o rallado y cilantro finamente picado (opcional y al gusto).

Para el relleno de pollo:

  • Hacer un refrito con la cebolla, pimiento, ajo, achiote y comino; incorporar el pollo previamente troceado y sazona- do, dejar cocinar por diez minutos; agregar el agua más el plátano pelado y troceado y, cuando esté cocido y blando, retirar y moler/majar; luego sacar el pollo y mecharlo. Cuando esté todo listo incorporar a la cocción anterior, dejar reducir hasta que se forme una sopa homogénea; finalizar con cilantro y reservar.

Para el relleno de carne:

  • Hacer un refrito con la cebolla, pimiento, ajo, achiote y comino; incorporar la carne previamente picada y sazonada, dejar cocinar por diez minutos; agregar el agua más el plátano pelado y troceado y, cuando esté cocido y blando, retirar y moler/majar. Dejar reducir hasta que se forme una sopa homogénea; finalizar con cilantro y reservar.

Para el relleno de longaniza:

  • Cortar la longaniza en rebanadas y desgrasar. Hacer un refrito con la cebolla, pimiento, ajo, achiote y comino; incorporar la longaniza y dejar cocinar por diez minutos; agregar el agua más el plátano pelado y troceado y, cuando esté cocido y blando, retirar y moler/majar. Dejar reducir hasta que se forme una sopa homogénea; finalizar con cilantro y reservar.

Tiempo de preparación:

120 Minutos.

Técnica:

Tradicional.

Tortillas de maíz

Un llamado irresistible desde los tenderetes

En los caminos de Sancán, no hay quien se resista a una buena tortilla de maíz, esa que te llama desde los tenderetes al borde de la carretera, como un canto que no puedes ignorar.

Dicen que se hace desde los años 1.700 y nadie puede pasar por Jipijapa sin detenerse a probarlas. En sus inicios, estas tortillas eran tan planas como los chistes del abuelo y que no tenían relleno. Pero, con los años, alguien tuvo la brillante idea de meterles queso o chicharrón, y ¡boom! Nació una delicia que hace suspirar hasta al más serio.

El maíz seco tiene que ser cocinado y rallado con esmero, y si alguna pepita se escapa, no hay problema: se muele. La suavidad perfecta de estas tortillas depende del toque exacto de mantequilla, manteca y huevo, como una fórmula de nuestras abuelas.

Este antojo se acompaña de un café pasado o de olla, convirtiéndose en la merienda o desayuno perfecto.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1/2 de queso o chicharrón

  • 1 lb de maíz rallado y molido

  • 1 cda de mantequilla}

  • 1 cda de manteca de chancho derretida

  • 1/2 cda de sal

  • 1 huevo

  • 1/2 tza de agua o leche

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Mezclar el maíz rallado y molido con el huevo, mantequilla, manteca derretida y sal.

  • Empezar a amasar. Si la consistencia está muy seca, agregar agua o leche.

  • Una vez que está lista la masa, hacer las tortillas y rellenar con queso o chicharrón.

  • Finalmente, llevar al horno de leña caliente por quince minutos. Servir.

Tiempo de preparación:

60 Minutos.

Técnica:

Tradicional

Bollo de chancho

El horno manabita hace la diferencia

En el pintoresco barrio Imbabura, en Jipijapa, el aroma del bollo de chancho identifica la cocina de la familia Ayón durante generaciones. Este plato exige paciencia y dedicación. El maní rosita o rojo, una variedad poco conocida pero esencial, le da su característico toque. Para el azocado hay que seguir la técnica ancestral que no permite error. Y su cocción se prolonga por diez horas en el horno de leña.

Doña Margarita Ayón, a sus 85 años, sigue siendo la matriarca que, con manos expertas, prepara estos bollos una vez a la se- mana. Cada uno es una obra de arte.

Los descendientes de la familia han heredado la receta y el espíritu emprendedor que ha permitido que este legado culinario se mantenga vivo y brinde sustento a quienes lo continúan. Cada bocado es un tributo a la perseverancia y a conservar y compartir los sabores auténticos que han dado sustento y alegría a estas familias manabitas a lo largo del tiempo.

Rinde para 20 bollos familiares

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 5 lbs de carne de chancho

  • 2 lbs de cuero de chancho

  • 1 lb de manteca de chancho

  • 1 lb de manteca vegetal

  • 20 lbs de plátano rallado (2 racimos de verde)

  • 10 lbs de maní tostado y molido

  • 4 onzas de pasta de achiote

  • 1 atado de cebolla blanca

  • 10 hojas de cilantro de pozo/chillangua

  • 1 atado de cilantro o hierbita

  • 5 pimientos verdes

  • 5 lt de agua

  • hojas de plátano

  • sal, pimienta, comino y orégano al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Pelar y rallar el plátano.

  • Para la masa agregar en una paila, el plátano rallado, el maní tostado y molido, achiote y el sofrito (sofreír cebolla blanca, con pimiento verde picado en manteca de chancho con achiote).

  • Luego picar cilantro de pozo, hierbita y mezclar con la masa.

  • Amasar y diluir con agua y agregar sal, pimienta, comino y orégano al gusto.

  • A su vez, para el relleno del bollo, cortar la carne y los cueritos de chancho, aliñarlos con sal, pimienta y comino y reservar hasta el momento de armar el bollo.

Armado del bollo:

  • Colocar varias capas de hojas de plátanos soasadas sobre un plato.
  • Luego, poner la masa y sobre ella distribuir la carne y     los cueritos.
  • Después, envolver y amarrar.
  • Llevar a cocción al horno de leña precalentado, cubrir con cáscaras y hojas de plátano para mantener el calor. Sobre ellos, tapar el horno con leña encima. Hornear por diez horas o toda la noche.

 

Nota: En Manabí es tradicional el bollo de chancho familiar, aunque existen sectores en los que se preparan bollos personales como en La Estancilla del cantón Tosagua; en Canuto del cantón Chone o en el cantón Flavio Alfaro.

Tiempo de preparación:

120 minutos (tiempo de cocción, al menos 10 horas).

Técnica:

Tradicional

Ceviche de Pescado

Ceviche de pescado

Rito y orgullo

En Manta, el ceviche es un rito y un orgullo. El picudo reina en cevicherías clásicas, pero en otras, el wahoo es el preferido por su carne firme y el toque grasosito se deshace en la boca y deja un sabor que hace que uno quiera más.

En esta tierra de pescadores y buen comer, el ceviche se prepara con maestría. El secreto está en la técnica. ¡Y vaya técnica! La pieza de pescado debe estar impecablemente limpia, sin rastros de piel o línea de sangre. Y si está jediondo, olvídate, ¡no es digno de un ceviche manaba!

Para servirlo, en Manta, las verduras se presentan coquetamente sobre el pescado curtido; en otros cantones todo se mezcla, como sinfonía de colores y texturas; en Portoviejo, ellos mismos enjiran los ingredientes a gusto, personalizando cada bocado como una obra de arte.

¿Y el ají? Cortado finito, bien macuquito, es el toque para disfrutar de un picante que cosquillee. Ya ven; cada ceviche cuenta su historia, dependiendo del lugar donde lo pruebes.

La próxima vez que visites Manabí, atrévete con toda opción y deja que los secretos de las manos expertas de las cevicherías te lleven al corazón del mar.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 600 g de pescado wahoo, semi congelado 
  • 4 cdas de cebolla colorada en cuadritos pequeños
  • 1 cda de pimiento verde en cuadros pequeños (opcional)
  • 4 cdas de tomate cortado en cubitos
  • 1 cda de cilantro recién picado
  • 125 ml de zumo de limón
  • 100 ml de agua fría
  • Sal y pimienta al gusto
  • Chifles o patacones para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Limpiar el pescado, filetear y cortar en cubos medianos.
  • Encurtir el pescado en sal, limón, pimienta y reservar por dos horas (opcional).
  • Una vez encurtido ir agregando agua fría para corregir el nivel de acidez.
  • Colocar la preparación con una cantidad generosa de jugo en una cevichera y agregar los vegetales en el centro, coronando la preparación con un poco de cilantro.
  • Servir acompañado de aguacate, chifles o patacones.

Tiempo de preparación:

35 Minutos.

Técnicas:

Varias (ancestral, tradicional, innovación)
Viche

Viche

El secreto está en el gordito de maní

En Manabí, el viche es más que un plato. Es la reina de las sopas y tiene hasta un récord Guinness por haber hecho la versión más grande del mundo.

Este potaje nutritivo y restaurador es una tradición reconocida en el Patrimonio del Ecuador. Con olor a mar, tierra y campo, los domingos en las familias, los viernes en los restaurantes (especialmente en Semana Santa), el viche es irreemplazable. Apenas toma una hora en preparar, pero lleva consigo siglos de historia y a pesar de que se hace de muchas maneras, en la comuna Las Gilces se ha revalorizado como bien patrimonial y atractivo turístico clave. El secreto reside en el gordito de maní, salsa espesa que acoge amorosamente a cada ingrediente. Entre ellos destaca la achogcha, una especie de pepino pequeño, con un sabor suave, casi herbal, que se cocina lentamente junto a la yuca, el plátano, el choclo y una variedad de mariscos que le dan al viche su identidad. Tradicionalmente hecho con pescado, hoy lo encontramos con camarones, langostinos y otros mariscos, adaptándose a gustos y preferencias. Es tan versátil que, si alguna verdura falta, siempre hay otra que toma la posta. Es cuestión de ingenio, ese ingenio manabita que sabe transformar lo sencillo en sublime.

La historia cuenta que las abuelas solían llevar el viche en grandes bandejas para venderlo a los trabajadores del campo, que con este caldo espeso quedaban fuertes como el mico para seguir la jornada. De su origen, se cree que los indígenas milenarios encontraron abundancia de pejes, legumbres y verduras, comenzaron a combinar ingredientes con maní y dieron con este plato emblemático. Hoy, el viche es símbolo de resistencia y cohesión social, que se comparte con orgullo y celebra la herencia y tradición.

INGREDIENTES (Para 8 - 10 personas):

  • 2 lbs de albacora sin piel ni huesos
  • 1 lb de camarón con cabeza (opcional)
  • 1 lb de pasta de maní
  • 1/2 lb de habichuela tierna
  • 1/2 lb de fréjol tierno
  • 1/2 lb de zapallo pelado
  • 1/2 lb de camote pelado y en rebanadas
  • 2 maduros medianos pelados y en rebanadas
  • 1/2 lb de yuca pelada y en trozos
  • 2 achogchas cortadas en cubos
  • 2 choclos cortados en rodajas
  • 4 L de agua

Fondo de pescado:

  • 2 lbs de huesos de pescado
  • 1 cebolla colorada cortada en cuartos
  • 2 pimientos verdes cortados en cuartos
  • 6 dientes de ajo machacados y ramas de cilantro

Refrito:

  • 1 cebolla colorada finamente picada
  • 2 pimientos verdes finamente picados
  • 4 dientes de ajo machacados y finamente picados
  • 1 chorrito de aceite de achiote
  • Comino, orégano en polvo, sal y pimienta al gusto

Bolitas de plátano:

  • 2 plátanos pelados y rallados
  • 1/2 cebolla colorada
  • 2 dientes de ajo
  • 2 cdas de pasta de maní
  • 1 chorrito de achiote
  • Sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hacer el fondo de pescado. Reservar.
  • Luego realizar el refrito, agregando el aceite de achiote con los vegetales y sazonar.
  • Agregar el refrito al fondo, y llevarlo al fuego, una vez que rompe el hervor incorporar las habichuelas, fréjol tierno, choclo, maduro, yuca, zapallo y camote, dejar hervir a fuego bajo. Luego, desaguar el maní en un litro de agua y agregar.
  • Para las bolitas de plátano mezclar el plátano rallado con los vegetales, el maní, un chorrito de achiote y la sal y pimienta al gusto. Luego amasar y formar pequeñas bolitas. Se agregan a la cocción.
  • Cuando todo haya hervido, se añade el pescado a la cocción. Una vez listo, se incorporan los camarones y las anchoas. Dejar en el fuego unos minutos más hasta que espese. Rectificar sabores; finalmente, retirar y servir acompañado con arroz y limón.

Tiempo de preparación:

60 Minutos.

Técnicas:

Ancestral y tradicional.
Manabí de mis bolones

Manabí de mis bolones

De plátano asado, de chicharrones, de quesito, de camarones o pulpo…

En Manta, el ceviche es un rito y un orgullo. El picudo reina en cevicherías clásicas, pero en otras, el wahoo es el preferido por su carne firme y el toque grasosito se deshace en la boca y deja un sabor que hace que uno quiera más.

En esta tierra de pescadores y buen comer, el ceviche se prepara con maestría. El secreto está en la técnica. ¡Y vaya técnica! La pieza de pescado debe estar impecablemente limpia, sin rastros de piel o línea de sangre. Y si está jediondo, olvídate, ¡no es digno de un ceviche manaba!

Para servirlo, en Manta, las verduras se presentan coquetamente sobre el pescado curtido; en otros cantones todo se mezcla, como sinfonía de colores y texturas; en Portoviejo, ellos mismos enjiran los ingredientes a gusto, personalizando cada bocado como una obra de arte.

¿Y el ají? Cortado finito, bien macuquito, es el toque para disfrutar de un picante que cosquillee. Ya ven; cada ceviche cuenta su historia, dependiendo del lugar donde lo pruebes.

La próxima vez que visites Manabí, atrévete con toda opción y deja que los secretos de las manos expertas de las cevicherías te lleven al corazón del mar.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 600 g de pescado wahoo, semi congelado 
  • 4 cdas de cebolla colorada en cuadritos pequeños
  • 1 cda de pimiento verde en cuadros pequeños (opcional)
  • 4 cdas de tomate cortado en cubitos
  • 1 cda de cilantro recién picado
  • 125 ml de zumo de limón
  • 100 ml de agua fría
  • Sal y pimienta al gusto
  • Chifles o patacones para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Limpiar el pescado, filetear y cortar en cubos medianos.
  • Encurtir el pescado en sal, limón, pimienta y reservar por dos horas (opcional).
  • Una vez encurtido ir agregando agua fría para corregir el nivel de acidez.
  • Colocar la preparación con una cantidad generosa de jugo en una cevichera y agregar los vegetales en el centro, coronando la preparación con un poco de cilantro.
  • Servir acompañado de aguacate, chifles o patacones.

Tiempo de preparación:

35 Minutos.

Técnicas:

Varias (ancestral, tradicional, innovación)
Caldo de gallina

Caldo de gallina

Un sabor con carácter propio

En el cerro La Mona está la comunidad El Mamey donde cocinar un buen caldo de gallina es tradición montuvia. Este plato no conoce de horarios ni de fechas en el calendario.

La preparación es un ritual. La yuca no debe compartir el mismo espacio con la gallina en la olla. Se cocina aparte, pues dice el secreto que su presencia en el caldo es como ladrón que roba el sabor y deja al caldo sin su esencia. Solo las más sabias conocen y lo han transmitido a través del tiempo.

La gallina tiene su carácter. Si es joven, no se hace esperar mucho en la olla; pero si ya lleva años corriendo por el patio, se toma su tiempo, exigiendo jarta paciencia y dedicación, pero vale la pena porque es sabido el dicho “gallina vieja da buen caldo”.
Mientras el caldo va tomando cuerpo y sabor, caprichoso como es, no se puede dejar de chapear porque mientras se va reduciendo, hay que añadir agua con cuidado para que no se vuelva salado.

El toque final lo pone quien está a cargo, con mano experta y bien puesto asunto, agrega un cogollo de orégano que le da al caldo un sabor especial.

Con precisión casi artística, se pica finamente cebollín, cilantro y hierbabuena, y se esparce sobre el plato, justo antes de servirlo. Ni antes ni después. Este último toque realza el sabor y perfuma el caldo, con un aroma que va por todas las endijas.

Aunque simple en apariencia, guarda en su preparación el alma de la chacra manaba. Con variaciones y versiones propias según qué Zambrano o Cedeño lo haga, este caldo alimenta el cuerpo, hace lo propio con el espíritu, desde la sencillez de la vida cotidiana, con tradición e identidad. Y eso se sabe solo después de probarlo y si está bueno, hasta chigualos inspira.

INGREDIENTES (Para 8 a 10 personas):

  • 1 gallina criolla
  • 1 cebolla colorada
  • 1 pimiento
  • 1 rama de cebolla blanca
  • 6 ramas de cebollín
  • 2 tza de yuca cortada previamente cocida
  • 4 hojas de hierbabuena
  • 4 hojitas de oreganón y oreganito.
  • 10 ramas de cilantro
  • 6 ramas de cilantro de pozo/chillangua
  • 1 cda de aliño de la abuela
  • 5 dientes de ajo
  • 3 lt de agua
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Limpiar y despresar la gallina.
  • Poner a hervir tres litros de agua. Una vez hirviendo agregar las presas de gallina. Espumar o quitar la cachaza mientras cuece la gallina.
  • Luego, agregar en pedazos grandes para poder retirar después de la cocción, la cebolla blanca, cebolla colorada, ajo, chillangua, cebollín, pimiento, hierbabuena, oreganón y ramas de cilantro.
  • Mantener en cocción un promedio de dos horas o dependiendo de la edad de la gallina hasta conseguir que esté suave.
  • Retirar los vegetales que se pusieron a hervir anteriormente. Comprobar y resaltar todos los sabores.
    Finalmente, para emplatar, agregar la yuca previamente cocida en el plato y sobre ella verter el caldo de gallina. Adornar con un picadillo de hierbas criollas (cebollín, cilantro, oreganón, oreganito y hierbabuena).

Tiempo de preparación:

120 Minutos.

Técnicas:

Tradicional.
Tongas

Tongas

Legado envuelto en hojas de plátano

Cualquier dolama o cansancio se olvida con este plato de tradición pura, la tonga es un recuerdo envuelto en hojas de plátano que nos remonta a tiempos del boom
cauchero. Nació como una vianda para los cosechadores, con lo que había a mano: hojas de plátano o bijao y una base de jerén, el maíz manabita.

Con una preparación que toma alrededor de dos horas, este plato se cocina a lo largo del año, manteniendo viva una costumbre que valora lo natural y sustentable.

La hoja de plátano es el envoltorio y aporta levaduras probióticas que se activan con el calor y el contacto con los ingredientes, creando un sabor inigualable.

Aunque los tiempos han cambiado, la tonga mantiene su esencia: envuelve proteínas y carbohidratos, acompañados del gordito de maní. Alguna vez fue el sustento de los trabajadores rurales, hoy es un símbolo de la cocina montuvia.

Si buscas la auténtica experiencia de la tonga pata amarilla, los destinos obligados son el sector Pai Pai antes de llegar a La Estancilla, en Tosagua; las Jaguas de Rocafuerte y Rambuche, en Jama.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

Tonga de costilla:

  • 2 lbs de costillas de res}
  • 1 tza de sofrito madre
  • 3 1/2 cdas de adobo manaba/aliño de la abuela
  • 3 tza de agua
  • 6 1/2 cdas de vinagre de guineo (revisar receta)
  • 8 cdas de gordo de maní
  • 6 cdas de jerén de maíz
  • 4 cdas de cilantro picado
  • 4 tza de arroz manaba (revisar receta)
  • 2 maduros
  • 4 hojas de plátano (enteras)
  • sal al gusto

Tonga de longaniza:

  • 2 lbs de longaniza
  • 1 tza de sofrito madre
  • 5 cdas de adobo manaba/aliño de la abuela
  • 2 tza de agua
  • 8 cdas de gordo de maní
  • 6 cdas de jerén de maíz
  • 4 cdas de cilantro picado
  • 2 cdta de orégano seco
  • 4 tza de arroz manaba (revisar receta)
  • 2 maduros
  • 4 hojas de plátano (enteras)
  • sal al gusto

Tonga de camarón de río:

  • 2 lbs de camarón de río
  • 1 tza de sofrito madre
  • 5 cdas de adobo manaba/aliño de la abuela
  • 2 tza de agua
  • 8 cdas de gordo de maní
  • 6 cda de jerén de maíz
  • 4 cdas de cilantro picado
  • 4 tza de arroz manaba (revisar receta)
  • 2 maduros
  • 4 hojas de plátano (enteras)
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

Para tonga de costilla:

  • Limpiar las costillas.
  • Para la salmuera, mezclar vinagre, adobo, sal y agua. Sumergir las costillas durante una hora aproximadamente.
  • En una olla, calentar el sofrito madre, sellar las costillas, añadir una parte de la salmuera y cubrir con agua. Cocinar hasta que las costillas estén suaves.
  • Para la tonga: En una hoja de plátano, colocar una porción de arroz. En el centro del arroz, añadir el gordo de maní con jugo de estofado. Cubrir y sellar con jerén.
  • Agregar las costillas y el maduro frito. Cerrar la tonga y llevar al horno manabita a fuego lento por veinte minutos, para que sus sabores se amalgamen. Servir luego de este proceso.

Para tonga de longaniza:

  • Cortar la longaniza en trozos, freír y dorar en un sartén. Reservar.
  • En una olla, calentar el sofrito madre, agregar la longaniza, añadir el adobo manabita y cubrir con agua. Cocinar de veinte a treinta minutos. Agregar el orégano seco y el cilantro.
  • Para la tonga: En la hoja de plátano, colocar una porción de arroz manabita. En el centro del arroz, añadir el jerén de maíz y luego el gordo de maní con jugo de estofado y la longaniza, cilantro picado y maduro frito. Cerrar y amarrar con zapán (corteza del tallo del plátano).
  • Llevar al horno manabita a fuego lento por veinte minutos. Servir.

Para tonga de camarón de río:

  • Limpiar los camarones.
  • Sazonar los camarones con el adobo, sal, limón durante veinte minutos aproximadamente.
  • En una olla, calentar el sofrito madre, sellar los camaro nes y cubrir con agua.
  • Para la tonga: En una hoja de plátano, colocar una porción de arroz. En el centro del arroz añadir el gordo de maní con jugo de estofado. Cubrir y sellar con jerén.
  • Agregar los camarones y el maduro frito. Cerrar la tonga y llevar al horno manabita a fuego lento por veinte minutos. Servir.

Tiempo de preparación:

120 Minutos.

Técnica:

Tradicional.

Encebollado

Encebollado

Todos quieren hacerse cargo

Ancestralmente en Manabí, el encebollado fue un plato de caldo transparente que tomó color y otras bondades con el tiempo.

El encebollado es como ese hijo del que todos quieren hacerse cargo, un verdadero tesoro culinario que, donde se pruebe, siempre se luce con sus particularidades. Es un plato que se pre- para todo el año, pero su historia y sabor trascienden fronteras y generaciones. Dicen que este invento es mejor que la penicilina, porque no hay mal que un buen encebollado no cure: desde la resaca más feroz hasta el corazón roto, este plato lo resuelve todo. Con su caldo robusto, trozos de pescado fresco, yucas tiernas,

y esa cebolla encurtida que le da el toque mágico, cada cucharada es un viaje que reconforta con ese sabor auténtico que abraza el alma y llena de nostalgia.

El encebollado es una celebración de lo nuestro y que ha conquistado generaciones.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 2 lbs de albacora entera fresca
  • 250 g de cebolla colorada
  • 2 lbs de yuca
  • 100 g de pimiento rojo
  • 15 g de cilantro
  • 4 tza de fondo de pescado
  • 3 cdas de zumo de limón
  • sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Realizar un fondo de pescado con cebolla colorada, pimiento y cilantro. Cocinar y dejar reducir.
  • Incorporar la yuca y condimentar con sal y pimienta.
  • Lavar la albacora y cortarla en rectángulos grandes.
  • Llevar a cocción durante diez minutos en el fondo realizado anteriormente.
  • Cortar las cebollas en juliana y curtirlas con limón y sal.
  • Emplatar agregando las cebollas encurtidas y el cilantro finamente picado.
  • Acompañar con chifles, pan o rosquitas de Montecristi.
  • Colocar la preparación con una cantidad generosa de jugo en una cevichera y agregar los vegetales en el centro, coronando la preparación con un poco de cilantro.
  • Servir acompañado de aguacate, chifles o patacones.

Tiempo de preparación:

90 Minutos.

Técnicas:

Tradicional

Corviche

Corviche

Más que un simple bocadillo

Que por qué se llama corviche? Dice la sabiduría po- pular que es por ser una masa encorvada. Lo cierto es que es riquijijijimo y se ha vuelto más que un simple bocadillo: es un emblema de la identidad. Nació en La Estancilla, una parroquia en Tosagua, y desde allí se desplazó hacia todos los puntos cardinales de la provincia.

Fue llevado por los caminos polvorientos hasta Cascol, al sur, donde se convirtió en una parada obligatoria para los turistas y es ahora uno de los corviches más célebres de Manabí. ¡Allí no hay escapatoria, un corviche es una promesa de felicidad!
De la familia de los ‘iches’, ha atravesado generaciones y se ha adaptado al tiempo. Las abuelas cuentan que, en sus inicios, la masa era de maíz y maní, finamente moldeada y sin relleno, cocida en hornos de leña hasta alcanzar una delgadez crujiente que arrancaba suspiros.

Pero como toda buena historia, el corviche también evolucionó. El maíz cedió su lugar al plátano dominico y el queso y pescado se convirtieron en los nuevos guardianes de su interior.

Para un manabita, probar un corviche es como volver a casa a escuchar el susurro de las abuelas.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1/2 lb de pescado
  • 450 g o 3 plátanos dominicos
  • 325 g de maní molido
  • 1 cebolla picada en cuadritos
  • 1/2 pimiento picado
  • 1 pizca de comino y orégano molido
  • 2 cdas de cilantro picado
  • 1/2 tza de achiote
    aceite para freír
  • jo machacado al gusto y sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Rallar el plátano, agregar un chorro de achiote y amasarlo.
  • Hacer un refrito con cebolla, pimiento, ajo, sal, achiote, agregar una pizca de comino y orégano molido (apartar un poco del refrito para el relleno).
  • Agregar el refrito, junto con el maní molido al plátano rallado y amasar muy bien.
  • Cortar el pescado en tiras como dedos, freír junto con el refrito apartado con maní diluido en un poco de agua.
  • Cuando esté listo el pescado proceder a rellenar los corviches.
  • Dividir la masa en partes iguales y colocamos un poco en nuestra mano, extendemos la masa para poder rellenar con el pescado.
  • Empezar a dar forma de corviche (con puntas como un óvalo).
  • En un sartén, con abundante aceite previamente calentado a llama alta, colocar y nivelar temperatura para que se frían parejos por unos diez minutos (el tiempo de cocción dependerá del tamaño del corviche). También se pueden llevar al horno.

Tiempo de preparación:

30 Minutos.

Técnicas:

Ancestral y tradicional.
Empanadas de verde

Empanadas de verde con relleno a escoger

Cada mordisco es glorioso

Las empanadas de Manabí son un bocadito con una tradición que se ha mantenido viva a lo largo de generaciones.

Los rellenos van desde queso hasta mariscos, y con la masa hecha del plátano dominico de la vega del río, cada mordisco es glorioso. La clave está en una buena amasada y en estirarla finamente para que quede delicada y lista para freír. La empanada estará crujiente y sabrosa.

Su popularidad creció en la década de los 60 y 70, con la construcción de la represa Poza Honda, que se convirtió en un atractivo más para quienes visitaban balnearios y ríos cercanos.

 Familias como la de María García, quien lleva 45 años en el negocio tras aprender de su madre y de su suegra, han encontrado en las empanadas una fuente de sustento y orgullo. Estos antojitos no faltan en los eventos sociales y culturales y son otro símbolo de la riqueza culinaria manabita que comemos hasta jartarnos.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

Masa de empanadas:

  • 8 plátanos
  • agua cantidad necesaria
  • sal al gusto

Relleno de queso:

  • 1/2 lb de queso manaba

  • 400 ml de agua

  • cilantro (opcional)

Relleno de carne:

  • 1 lb de carne de res

  • 1 plátano verde

  • 1/4 tza de cebolla colorada picada

  • 1/4 tza de pimiento verde picado

  • 2 dientes de ajo pelados y machacados

  • 2 cdas de achiote en aceite

  • 400 ml de agua

  • cilantro finamente picado al gusto

  • sal, pimienta y comino al gusto

Relleno de pollo:

  • 1 lb de pollo

  • 1 plátano

  • 1/4 tza de cebolla colorada picada

  • 1/4 tza de pimiento verde picado

  • 2 dientes de ajo pelados y machacados

  • 2 cdas de achiote en aceite

  • 400 ml de agua

  • cilantro finamente picado al gusto

  • sal, pimienta y comino al gusto

Relleno de longaniza:

  • 1 lb de longaniza
  • 1 plátano verde
  • 1/4 tza de cebolla colorada picada
  • 1/4 tza de pimiento verde picado
  • 2 dientes de ajo pelados y machacados
  • 2 cdas de achiote en aceite
  • 400 ml de agua

  • cilantro finamente picado al gusto

  • sal, pimienta y comino al gusto

  •  

MODO DE PREPARACIÓN:

Para el relleno de queso:

  • Queso manaba en láminas o rallado y cilantro finamente picado (opcional y al gusto).

Para el relleno de pollo:

  • Hacer un refrito con la cebolla, pimiento, ajo, achiote y comino; incorporar el pollo previamente troceado y sazona- do, dejar cocinar por diez minutos; agregar el agua más el plátano pelado y troceado y, cuando esté cocido y blando, retirar y moler/majar; luego sacar el pollo y mecharlo. Cuando esté todo listo incorporar a la cocción anterior, dejar reducir hasta que se forme una sopa homogénea; finalizar con cilantro y reservar.

Para el relleno de carne:

  • Hacer un refrito con la cebolla, pimiento, ajo, achiote y comino; incorporar la carne previamente picada y sazonada, dejar cocinar por diez minutos; agregar el agua más el plátano pelado y troceado y, cuando esté cocido y blando, retirar y moler/majar. Dejar reducir hasta que se forme una sopa homogénea; finalizar con cilantro y reservar.

Para el relleno de longaniza:

  • Cortar la longaniza en rebanadas y desgrasar. Hacer un refrito con la cebolla, pimiento, ajo, achiote y comino; incorporar la longaniza y dejar cocinar por diez minutos; agregar el agua más el plátano pelado y troceado y, cuando esté cocido y blando, retirar y moler/majar. Dejar reducir hasta que se forme una sopa homogénea; finalizar con cilantro y reservar.

Tiempo de preparación:

120 Minutos.

Técnica:

Tradicional.

Tortillas de maíz

Tortillas de maíz

Un llamado irresistible desde los tenderetes

En los caminos de Sancán, no hay quien se resista a una buena tortilla de maíz, esa que te llama desde los tenderetes al borde de la carretera, como un canto que no puedes ignorar.

Dicen que se hace desde los años 1.700 y nadie puede pasar por Jipijapa sin detenerse a probarlas. En sus inicios, estas tortillas eran tan planas como los chistes del abuelo y que no tenían relleno. Pero, con los años, alguien tuvo la brillante idea de meterles queso o chicharrón, y ¡boom! Nació una delicia que hace suspirar hasta al más serio.

El maíz seco tiene que ser cocinado y rallado con esmero, y si alguna pepita se escapa, no hay problema: se muele. La suavidad perfecta de estas tortillas depende del toque exacto de mantequilla, manteca y huevo, como una fórmula de nuestras abuelas.

Este antojo se acompaña de un café pasado o de olla, convirtiéndose en la merienda o desayuno perfecto.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1/2 de queso o chicharrón

  • 1 lb de maíz rallado y molido

  • 1 cda de mantequilla}

  • 1 cda de manteca de chancho derretida

  • 1/2 cda de sal

  • 1 huevo

  • 1/2 tza de agua o leche

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Mezclar el maíz rallado y molido con el huevo, mantequilla, manteca derretida y sal.

  • Empezar a amasar. Si la consistencia está muy seca, agregar agua o leche.

  • Una vez que está lista la masa, hacer las tortillas y rellenar con queso o chicharrón.

  • Finalmente, llevar al horno de leña caliente por quince minutos. Servir.

Tiempo de preparación:

60 Minutos.

Técnica:

Tradicional

Bollo de chancho

Bollo de chancho

El horno manabita hace la diferencia

En el pintoresco barrio Imbabura, en Jipijapa, el aroma del bollo de chancho identifica la cocina de la familia Ayón durante generaciones. Este plato exige paciencia y dedicación. El maní rosita o rojo, una variedad poco conocida pero esencial, le da su característico toque. Para el azocado hay que seguir la técnica ancestral que no permite error. Y su cocción se prolonga por diez horas en el horno de leña.

Doña Margarita Ayón, a sus 85 años, sigue siendo la matriarca que, con manos expertas, prepara estos bollos una vez a la se- mana. Cada uno es una obra de arte.

Los descendientes de la familia han heredado la receta y el espíritu emprendedor que ha permitido que este legado culinario se mantenga vivo y brinde sustento a quienes lo continúan. Cada bocado es un tributo a la perseverancia y a conservar y compartir los sabores auténticos que han dado sustento y alegría a estas familias manabitas a lo largo del tiempo.

Rinde para 20 bollos familiares

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 5 lbs de carne de chancho

  • 2 lbs de cuero de chancho

  • 1 lb de manteca de chancho

  • 1 lb de manteca vegetal

  • 20 lbs de plátano rallado (2 racimos de verde)

  • 10 lbs de maní tostado y molido

  • 4 onzas de pasta de achiote

  • 1 atado de cebolla blanca

  • 10 hojas de cilantro de pozo/chillangua

  • 1 atado de cilantro o hierbita

  • 5 pimientos verdes

  • 5 lt de agua

  • hojas de plátano

  • sal, pimienta, comino y orégano al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Pelar y rallar el plátano.

  • Para la masa agregar en una paila, el plátano rallado, el maní tostado y molido, achiote y el sofrito (sofreír cebolla blanca, con pimiento verde picado en manteca de chancho con achiote).

  • Luego picar cilantro de pozo, hierbita y mezclar con la masa.

  • Amasar y diluir con agua y agregar sal, pimienta, comino y orégano al gusto.

  • A su vez, para el relleno del bollo, cortar la carne y los cueritos de chancho, aliñarlos con sal, pimienta y comino y reservar hasta el momento de armar el bollo.

Armado del bollo:

  • Colocar varias capas de hojas de plátanos soasadas sobre un plato.
  • Luego, poner la masa y sobre ella distribuir la carne y     los cueritos.
  • Después, envolver y amarrar.
  • Llevar a cocción al horno de leña precalentado, cubrir con cáscaras y hojas de plátano para mantener el calor. Sobre ellos, tapar el horno con leña encima. Hornear por diez horas o toda la noche.

 

Nota: En Manabí es tradicional el bollo de chancho familiar, aunque existen sectores en los que se preparan bollos personales como en La Estancilla del cantón Tosagua; en Canuto del cantón Chone o en el cantón Flavio Alfaro.

Tiempo de preparación:

120 minutos (tiempo de cocción, al menos 10 horas).

Técnica:

Tradicional

Antojos y Antojitos

Salprieta

No es solo un condimento. De esto saben allá en en Vargas Torres, cantón Tosagua, donde la salprieta es casi un símbolo de fuerza manabita.

Cuentan las leyendas que los hombres de por allá cargan sacos de salprieta como si fueran plumas, aunque para los foráneos la cosa es distinta: les pesa como si llevaran el doble. No cualquiera puede. Esos sacos, dicen, están cargados de más que maíz y maní: es la historia y la fuerza de generaciones. La salprieta es un asunto serio. Las abuelas pasan horas tostando el maíz y el maní en comales de barro sobre hornos de leña, cuidando que nada quede crudo, porque un mal tueste arruina todo. Y ni hablar de la sal que, en tiempos antiguos, era de un negro prieto que dio nombre a esta mezcla mágica. Las abuelas empacan la salprieta en hojas de plátano y la dejan al calor lento del horno, como cocinando recuerdos. Lo curioso es que el manabita come más salprieta cuando está lejos de casa, como si un simple bocado pudiera engañar al cerebro y devolverle, aunque sea por un  ratito, el calor del hogar.

INGREDIENTES:

  • 1 tza harina de maíz amarillo tostada
  • 1 tza maní molido fino o pasta de maní
  • 1/2 cdta achiote en pasta
  • 1/4 cdta de comino tostado y molido en casa
  • 1/2 cdta coriandro (semilla de cilantro molida)
  • 1/2 cdta cilantro criollo o cebollín de hera
  • 1 cdta de sal

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Tostar el maíz y el maní por separado. Cuando el maíz está listo, desprende olor a máchica molida. El maní tostado no debe ser ni muy pálido ni muy quemado.
  • Cuando los dos ingredientes principales estén tostados y molidos finos, proceder a realizar la primera mezcla y agregar todos los condimentos y el achiote. Masajear con las dos manos para integrar todo.
  • Luego pasar toda la preparación por el molino, que es cuando vamos a conocer el color de la salprieta, porque es en este paso donde todos los ingredientes se amalgaman.
  • Llevar a una cazuela u olla de barro a fuego lento por una hora para deshidratar y que dure más la salprieta. Algunas abuelas también suelen porcionarlas en hojas de plátanos soasadas y ahumadas y de allí las arriman a las paredes de la olla de barro del horno manabita a fuego lento por una o dos horas.
  • Al momento de servir, agregar el cilantro criollo o cebollín.

 

Nota: La receta es 50% de maíz amarillo tostado y 50% de maní molido fino, si no la quiere tan manizuda puede trabajar 70-30 sobre todo para uso de restauración o para decorar.

Tiempo de preparación:

120 min

Técnicas:

Ancestral y tradicional

Pastelillo

Esta delicia la encontrará de venta en la calle, en los autobuses y en cafeterías de Bahía de Caráquez y de todo Manabí. No se la pierda. 

INGREDIENTES:

Para el relleno:

  • 1 pechuga de pollo
  • 130 gr de pan dulce
  • 40 gr de mantequilla
  • 60 gr de cebolla larga
  • 250 ml de fondo de pollo
  • 100 ml de vino dulce
  • 30 gr de pasas
  • 2 gr de sal
  • 40 gr de aceituna
  • 4 huevos duros cortados en tajadas
  • 1 tza de azúcar para espolvorear
  • 1 L de aceite para freír

Para la masa:

  • 450 gr de harina
  • 8 gr de sal
  • 5 gr de bicarbonato
  • 25 gr de azúcar
  • 110 gr de agua mineral
  • 40 gr de zumo de naranja
  • 115 gr de mantequilla

MODO DE PREPARACIÓN:

Para la masa:

  • Unificar la harina, sal, bicarbonato y el azúcar formando un volcán con un cráter en el centro.
  • Derretir la mantequilla en una olla e incorporar al cráter junto con el jugo de naranja.
  • Mezclar bien y añadir el agua mineral.
  • Amasar hasta obtener una mezcla lisa y firme.
  • Dejar reposar a temperatura ambiente durante una hora.

Para el relleno:

  • En un sartén, calentar la mantequilla y sofreír la cebolla larga finamente picada. En un recipiente, colocar el pan desmenuzado y añadir el fondo de pollo. Llevar a fuego medio hasta que espese. Incorporar el sofrito, el vino y el pollo desmenuzado, cocer hasta que esté en su punto y reservar.

Para el montaje:

  • Porcionar la masa en bolitas y estirar para formar discos. Colocar el relleno, las pasas, aceitunas y tajada de huevo duro en el centro de cada disco, luego cubrir con otro disco y repulgar los bordes. Freír a 170°C durante tres minutos. Espolvorear el azúcar blanca y servir.

Tiempo de preparación:

50 min

Técnicas:

Tradicional

Empanada de maíz

Del maíz, nuestros pueblos originarios han realizado muchas cosas. Una de ellas es la empanada, una pieza esencial. Comienza con el maíz amarillo cocido, se desgrana y se muele sin quitarle el piquillo. Este detalle marca la diferencia: al pasar por el molino, el grano se compacta y se convierte en una masa uniforme que se estira para formar discos perfectos, listos para rellenar. Y aquí viene la magia: el relleno. La de queso rallado es un clásico, las favoritas siempre serán las de queso y longaniza ahumada, que traen todo el sabor y el ahumado.

¿Otra joya? Las empanadas de guariche y maní, al igual que las de masa de plátano, llevan un poco de menestra de plátano en el interior. Este secreto hace que al freírse alcancen el balance perfecto.

¡Una experiencia que va de lo clásico a lo inesperado, siempre con ese toque manabita que no se encuentra en ningún otro lugar!

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 3 1/2 tza de harina de maíz amarillo molido
  • 1/2 tza de queso manaba
  • 1/4 tza de longaniza
  • 1/3 cda de refrito madre
  • 1/2 cdta de sal
  • 1/3 cdta de azúcar blanca
  • 1/3 tza de agua

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cocinar, desgranar y moler los granos de maíz amarillo, luego mezclar con el agua, la sal y el azúcar.
  • Amasar bien hasta formar una masa firme.
  • Porcionar en bolitas.
  • Freír la longaniza junto con el refrito.
  • Ensamblar una parte de las empanadas usando el queso y/o longaniza.

 

Nota: En vez de agua usar suero salado.

Tiempo de preparación:

45 min

Técnica:

Tradicional

Bolas o bolones de maní

En la cocina de las abuelas manabitas, la magia empieza con el sonido de los maduros cayendo en el fogón. Entre risas y sabiduría, ellas fueron las primeras alquimistas de lo que hoy conocemos como el bolón. 

Con manos ágiles, combinaban maduro y maní, creando la famosa bola de maní, un tesoro que se multiplica en versiones con queso, chicharrón o longaniza.

El secreto del maní, que no debe saber rancio, está en prepararlo un día antes.

INGREDIENTES (para 4 personas):

  • 450 g de pintón o maduro
  • 250 g de pasta de maní
  • 50 g de queso manaba
  • 3 ramas de cilantro
  • 50 g de maní quebrado
  • 20 g de cebollín
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Asar el pintón o maduro en el horno manabita
  • Majar el pintón o maduro, incorporar la pasta de maní, queso, sal, cebollín y cilantro finamente picado
  • Amasar y formar porciones.
  • Decorar con maní quebrado y servir.

Nota: Moler con mortero de piedra e ir agregando poco a poco el maní es la tradición. Cuando ya se han seguido los pasos de la cocción, acompañar con café de olla o café pasa- do y una porción de longaniza ahumada.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnicas:

Tradicional

Chumumos

En Salango, el mar cuenta historias a quienes saben escucharlo y Alfredo Pincay, un cocinero de alma y corazón, es uno de ellos. Desde joven, aprendió a amasar el pan junto a su madre, pero fue en el aroma del mar donde encontró su verdadera pasión. El chumumo, un pescado pequeño y humilde conocido también como boquerón, solía ser parte de la dieta de los pescadores. Con los años, se perdió la costumbre, pero Alfredo la puso de vuelta en la mesa en su conocido restaurante, abierto un 24 de diciembre de 1987. Lo llenó de vida con platos criollos, caldos de gallina y sabores del mar. Los boquerones, servidos con patacones al ajillo, recuperaron su lugar en la memoria y el paladar de los comensales para honrar así a la tradición y a su querida amiga Elsita de Guerra, quien le enseñó a darle ese toque diferente a los frutos del mar.

INGREDIENTES (para 4 personas):

  • 2 lbs de chumumos
  • 150 ml de zumo de limón
  • ají de maracuyá al gusto
  • 1/2 tza de harina
  • 1/4 tza de almidón
  • sal, pimienta y ajo al gusto
  • aceite vegetal

MODO DE PREPARACIÓN:

Chumumos encurtidos:

  • Limpiar muy bien los chumumos y abrirlos a la mitad retirando la espina dorsal y la cabeza.
  • Marinar con el zumo de limón, la sal, la pimienta y el ajo fina- mente picado. Reservar durante veinte minutos.
  • Finalmente, con la pulpa de maracuyá, preparar un ají al gusto y están listos para servir acompañados con patacones o chifles.

Chumumos fritos:

  • Limpiar muy bien los chumumos y abrirlos a la mitad retirando la espina dorsal y la cabeza.
  • Sazonar con el limón, la sal, la pimienta y el ajo finamente picado.
  • Mezclar el almidón con la harina y empanizar los chumumos.
  • Luego, llevar a fritura profunda a 180 °C.
  • Retirar cuando estén dorados y crujientes y servir con patacones. Se puede acompañar con mayonesa de cilantro de pozo o  chillangua, o aderezo a elección.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnicas:

Tradicional

Ceviche de ostras

Este ceviche, considerado por muchos como un afrodisíaco natural, requiere ostras frescas, con una vida útil de máximo tres días en un lugar ventilado, ya que su calidad se percibe fácilmente: si una ostra se abre sola o emana un olor fuerte y rancio, debe descartarse inmediatamente.

Desde hace 20 años, la familia Bailón ha deleitado a mantenses y visitantes en su icónica carreta afuera de la Autoridad Portuaria. Dos generaciones se han dedicado a esta tarea, creando un espacio donde desconocidos se sientan juntos en la gran mesa manabita, unidos por el sabor incomparable de este ceviche.

Dicen los expertos que no se deben confundir ostras con ostiones, que, si bien son parientes cercanos, el nivel de sal los diferencia. Quien probó este ceviche, sabrá contar de esta experiencia única… y por supuesto, volverá.

 

INGREDIENTES (para 4 personas):

  • 12 ostras grandes
  • 12 cdas de zumo de limón
  • 4 cdas de cebolla colorada picada en cuadritos
  • 4 cdas de tomate picado en cuadritos
  • cilantro al gusto
  • sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Abrir las ostras y acevichar con zumo de limón. La ración sugerida es una cucharada de zumo de limón por ostra, pero el cocinero decide el tenor de acidez que desea imprimir en su creación.
  • Agregar sal y pimienta al gusto.
  • Añadir los vegetales y servir acompañado de chifles o patacones.

Tiempo de preparación:

15 min

Técnica:

Tradicional

Cortadito de choclo

Cada cosecha trae esperanzas renovadas. Es resultado del esfuerzo de la siembra, pero, además, de que habrá el cortadito de choclo, un verdadero placer que se espera con ansias. Este platillo reúne a la familia alrededor de la mesa, ya sea en un almuerzo o una cena, llenando el ambiente de aromas y recuerdos compartidos.

Hay un ingrediente fundamental: el choclo joven y tierno, evitando el jecho duro, y en añadir abundante queso duro, que se derrite deliciosamente en la cocción. Pero el toque maestro es el suero, que le da un sabor único y distinto a la leche tradicional.

Es tan sencillo de preparar como delicioso y no importa cuántas veces se haga, cada cortadito sabe a gloria.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 400 g choclo cortado
  • 60 g de queso manaba
  • 3 ramitas de cebolla blanca larga
  • 10 ramitas de cebolla de verdeo
  • 60 g mantequilla blanca
  • 4 cdas de suero salado
  • 1 cda de azúcar blanca
  • 320 g de arroz manaba
  • cilantro y sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • En un sartén, agregar la cebolla blanca picada finamente, el azúcar y la mantequilla.
  • Incorporar el choclo y mezclar con el suero salado.
  • Añadir la sal y el cilantro finamente picado.
  • Servir con arroz y cebolla de verdeo picada.

Tiempo de preparación:

20 min

Técnica:

Tradicional

Majada de choclo

INGREDIENTES (para 20 personas):

  • 10 choclos jechos y 10 choclos tiernos
  • 1 lb de raspadura
  • Especies: canela, clavo de olor, pimienta dulce y anís al gusto
  • 1 L de agua

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Rallar los choclos.
  • Hervir el agua junto a las especies y disolver la raspadura.
  • Derretir la mantequilla.
  • Mezclar el choclo, con la mantequilla y el agua con las especies. Luego empezar a majar. Si la masa está muy espe sa se agrega más líquido.
  • Finalmente, en un horno de leña precalentado, se cubre con hojas de plátano soasadas y se coloca directamente la majada. Se cubre con hojas de plátano y tapa con fuego encima. Se mantiene en el horno manabita por aproximadamente diez horas.

 

Nota: A la manera tradicional, este platillo se sirve acompañado de tajadas de queso.

Tiempo de preparación:

60 minutos (preparación). Horneado 10 horas.

Técnica:

Tradicional

Sanduche de carne punzada

El sánduche de carne punzada es protagonista de todo cumpleaños manabita. ¿Torta? ¡Eso es lo de menos! La carne bien punzada, con su sazoncito, y la ensalada de cebolla curtida con repollo, se llevan toda la atención. Según la familia, encontrará una versión: que si con más ajo, que si con una salsa secreta que ni en sueños te van a revelar, pero eso sí, todas tienen el toque que deja pidiendo bis. Es tan versátil que en Manabí se dice que si te comes uno, ya te va mejor el día.

Ya sabes. Si en una fiesta, ves la bandeja de sánduches, corre antes de que se acaben, porque aquí, quien parpadea se queda con las ganas. 

INGREDIENTES (para 4 personas):

  • 250 g de carne punzada de res (revisar receta)
  • 50 g de cebolla colorada
  • 50 g de repollo
  • 3 cdas limón sutil
  • 8 panes medianos
  • 100 g de mayonesa verde
  • sal y cilantro al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cortar la cebolla en juliana y hacer un encurtido con limón, cilantro y sal.
  • Cortar el pan por la mitad.
  • Agregar la mayonesa en el pan y rellenar con la carne previamente desmechada.
  • Agregar el encurtido y servir.

Tiempo de preparación:

35 min

Técnica:

Tradicional

Ceviche Jipijapa

Ceviche de pescado con maní

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 450 g de pescado dorado o wahoo
  • 125 g de maní tostado y molido
  • 150 g de cebolla colorada
  • 10 ramas de cilantro
  • Aceite vegetal
  • 125 ml de jugo de limón
  • 300 ml de agua
  • 1 cdtas de sal
  • Chifles al gusto para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cortar el pescado en cuadros de medio centímetro.

  • Encurtir con limón y sal, dejar reposar por treinta minutos o curtir de un día para el otro. Este tiempo es opcional.

  • Cortar la cebolla finamente en juliana y remojar en agua helada con un puntito de sal.

  • Luego, curtir la cebolla con limón y aceite.

  • Proceder a disolver el maní en agua.

  • Picar el cilantro finamente.

  • Finalmente, se mezcla el pescado curtido con la cebolla y se agrega el cilantro y salsa de maní. Servir.

     

Tiempo de preparación:

45 Minutos.

Técnicas:

Tradicional.

Salprieta

Salprieta

No es solo un condimento. De esto saben allá en en Vargas Torres, cantón Tosagua, donde la salprieta es casi un símbolo de fuerza manabita.

Cuentan las leyendas que los hombres de por allá cargan sacos de salprieta como si fueran plumas, aunque para los foráneos la cosa es distinta: les pesa como si llevaran el doble. No cualquiera puede. Esos sacos, dicen, están cargados de más que maíz y maní: es la historia y la fuerza de generaciones. La salprieta es un asunto serio. Las abuelas pasan horas tostando el maíz y el maní en comales de barro sobre hornos de leña, cuidando que nada quede crudo, porque un mal tueste arruina todo. Y ni hablar de la sal que, en tiempos antiguos, era de un negro prieto que dio nombre a esta mezcla mágica. Las abuelas empacan la salprieta en hojas de plátano y la dejan al calor lento del horno, como cocinando recuerdos. Lo curioso es que el manabita come más salprieta cuando está lejos de casa, como si un simple bocado pudiera engañar al cerebro y devolverle, aunque sea por un  ratito, el calor del hogar.

INGREDIENTES:

  • 1 tza harina de maíz amarillo tostada
  • 1 tza maní molido fino o pasta de maní
  • 1/2 cdta achiote en pasta
  • 1/4 cdta de comino tostado y molido en casa
  • 1/2 cdta coriandro (semilla de cilantro molida)
  • 1/2 cdta cilantro criollo o cebollín de hera
  • 1 cdta de sal

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Tostar el maíz y el maní por separado. Cuando el maíz está listo, desprende olor a máchica molida. El maní tostado no debe ser ni muy pálido ni muy quemado.
  • Cuando los dos ingredientes principales estén tostados y molidos finos, proceder a realizar la primera mezcla y agregar todos los condimentos y el achiote. Masajear con las dos manos para integrar todo.
  • Luego pasar toda la preparación por el molino, que es cuando vamos a conocer el color de la salprieta, porque es en este paso donde todos los ingredientes se amalgaman.
  • Llevar a una cazuela u olla de barro a fuego lento por una hora para deshidratar y que dure más la salprieta. Algunas abuelas también suelen porcionarlas en hojas de plátanos soasadas y ahumadas y de allí las arriman a las paredes de la olla de barro del horno manabita a fuego lento por una o dos horas.
  • Al momento de servir, agregar el cilantro criollo o cebollín.

 

Nota: La receta es 50% de maíz amarillo tostado y 50% de maní molido fino, si no la quiere tan manizuda puede trabajar 70-30 sobre todo para uso de restauración o para decorar.

Tiempo de preparación:

120 min

Técnicas:

Ancestral y tradicional
Pastelillo

Pastelillo

Esta delicia la encontrará de venta en la calle, en los autobuses y en cafeterías de Bahía de Caráquez y de todo Manabí. No se la pierda. 

INGREDIENTES:

Para el relleno:

  • 1 pechuga de pollo
  • 130 gr de pan dulce
  • 40 gr de mantequilla
  • 60 gr de cebolla larga
  • 250 ml de fondo de pollo
  • 100 ml de vino dulce
  • 30 gr de pasas
  • 2 gr de sal
  • 40 gr de aceituna
  • 4 huevos duros cortados en tajadas
  • 1 tza de azúcar para espolvorear
  • 1 L de aceite para freír

Para la masa:

  • 450 gr de harina
  • 8 gr de sal
  • 5 gr de bicarbonato
  • 25 gr de azúcar
  • 110 gr de agua mineral
  • 40 gr de zumo de naranja
  • 115 gr de mantequilla

MODO DE PREPARACIÓN:

Para la masa:

  • Unificar la harina, sal, bicarbonato y el azúcar formando un volcán con un cráter en el centro.
  • Derretir la mantequilla en una olla e incorporar al cráter junto con el jugo de naranja.
  • Mezclar bien y añadir el agua mineral.
  • Amasar hasta obtener una mezcla lisa y firme.
  • Dejar reposar a temperatura ambiente durante una hora.

Para el relleno:

  • En un sartén, calentar la mantequilla y sofreír la cebolla larga finamente picada. En un recipiente, colocar el pan desmenuzado y añadir el fondo de pollo. Llevar a fuego medio hasta que espese. Incorporar el sofrito, el vino y el pollo desmenuzado, cocer hasta que esté en su punto y reservar.

Para el montaje:

  • Porcionar la masa en bolitas y estirar para formar discos. Colocar el relleno, las pasas, aceitunas y tajada de huevo duro en el centro de cada disco, luego cubrir con otro disco y repulgar los bordes. Freír a 170°C durante tres minutos. Espolvorear el azúcar blanca y servir.

Tiempo de preparación:

50 min

Técnicas:

Tradicional
Empanadas de maíz

Empanada de maíz

Del maíz, nuestros pueblos originarios han realizado muchas cosas. Una de ellas es la empanada, una pieza esencial. Comienza con el maíz amarillo cocido, se desgrana y se muele sin quitarle el piquillo. Este detalle marca la diferencia: al pasar por el molino, el grano se compacta y se convierte en una masa uniforme que se estira para formar discos perfectos, listos para rellenar. Y aquí viene la magia: el relleno. La de queso rallado es un clásico, las favoritas siempre serán las de queso y longaniza ahumada, que traen todo el sabor y el ahumado.

¿Otra joya? Las empanadas de guariche y maní, al igual que las de masa de plátano, llevan un poco de menestra de plátano en el interior. Este secreto hace que al freírse alcancen el balance perfecto.

¡Una experiencia que va de lo clásico a lo inesperado, siempre con ese toque manabita que no se encuentra en ningún otro lugar!

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 3 1/2 tza de harina de maíz amarillo molido
  • 1/2 tza de queso manaba
  • 1/4 tza de longaniza
  • 1/3 cda de refrito madre
  • 1/2 cdta de sal
  • 1/3 cdta de azúcar blanca
  • 1/3 tza de agua

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cocinar, desgranar y moler los granos de maíz amarillo, luego mezclar con el agua, la sal y el azúcar.
  • Amasar bien hasta formar una masa firme.
  • Porcionar en bolitas.
  • Freír la longaniza junto con el refrito.
  • Ensamblar una parte de las empanadas usando el queso y/o longaniza.

 

Nota: En vez de agua usar suero salado.

Tiempo de preparación:

45 min

Técnica:

Tradicional
Bolas o bolones de maní

Bolas o bolones de maní

En la cocina de las abuelas manabitas, la magia empieza con el sonido de los maduros cayendo en el fogón. Entre risas y sabiduría, ellas fueron las primeras alquimistas de lo que hoy conocemos como el bolón. 

Con manos ágiles, combinaban maduro y maní, creando la famosa bola de maní, un tesoro que se multiplica en versiones con queso, chicharrón o longaniza.

El secreto del maní, que no debe saber rancio, está en prepararlo un día antes.

INGREDIENTES (para 4 personas):

  • 450 g de pintón o maduro
  • 250 g de pasta de maní
  • 50 g de queso manaba
  • 3 ramas de cilantro
  • 50 g de maní quebrado
  • 20 g de cebollín
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Asar el pintón o maduro en el horno manabita
  • Majar el pintón o maduro, incorporar la pasta de maní, queso, sal, cebollín y cilantro finamente picado
  • Amasar y formar porciones.
  • Decorar con maní quebrado y servir.

Nota: Moler con mortero de piedra e ir agregando poco a poco el maní es la tradición. Cuando ya se han seguido los pasos de la cocción, acompañar con café de olla o café pasa- do y una porción de longaniza ahumada.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnicas:

Tradicional
Chumumos

Chumumos

En Salango, el mar cuenta historias a quienes saben escucharlo y Alfredo Pincay, un cocinero de alma y corazón, es uno de ellos. Desde joven, aprendió a amasar el pan junto a su madre, pero fue en el aroma del mar donde encontró su verdadera pasión. El chumumo, un pescado pequeño y humilde conocido también como boquerón, solía ser parte de la dieta de los pescadores. Con los años, se perdió la costumbre, pero Alfredo la puso de vuelta en la mesa en su conocido restaurante, abierto un 24 de diciembre de 1987. Lo llenó de vida con platos criollos, caldos de gallina y sabores del mar. Los boquerones, servidos con patacones al ajillo, recuperaron su lugar en la memoria y el paladar de los comensales para honrar así a la tradición y a su querida amiga Elsita de Guerra, quien le enseñó a darle ese toque diferente a los frutos del mar.

INGREDIENTES (para 4 personas):

  • 2 lbs de chumumos
  • 150 ml de zumo de limón
  • ají de maracuyá al gusto
  • 1/2 tza de harina
  • 1/4 tza de almidón
  • sal, pimienta y ajo al gusto
  • aceite vegetal

MODO DE PREPARACIÓN:

Chumumos encurtidos:

  • Limpiar muy bien los chumumos y abrirlos a la mitad retirando la espina dorsal y la cabeza.
  • Marinar con el zumo de limón, la sal, la pimienta y el ajo fina- mente picado. Reservar durante veinte minutos.
  • Finalmente, con la pulpa de maracuyá, preparar un ají al gusto y están listos para servir acompañados con patacones o chifles.

Chumumos fritos:

  • Limpiar muy bien los chumumos y abrirlos a la mitad retirando la espina dorsal y la cabeza.
  • Sazonar con el limón, la sal, la pimienta y el ajo finamente picado.
  • Mezclar el almidón con la harina y empanizar los chumumos.
  • Luego, llevar a fritura profunda a 180 °C.
  • Retirar cuando estén dorados y crujientes y servir con patacones. Se puede acompañar con mayonesa de cilantro de pozo o  chillangua, o aderezo a elección.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnicas:

Tradicional
Ceviche de ostras

Ceviche de ostras

Este ceviche, considerado por muchos como un afrodisíaco natural, requiere ostras frescas, con una vida útil de máximo tres días en un lugar ventilado, ya que su calidad se percibe fácilmente: si una ostra se abre sola o emana un olor fuerte y rancio, debe descartarse inmediatamente.

Desde hace 20 años, la familia Bailón ha deleitado a mantenses y visitantes en su icónica carreta afuera de la Autoridad Portuaria. Dos generaciones se han dedicado a esta tarea, creando un espacio donde desconocidos se sientan juntos en la gran mesa manabita, unidos por el sabor incomparable de este ceviche.

Dicen los expertos que no se deben confundir ostras con ostiones, que, si bien son parientes cercanos, el nivel de sal los diferencia. Quien probó este ceviche, sabrá contar de esta experiencia única… y por supuesto, volverá.

 

INGREDIENTES (para 4 personas):

  • 12 ostras grandes
  • 12 cdas de zumo de limón
  • 4 cdas de cebolla colorada picada en cuadritos
  • 4 cdas de tomate picado en cuadritos
  • cilantro al gusto
  • sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Abrir las ostras y acevichar con zumo de limón. La ración sugerida es una cucharada de zumo de limón por ostra, pero el cocinero decide el tenor de acidez que desea imprimir en su creación.
  • Agregar sal y pimienta al gusto.
  • Añadir los vegetales y servir acompañado de chifles o patacones.

Tiempo de preparación:

15 min

Técnica:

Tradicional
Cortadito de choclo

Cortadito de choclo

Cada cosecha trae esperanzas renovadas. Es resultado del esfuerzo de la siembra, pero, además, de que habrá el cortadito de choclo, un verdadero placer que se espera con ansias. Este platillo reúne a la familia alrededor de la mesa, ya sea en un almuerzo o una cena, llenando el ambiente de aromas y recuerdos compartidos.

Hay un ingrediente fundamental: el choclo joven y tierno, evitando el jecho duro, y en añadir abundante queso duro, que se derrite deliciosamente en la cocción. Pero el toque maestro es el suero, que le da un sabor único y distinto a la leche tradicional.

Es tan sencillo de preparar como delicioso y no importa cuántas veces se haga, cada cortadito sabe a gloria.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 400 g choclo cortado
  • 60 g de queso manaba
  • 3 ramitas de cebolla blanca larga
  • 10 ramitas de cebolla de verdeo
  • 60 g mantequilla blanca
  • 4 cdas de suero salado
  • 1 cda de azúcar blanca
  • 320 g de arroz manaba
  • cilantro y sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • En un sartén, agregar la cebolla blanca picada finamente, el azúcar y la mantequilla.
  • Incorporar el choclo y mezclar con el suero salado.
  • Añadir la sal y el cilantro finamente picado.
  • Servir con arroz y cebolla de verdeo picada.

Tiempo de preparación:

20 min

Técnica:

Tradicional
Majada de choclo

Majada de choclo

INGREDIENTES (para 20 personas):

  • 10 choclos jechos y 10 choclos tiernos
  • 1 lb de raspadura
  • Especies: canela, clavo de olor, pimienta dulce y anís al gusto
  • 1 L de agua

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Rallar los choclos.
  • Hervir el agua junto a las especies y disolver la raspadura.
  • Derretir la mantequilla.
  • Mezclar el choclo, con la mantequilla y el agua con las especies. Luego empezar a majar. Si la masa está muy espe sa se agrega más líquido.
  • Finalmente, en un horno de leña precalentado, se cubre con hojas de plátano soasadas y se coloca directamente la majada. Se cubre con hojas de plátano y tapa con fuego encima. Se mantiene en el horno manabita por aproximadamente diez horas.

 

Nota: A la manera tradicional, este platillo se sirve acompañado de tajadas de queso.

Tiempo de preparación:

60 minutos (preparación). Horneado 10 horas.

Técnica:

Tradicional
Sanduche de carne punzada

Sanduche de carne punzada

El sánduche de carne punzada es protagonista de todo cumpleaños manabita. ¿Torta? ¡Eso es lo de menos! La carne bien punzada, con su sazoncito, y la ensalada de cebolla curtida con repollo, se llevan toda la atención. Según la familia, encontrará una versión: que si con más ajo, que si con una salsa secreta que ni en sueños te van a revelar, pero eso sí, todas tienen el toque que deja pidiendo bis. Es tan versátil que en Manabí se dice que si te comes uno, ya te va mejor el día.

Ya sabes. Si en una fiesta, ves la bandeja de sánduches, corre antes de que se acaben, porque aquí, quien parpadea se queda con las ganas. 

INGREDIENTES (para 4 personas):

  • 250 g de carne punzada de res (revisar receta)
  • 50 g de cebolla colorada
  • 50 g de repollo
  • 3 cdas limón sutil
  • 8 panes medianos
  • 100 g de mayonesa verde
  • sal y cilantro al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cortar la cebolla en juliana y hacer un encurtido con limón, cilantro y sal.
  • Cortar el pan por la mitad.
  • Agregar la mayonesa en el pan y rellenar con la carne previamente desmechada.
  • Agregar el encurtido y servir.

Tiempo de preparación:

35 min

Técnica:

Tradicional
Ceviche de jipijapa

Ceviche Jipijapa

Ceviche de pescado con maní

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 450 g de pescado dorado o wahoo
  • 125 g de maní tostado y molido
  • 150 g de cebolla colorada
  • 10 ramas de cilantro
  • Aceite vegetal
  • 125 ml de jugo de limón
  • 300 ml de agua
  • 1 cdtas de sal
  • Chifles al gusto para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cortar el pescado en cuadros de medio centímetro.

  • Encurtir con limón y sal, dejar reposar por treinta minutos o curtir de un día para el otro. Este tiempo es opcional.

  • Cortar la cebolla finamente en juliana y remojar en agua helada con un puntito de sal.

  • Luego, curtir la cebolla con limón y aceite.

  • Proceder a disolver el maní en agua.

  • Picar el cilantro finamente.

  • Finalmente, se mezcla el pescado curtido con la cebolla y se agrega el cilantro y salsa de maní. Servir.

     

Tiempo de preparación:

45 Minutos.

Técnicas:

Tradicional.

Caldos y Sopas

Chupe de pescado

INGREDIENTES (Para 8 a 10 personas):

  • 1 robalo o corvina de 5 lbs
  • 1/2 lb de maní
  • 1 lb de papa chola
  • 2 choclos tiernos (en rodajas y rebanados)
  • 1 cebolla larga
  • 1 cebolla colorada
  • 1/2 tza de zumo de limón
  • 2 dientes de ajo
  • 4 cdtas de cebollita de verdeo
  • 2 tza de leche
  • 3 L de agua
  • 20 gr sofrito
  • 5 gr comino
  • 1 atado de tallos de cilantro, cilantro de pozo/chillangua y oreganón
  • 1 cdta de oreganito
  • 200 gr harina
  • 1 L de aceite para freír
  • sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Filetear el robalo y separar los lomos, cortarlos en porciones. Aliñar con limón, sal, pimienta y comino. Pasar por harina, freír hasta dorar. Reservar.
  • Hacer el fondo con 3 litros de agua, los huesos y la cabeza de pescado. Incorporar el atado de cilantro criollo, cilantro de pozo o chillangua y oreganón. Agregar las cebollas en pedazos grandes. Dejar hervir por quince minutos. Cernir y reservar
  • Licuar la leche con el maní. Reservar.
  • Luego, pelar y cortar en cubos las papas y los choclos en rodajas y rebanados; verter en una olla con el sofrito, el fondo previamente reservado y dejar hervir hasta que los vegetales estén en su punto de cocción.
  • Finalmente, agregar la leche con el maní y mantener en cocción a fuego lento hasta que suelte el hervor.
  • Para emplatar, servir el chupe y coronar con el pescado frito. Acompañar con arroz manaba o cocolón y limón.

Tiempo de preparación:

60 min

Técnica:

Ancestral

Sopa marinera

No es una historia de zombies, aunque a esta sopa se la conoce como “levanta muertos”. Ocurre porque reanima al más chuchaqui y levanta el ánimo y más a quienes están decaídos (se le atribuye ser un afrodisíaco). Eso ya lo dirá usted cuando la pruebe. Lo que le podemos contar es que el secreto está en el fondo de mariscos, preparado con cabezas de crustáceos, espinazos de pescados y tallos de cilantro. El caldo robusto es el alma de este plato que trae consigo la esencia del mar y la fuerza de la mesa chola. Al probarlo, se siente una oleada de energía, quizás por la cantidad generosa de mariscos o por el maní, que aporta una dosis extra de vitalidad. Es fácil imaginar a los pescadores volviendo a la vida tras una noche dura en alta mar, o a los trabajadores del campo recuperando fuerzas bajo el
sol implacable a través de este resucitador en forma de sopa.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 8 Camarones grandes, pelados y desvenados, 4 langostinos grandes, 2 colas de langosta pequeñas, 4 tenazas gordas de cangrejo, 12 conchas prietas, 12 almejas (opcional)
  • 100 g de pulpo, 80 g de calamar (grande o baby), 160 g pescado blanco a elección
  • 4 cdas de maní en pasta
  • 2 L de fondo de mariscos
  • Tallos del cilantro criollo
  • 1 pizca de comino
  • 1/2 cdta de achiote, 2 cdas de aceite
  • 3 cdas de cebolla blanca, 3 cdas de cebolla colorada, 2
    cdas de pimiento verde, 1 tomate mediano picado en cubitos o rallado
  • Sal, pimienta, cilantro criollo y ajo al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • acer un refrito con el aceite, achiote, ajo, comino, tomate, cebollas y los pimientos.
  • En una olla, colocar el fondo de mariscos, tallos de cilantro, sal al gusto y poner a hervir las tenazas de cangrejo.
  • Agregar también el maní disuelto para realzar sabor y espesar.
  • En el sartén del refrito, colocar los langostinos y langostas, dejar sudar; añadir el calamar, camarón, almejas y el pescado. Al final, agregar el pulpo.
  • Una vez que los mariscos estén ligeramente blanqueados e impregnado del aroma y sabor del fondo, mezclar.
  • Rectificar con sal y pimienta y terminar con cilantro.

 

NOTA: Es importante que los mariscos no queden sobrecocidos.

Tiempo de preparación:

40 Minutos.

Técnicas:

Tradicional

Sopa de arroz

Dicen que la sopa de arroz es una consentida de las familias, y no por nada. Esa receta, nunca fue exacta y siempre tuvo un toque de improvisación. Las abuelas armaban el remedio para males que iban desde la fiebre hasta el “tienes la panza vacía, ¡cómete esta sopita!”. Unos días con maní, otros con costilla, y hasta con refrito, porque en las cocinas de antes se usaba lo que había en la despensa. Hay una regla importante: el arroz no se lava porque sale baboso y ahí sí, ni la abuela te salva del regaño. Dos lavaditas, dicen, y que sea fresco. Había algunos truquitos más, pero la coincidencia estaba en que esta sopa era una mezcla de ingredientes que curaba más por nostal gia que por nutrición.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 2 tza de arroz
  • 1 rama de cebolla blanca
  • 1 diente de ajo
  • 12 tza de agua
  • 3/4 tza de suero salado
  • 1/2 lb de queso manabita
  • sal y cilantro al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • En un litro de agua, cocinar el arroz y agregar el ajo y la cebolla blanca en trozos grandes. A intervalos de quince minutos, ir añadiendo el agua restante.
  • Incorporar el suero salado y el queso cortado en dados medianos, reservando una parte para emplatar. Dejar reducir y rectificar la sal.
  • Servir y agregar con el queso restante y cilantro finamente picado.

 

Nota: Puede servirse con queso manabita frito encima de la sopa.

Tiempo de preparación:

45 min

Técnica:

Tradicional

Sopita salvadora

Un mediodía cualquiera, con la refrigeradora tan vacía que hasta el eco se escuchaba al abrirla, las abuelas recurrían a los retacitos de carne que habían guardado y le ponían de todo lo que había quedado. En minutos, estaba lista la sopita salvadora, olorosa y contundente y salvado el día con sencillez y amor.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 200 g de carne de res (pulpa)
  • 200 g yuca, 200 g zapallo picado, 15 g fréjol blanco tierno, 150 g de arveja tierna, 2 ramas de cebolla blanca, 2 dientes de ajo
  • 20 g de adobo manaba o aliño de la abuela
  • oreganón, oreganito, cilantro de pozo/chillangua, comino, coriandro (semilla de cilantro), cilantro criollo al gusto
  • 2 L de agua
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Aliñar la carne, previamente cortada en cubos, con el adobo y el ajo. Verter en una olla con agua y llevar al fuego hasta que suelte la cachaza o espuma y posteriormente retirarla.
  • Añadir la cebolla, yuca, zapallo y fréjol. Incorporar las especias a la olla y cocinar a fuego medio.
  • Cuando las verduras estén casi tiernas, añadir las arvejas y cocinar unos minutos más. Rectificar sabores y servir. Para emplatar agregar cilantro criollo finamente picado.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnica:

Tradicional

Sopa de morcilla de arroz

Esta sopa es como el tío que está en toda fiesta: nadie sabe cómo llegó, pero todos lo agradecen. La receta ha pasado de abuelas a nietas, y aunque tome cinco horas preparar previamente las morcillas, no hay queja. Es un plato que sabe a paciencia, cocinado con el esmero de las cocinas manabitas. Su fama de remedio para la resaca le ha ganado un lugar especial en la mesa. Después de una noche de farra, cuando el cuerpo anda pidiendo clemencia, ahí entra este caldo poderoso que “resucita al muerto” y lo deja listo para seguir. Las festividades locales, reuniones familiares y eventos comunitarios son su mejor escenario, aunque su sabor encan ta durante todo el año.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 500 g de vísceras de cerdo limpias, 500 g de morcillas listas para cocinar
  • 250 g de cebolla colorada, 1 rama de cebolla blanca, 1 pimiento cortado en cuadritos
  • 8 dientes de ajo
  • 1 cdta de comino, 1 cdta de orégano, 1 cdta de pimienta
  • 2 plátanos cortados en trozos
  • 2 L de agua
  • sal al gusto
  • limón para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hervir el agua y agregar los vegetales. Una vez que rompa el hervor, agregar las vísceras de cerdo. Condimentar la preparación añadiendo el comino, orégano, pimienta y la sal. Cocinar por unos minutos más para que las especias se integren. Cuando las vísceras estén cocidas, se agregan las morcillas de arroz por una hora a fuego lento. Después de veinte minutos, añadir el plátano. Dejar que las morcillas de arroz se revienten para así la sopa espesa. Servir con cilantro, cebolla blanca finamente picada y acompañar con limón.

Tiempo de preparación:

45 min (tiempo de cocción, 80 minutos)

Técnica:

Ancestral

Sopa de lora

Ni sopa ni lora, aunque así la llamen. La “Sopa de lora” se preparaba cuando el canto del gallo todavía no se había apagado. Mientras los niños correteaban medio dormidos, se servía este preparado que no está en ningún recetario elegante, pero que llena la panza. La mamá cuenta que su mamá también la hacía y a ella le enseñó la suya, que iban a cosechar café y, antes de la primera vuelta, los niños ya estaban embarrados hasta las orejas, como loritos, jugando en las tablas que servían de mesa y de asiento. Este platillo tiene la magia de lo cotidiano, el toque de manos curtidas que sabían que la mejor manera de empezar el día era con algo calientito, una ocurrencia servida en plato hondo, surgida del amor de las abuelas.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 3 plátanos
  • 1/2 tza de queso manaba
  • 100 g de pasta de maní
  • 1 L de café de olla
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cocinar y majar el plátano.
  • Añadir la pasta de maní, el queso rallado y la sal.
  • Amasar e incorporar bien todos los ingredientes.
  • Porcionar en bolitas.
  • Servir una tza de café y remojar las bolitas en el café a medida que se va comiendo.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnica:

Tradicional

Sopa de morcilla de arroz

Esta sopa es como el tío que está en toda fiesta: nadie sabe cómo llegó, pero todos lo agradecen. La receta ha pasado de abuelas a nietas, y aunque tome cinco horas preparar previamente las morcillas, no hay queja. Es un plato que sabe a paciencia, cocinado con el esmero de las cocinas manabitas. Su fama de remedio para la resaca le ha ganado un lugar especial en la mesa. Después de una noche de farra, cuando el cuerpo anda pidiendo clemencia, ahí entra este caldo poderoso que “resucita al muerto” y lo deja listo para seguir. Las festividades locales, reuniones familiares y eventos comunitarios son su mejor escenario, aunque su sabor encan ta durante todo el año.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 500 g de vísceras de cerdo limpias, 500 g de morcillas listas para cocinar
  • 250 g de cebolla colorada, 1 rama de cebolla blanca, 1 pimiento cortado en cuadritos
  • 8 dientes de ajo
  • 1 cdta de comino, 1 cdta de orégano, 1 cdta de pimienta
  • 2 plátanos cortados en trozos
  • 2 L de agua
  • sal al gusto
  • limón para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hervir el agua y agregar los vegetales. Una vez que rompa el hervor, agregar las vísceras de cerdo. Condimentar la preparación añadiendo el comino, orégano, pimienta y la sal. Cocinar por unos minutos más para que las especias se integren. Cuando las vísceras estén cocidas, se agregan las morcillas de arroz por una hora a fuego lento. Después de veinte minutos, añadir el plátano. Dejar que las morcillas de arroz se revienten para así la sopa espesa. Servir con cilantro, cebolla blanca finamente picada y acompañar con limón.

Tiempo de preparación:

45 min (tiempo de cocción, 80 minutos)

Técnica:

Ancestral

Caldo de habas con mondongo

Picoazá es otro de los lugares manabitas donde las tradiciones se viven con intensidad y aquí, el caldo de mondongo con habas es más que un plato: es una experiencia que conecta todos los sentidos. Resistirse a esta delicia es casi imposible. Es un ritual que reconforta y une.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1 lb de panza de res y/o librillo limpio
  • 2 L de agua
  • 50 g de choclo tierno, 50 g de habichuela tierna, 150 g de yuca pelada
  • 4 dientes de ajo pelados
  • 2 cebollas paiteñas, 3 ramas de cebolla blanca, 1 pimiento
  • comino, sal, pimienta al gusto
  • orégano y cilantro criollo al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Para el aliño casero, con poca agua moler o licuar un ajo, una cebolla, un pimiento, comino, orégano, sal y pimienta al gusto.
  • Cocinar la panza de res y/o librillo con cebolla y ajo, por al menos una hora o hasta que esté en su punto. Retirar los vegetales y con un poco del caldo, licuar, cernir y volver a hervir.
  • Agregar la yuca y cocinar hasta que ablande; incorporar las habichuelas, choclo, cebolla blanca finamente picada y aliño casero al gusto; retirar el librillo y/o panza para cortar, luego incorporar y dejar hervir hasta que esté en su punto. Rectificar sabores.
  • Acompañar de plátano asado, arroz, maní quebrado y rodaja de limón.

Tiempo de preparación:

120 min

Técnica:

Ancestral

Caldo de pinchagua

Es el manjar secreto de las abuelas manabitas, primero porque rara vez está a la venta y luego, porque después de comerlo, quedas hecho un león. ¡Y no es para menos! Este pececito, flaco y sin mucha gracia, es una bomba de energía. Cuando hay buena pesca de pinchagua, en las casas se arma el festival de caldo, y si te lo sirven, prepárate, porque la cantidad de nutrientes es tanta que dicen que te puede dejar dormido de puro bienestar. Aunque pocas personas lo venden, en las casas de Manabí se cocina con todo cariño, especialmente para enfermos o escolares. Hay que poner más pinchagua que agua, que no falte el peje, porque de ahí sale un jugo espesito, cargado de sabor. Si pasas por Las Gilces, allá por Crucita, chapea por aquí y por acullá. Y si ves que lo venden, no te lo pierdas, es como encontrar oro.

INGREDIENTES (Para 4 a 6 personas):

  • 10 unidades de pinchagua
  • 1 cebolla colorada, 1 pimiento verde, 1 cabeza de ajo
  • 2 plátanos grandes
  • 1/2 yuca pelada
  • 2 L de agua
  • 1 chorrito de aceite de achiote
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hervir el agua con sal y colocar las pinchaguas enteras pero sin cabeza. Machacar el ajo y agregar al caldo.
  • Cuando las pinchaguas estén cocidas, retirar de la cocción y con un molinillo deshacer, aplastar y mezclar; cernir el agua y dejar a un lado el puré de pinchagua.
  • Regresar el caldo al fuego, agregar un chorrito de aceite de achiote. Trocear la yuca, rallar el plátano, picar en cuadros la cebolla y el pimiento; incorporar a la preparación.
  • Rectificar sabores y servir acompañado con arroz, rodajas de limón y ají tradicional.

Tiempo de preparación:

60 min

Técnica:

Tradicional

Caldo de choclo con queso

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 3 tza de queso manaba
  • 3 choclos tiernos en trozos
  • 2 choclos tiernos cortados en rodajas
  • 1 1/2 cebolla colorada
  • 1 1/2 pimiento verde
  • 1 1/2 L de leche
  • 1 L de agua
  • 2 cdas de achiote
  • azúcar y sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Colocar en una olla el agua, la cebolla, el pimiento, una taza de queso cortado en cuadros y media cucharadita de azúcar. Dejar hervir veinte minutos.
  • Agregar a la preparación los choclos en trozos y desgranados, hervir a fuego medio hasta que esté en su punto.
  • Agregar la leche y el achiote. Hervir a fuego lento por diez minutos. Rectificar la sal.
  • Una vez listo apagar el fuego y agregar el resto del queso cortado en cuadros. Servir con cilantro finamente picado.

Tiempo de preparación:

40 min

Técnica:

Tradicional
Chupe de pescado

Chupe de pescado

INGREDIENTES (Para 8 a 10 personas):

  • 1 robalo o corvina de 5 lbs
  • 1/2 lb de maní
  • 1 lb de papa chola
  • 2 choclos tiernos (en rodajas y rebanados)
  • 1 cebolla larga
  • 1 cebolla colorada
  • 1/2 tza de zumo de limón
  • 2 dientes de ajo
  • 4 cdtas de cebollita de verdeo
  • 2 tza de leche
  • 3 L de agua
  • 20 gr sofrito
  • 5 gr comino
  • 1 atado de tallos de cilantro, cilantro de pozo/chillangua y oreganón
  • 1 cdta de oreganito
  • 200 gr harina
  • 1 L de aceite para freír
  • sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Filetear el robalo y separar los lomos, cortarlos en porciones. Aliñar con limón, sal, pimienta y comino. Pasar por harina, freír hasta dorar. Reservar.
  • Hacer el fondo con 3 litros de agua, los huesos y la cabeza de pescado. Incorporar el atado de cilantro criollo, cilantro de pozo o chillangua y oreganón. Agregar las cebollas en pedazos grandes. Dejar hervir por quince minutos. Cernir y reservar
  • Licuar la leche con el maní. Reservar.
  • Luego, pelar y cortar en cubos las papas y los choclos en rodajas y rebanados; verter en una olla con el sofrito, el fondo previamente reservado y dejar hervir hasta que los vegetales estén en su punto de cocción.
  • Finalmente, agregar la leche con el maní y mantener en cocción a fuego lento hasta que suelte el hervor.
  • Para emplatar, servir el chupe y coronar con el pescado frito. Acompañar con arroz manaba o cocolón y limón.

Tiempo de preparación:

60 min

Técnica:

Ancestral
Sopa Marinera

Sopa marinera

No es una historia de zombies, aunque a esta sopa se la conoce como “levanta muertos”. Ocurre porque reanima al más chuchaqui y levanta el ánimo y más a quienes están decaídos (se le atribuye ser un afrodisíaco). Eso ya lo dirá usted cuando la pruebe. Lo que le podemos contar es que el secreto está en el fondo de mariscos, preparado con cabezas de crustáceos, espinazos de pescados y tallos de cilantro. El caldo robusto es el alma de este plato que trae consigo la esencia del mar y la fuerza de la mesa chola. Al probarlo, se siente una oleada de energía, quizás por la cantidad generosa de mariscos o por el maní, que aporta una dosis extra de vitalidad. Es fácil imaginar a los pescadores volviendo a la vida tras una noche dura en alta mar, o a los trabajadores del campo recuperando fuerzas bajo el
sol implacable a través de este resucitador en forma de sopa.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 8 Camarones grandes, pelados y desvenados, 4 langostinos grandes, 2 colas de langosta pequeñas, 4 tenazas gordas de cangrejo, 12 conchas prietas, 12 almejas (opcional)
  • 100 g de pulpo, 80 g de calamar (grande o baby), 160 g pescado blanco a elección
  • 4 cdas de maní en pasta
  • 2 L de fondo de mariscos
  • Tallos del cilantro criollo
  • 1 pizca de comino
  • 1/2 cdta de achiote, 2 cdas de aceite
  • 3 cdas de cebolla blanca, 3 cdas de cebolla colorada, 2
    cdas de pimiento verde, 1 tomate mediano picado en cubitos o rallado
  • Sal, pimienta, cilantro criollo y ajo al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • acer un refrito con el aceite, achiote, ajo, comino, tomate, cebollas y los pimientos.
  • En una olla, colocar el fondo de mariscos, tallos de cilantro, sal al gusto y poner a hervir las tenazas de cangrejo.
  • Agregar también el maní disuelto para realzar sabor y espesar.
  • En el sartén del refrito, colocar los langostinos y langostas, dejar sudar; añadir el calamar, camarón, almejas y el pescado. Al final, agregar el pulpo.
  • Una vez que los mariscos estén ligeramente blanqueados e impregnado del aroma y sabor del fondo, mezclar.
  • Rectificar con sal y pimienta y terminar con cilantro.

 

NOTA: Es importante que los mariscos no queden sobrecocidos.

Tiempo de preparación:

40 Minutos.

Técnicas:

Tradicional

Sopa de arroz

Sopa de arroz

Dicen que la sopa de arroz es una consentida de las familias, y no por nada. Esa receta, nunca fue exacta y siempre tuvo un toque de improvisación. Las abuelas armaban el remedio para males que iban desde la fiebre hasta el “tienes la panza vacía, ¡cómete esta sopita!”. Unos días con maní, otros con costilla, y hasta con refrito, porque en las cocinas de antes se usaba lo que había en la despensa. Hay una regla importante: el arroz no se lava porque sale baboso y ahí sí, ni la abuela te salva del regaño. Dos lavaditas, dicen, y que sea fresco. Había algunos truquitos más, pero la coincidencia estaba en que esta sopa era una mezcla de ingredientes que curaba más por nostal gia que por nutrición.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 2 tza de arroz
  • 1 rama de cebolla blanca
  • 1 diente de ajo
  • 12 tza de agua
  • 3/4 tza de suero salado
  • 1/2 lb de queso manabita
  • sal y cilantro al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • En un litro de agua, cocinar el arroz y agregar el ajo y la cebolla blanca en trozos grandes. A intervalos de quince minutos, ir añadiendo el agua restante.
  • Incorporar el suero salado y el queso cortado en dados medianos, reservando una parte para emplatar. Dejar reducir y rectificar la sal.
  • Servir y agregar con el queso restante y cilantro finamente picado.

 

Nota: Puede servirse con queso manabita frito encima de la sopa.

Tiempo de preparación:

45 min

Técnica:

Tradicional
Sopita salvadora

Sopita salvadora

Un mediodía cualquiera, con la refrigeradora tan vacía que hasta el eco se escuchaba al abrirla, las abuelas recurrían a los retacitos de carne que habían guardado y le ponían de todo lo que había quedado. En minutos, estaba lista la sopita salvadora, olorosa y contundente y salvado el día con sencillez y amor.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 200 g de carne de res (pulpa)
  • 200 g yuca, 200 g zapallo picado, 15 g fréjol blanco tierno, 150 g de arveja tierna, 2 ramas de cebolla blanca, 2 dientes de ajo
  • 20 g de adobo manaba o aliño de la abuela
  • oreganón, oreganito, cilantro de pozo/chillangua, comino, coriandro (semilla de cilantro), cilantro criollo al gusto
  • 2 L de agua
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Aliñar la carne, previamente cortada en cubos, con el adobo y el ajo. Verter en una olla con agua y llevar al fuego hasta que suelte la cachaza o espuma y posteriormente retirarla.
  • Añadir la cebolla, yuca, zapallo y fréjol. Incorporar las especias a la olla y cocinar a fuego medio.
  • Cuando las verduras estén casi tiernas, añadir las arvejas y cocinar unos minutos más. Rectificar sabores y servir. Para emplatar agregar cilantro criollo finamente picado.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnica:

Tradicional
Sopa de morcilla de arroz

Sopa de morcilla de arroz

Esta sopa es como el tío que está en toda fiesta: nadie sabe cómo llegó, pero todos lo agradecen. La receta ha pasado de abuelas a nietas, y aunque tome cinco horas preparar previamente las morcillas, no hay queja. Es un plato que sabe a paciencia, cocinado con el esmero de las cocinas manabitas. Su fama de remedio para la resaca le ha ganado un lugar especial en la mesa. Después de una noche de farra, cuando el cuerpo anda pidiendo clemencia, ahí entra este caldo poderoso que “resucita al muerto” y lo deja listo para seguir. Las festividades locales, reuniones familiares y eventos comunitarios son su mejor escenario, aunque su sabor encan ta durante todo el año.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 500 g de vísceras de cerdo limpias, 500 g de morcillas listas para cocinar
  • 250 g de cebolla colorada, 1 rama de cebolla blanca, 1 pimiento cortado en cuadritos
  • 8 dientes de ajo
  • 1 cdta de comino, 1 cdta de orégano, 1 cdta de pimienta
  • 2 plátanos cortados en trozos
  • 2 L de agua
  • sal al gusto
  • limón para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hervir el agua y agregar los vegetales. Una vez que rompa el hervor, agregar las vísceras de cerdo. Condimentar la preparación añadiendo el comino, orégano, pimienta y la sal. Cocinar por unos minutos más para que las especias se integren. Cuando las vísceras estén cocidas, se agregan las morcillas de arroz por una hora a fuego lento. Después de veinte minutos, añadir el plátano. Dejar que las morcillas de arroz se revienten para así la sopa espesa. Servir con cilantro, cebolla blanca finamente picada y acompañar con limón.

Tiempo de preparación:

45 min (tiempo de cocción, 80 minutos)

Técnica:

Ancestral
Sopa de lora

Sopa de lora

Ni sopa ni lora, aunque así la llamen. La “Sopa de lora” se preparaba cuando el canto del gallo todavía no se había apagado. Mientras los niños correteaban medio dormidos, se servía este preparado que no está en ningún recetario elegante, pero que llena la panza. La mamá cuenta que su mamá también la hacía y a ella le enseñó la suya, que iban a cosechar café y, antes de la primera vuelta, los niños ya estaban embarrados hasta las orejas, como loritos, jugando en las tablas que servían de mesa y de asiento. Este platillo tiene la magia de lo cotidiano, el toque de manos curtidas que sabían que la mejor manera de empezar el día era con algo calientito, una ocurrencia servida en plato hondo, surgida del amor de las abuelas.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 3 plátanos
  • 1/2 tza de queso manaba
  • 100 g de pasta de maní
  • 1 L de café de olla
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cocinar y majar el plátano.
  • Añadir la pasta de maní, el queso rallado y la sal.
  • Amasar e incorporar bien todos los ingredientes.
  • Porcionar en bolitas.
  • Servir una tza de café y remojar las bolitas en el café a medida que se va comiendo.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnica:

Tradicional
Sopa de arroz con maní y costillas de chancho

Sopa de arroz con maní y costillas de chancho

Esta sopa es de nación de los campos en que el arroz crece al ritmo de la lluvia y el maní se recoge con trabajo que no admite pacharacos. Lleva la sabiduría de generaciones con sabores que sorprenden al paladar. Las costillas de chancho, ahumadas y maceradas en vinagre de guineo por horas son el centro del plato. Es un pedacito de Manabí que no se deja ir tan fácilmente.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 200 g costillas de chancho
  • 200 g de arroz
  • 45 g cebolla blanca, 40 g de tomatillo silvestre, 10 g de pimiento verde, 10 g cebollín
  • 2 dientes de ajo
  • 45 g de adobo manaba/aliño de la abuela
  • 60 g de sofrito
  • 1 tza de maní molido fino o pasta de maní
  • 2 1/2 L de agua
  • 10 ml de vinagre de guineo (revisar receta)
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Cocinar el arroz con un litro de agua, agregar el ajo entero, la cebolla blanca cortada en pedazos grandes e incorporar una taza de agua en intervalos de quince minutos.
  • Cuando el arroz esté bien cocido, empezar a diluir la pasta de maní en medio litro de agua y añadir el sofrito y mezclar. Incorporar a la sopa de arroz, dejar reducir y rectificar la sal.
  • Marinar las costillas en vinagre de guineo por veinte minutos y retirar el líquido. Añadir adobo manaba y sal; para sellar freír o asar las costillas por diez minutos.
  • Servir la sopa con costillas, tomatillos cortados en mitades y acompañar con ensalada criolla.

Tiempo de preparación:

90 min

Técnica:

Tradicional
Caldo de habas con mondongo

Caldo de habas con mondongo

Picoazá es otro de los lugares manabitas donde las tradiciones se viven con intensidad y aquí, el caldo de mondongo con habas es más que un plato: es una experiencia que conecta todos los sentidos. Resistirse a esta delicia es casi imposible. Es un ritual que reconforta y une.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1 lb de panza de res y/o librillo limpio
  • 2 L de agua
  • 50 g de choclo tierno, 50 g de habichuela tierna, 150 g de yuca pelada
  • 4 dientes de ajo pelados
  • 2 cebollas paiteñas, 3 ramas de cebolla blanca, 1 pimiento
  • comino, sal, pimienta al gusto
  • orégano y cilantro criollo al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Para el aliño casero, con poca agua moler o licuar un ajo, una cebolla, un pimiento, comino, orégano, sal y pimienta al gusto.
  • Cocinar la panza de res y/o librillo con cebolla y ajo, por al menos una hora o hasta que esté en su punto. Retirar los vegetales y con un poco del caldo, licuar, cernir y volver a hervir.
  • Agregar la yuca y cocinar hasta que ablande; incorporar las habichuelas, choclo, cebolla blanca finamente picada y aliño casero al gusto; retirar el librillo y/o panza para cortar, luego incorporar y dejar hervir hasta que esté en su punto. Rectificar sabores.
  • Acompañar de plátano asado, arroz, maní quebrado y rodaja de limón.

Tiempo de preparación:

120 min

Técnica:

Ancestral
Caldo de pinchagua

Caldo de pinchagua

Es el manjar secreto de las abuelas manabitas, primero porque rara vez está a la venta y luego, porque después de comerlo, quedas hecho un león. ¡Y no es para menos! Este pececito, flaco y sin mucha gracia, es una bomba de energía. Cuando hay buena pesca de pinchagua, en las casas se arma el festival de caldo, y si te lo sirven, prepárate, porque la cantidad de nutrientes es tanta que dicen que te puede dejar dormido de puro bienestar. Aunque pocas personas lo venden, en las casas de Manabí se cocina con todo cariño, especialmente para enfermos o escolares. Hay que poner más pinchagua que agua, que no falte el peje, porque de ahí sale un jugo espesito, cargado de sabor. Si pasas por Las Gilces, allá por Crucita, chapea por aquí y por acullá. Y si ves que lo venden, no te lo pierdas, es como encontrar oro.

INGREDIENTES (Para 4 a 6 personas):

  • 10 unidades de pinchagua
  • 1 cebolla colorada, 1 pimiento verde, 1 cabeza de ajo
  • 2 plátanos grandes
  • 1/2 yuca pelada
  • 2 L de agua
  • 1 chorrito de aceite de achiote
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hervir el agua con sal y colocar las pinchaguas enteras pero sin cabeza. Machacar el ajo y agregar al caldo.
  • Cuando las pinchaguas estén cocidas, retirar de la cocción y con un molinillo deshacer, aplastar y mezclar; cernir el agua y dejar a un lado el puré de pinchagua.
  • Regresar el caldo al fuego, agregar un chorrito de aceite de achiote. Trocear la yuca, rallar el plátano, picar en cuadros la cebolla y el pimiento; incorporar a la preparación.
  • Rectificar sabores y servir acompañado con arroz, rodajas de limón y ají tradicional.

Tiempo de preparación:

60 min

Técnica:

Tradicional

Caldo de choclo con queso

Caldo de choclo con queso

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 3 tza de queso manaba
  • 3 choclos tiernos en trozos
  • 2 choclos tiernos cortados en rodajas
  • 1 1/2 cebolla colorada
  • 1 1/2 pimiento verde
  • 1 1/2 L de leche
  • 1 L de agua
  • 2 cdas de achiote
  • azúcar y sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Colocar en una olla el agua, la cebolla, el pimiento, una taza de queso cortado en cuadros y media cucharadita de azúcar. Dejar hervir veinte minutos.
  • Agregar a la preparación los choclos en trozos y desgranados, hervir a fuego medio hasta que esté en su punto.
  • Agregar la leche y el achiote. Hervir a fuego lento por diez minutos. Rectificar la sal.
  • Una vez listo apagar el fuego y agregar el resto del queso cortado en cuadros. Servir con cilantro finamente picado.

Tiempo de preparación:

40 min

Técnica:

Tradicional
Platos principales

Arroz con coco

El nombre de esta receta es literal todo lo que contiene: arroz y coco. En Cojimíes es una tradición, especialmente en el sector Alcatraz. En los años 40 del siglo pasado, era la forma principal en que se consumía el arroz por una simple razón: la leche de coco, obtenida de los abundantes cocoteros de la región, era la fuente de grasa más accesible.

Le añadía un sabor exquisito al arroz y lograba que quedará graneadito, suelto, y perfecto. Su origen está profundamente vinculado a la Hacienda La Esperancita, donde, se cultivaba un tipo especial de arroz llamado “de montaña”. Era más alto y resistente, capaz de soportar la sequía. Los trabajadores de la hacienda, tras largas jornadas, llegaban a sus hogares en Cañaveral y Alcatraz, donde las cocinas se llenaban del aroma dulce y envolvente que trepaba por las paredes de caña.

Aunque los tiempos han cambiado y la modernización ha traído nuevas formas de cocinar, en Cojimíes, el arroz con coco sigue siendo una tradición y testimonia la herencia cultural de este rincón de Pedernales.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 4 tza de arroz manaba precocido o 1 lb de arroz crudo
  • 2 cocos secos
  • 100 g de mantequilla
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Pelar los cocos y separar el agua. Extraer la carne del coco, rallarla y exprimirla para obtener el zumo. Reservar el agua y zumo por separado.
  • En una sartén, dorar las virutas de coco en mantequilla hasta que estén crujientes.
  • Llevar el arroz, previamente lavado, a cocinar en una olla, utilizar una taza de agua por cada taza de arroz. Cuando el agua se haya evaporado, agregar una mezcla de agua de coco y leche de coco, utilizar una taza de cada una por cada dos tazas de arroz. Cocinar a fuego medio hasta que la leche de coco se reduzca casi por completo.
  • Tapar la olla con una hoja de plátano soasada y cocinar hasta que el arroz termine de esponjarse. Rectificar los sabores al gusto.
  • Para emplatar, esparcir coco rallado y las virutas doradas sobre el arroz

Tiempo de preparación:

30 min

Técnica:

Tradicional

Calentados

Los calentados de habichuela o de fréjol son el ejemplo de que lo bueno se repite y mejora porque dicen que son más sabrosos al día siguiente. Imagínate: el arroz blanco de ayer, las menestras que sobraron y lo que ocurre cuando se calientan, se mezclan y listo. ¿Te animas a ponerle queso rallado, huevo frito o maduritos? Ah, y no olvides la salsa de queso o un queso frito para acompañar. ¡Un manjar que reinventa la cocina de aprovechamiento! ¿El secreto? Comerlo con ganas, porque en Manabí es una tradición deliciosa que se disfruta sin apuros.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 2 1/4 tza de arroz manabita
  • 2 tza de menestra de tu preferencia (fréjol, haba, habichuela)
  • 1/2 tza de queso manaba
  • 10 g de cilantro criollo picado
  • 2 1/2 cdas de sofrito

MODO DE PREPARACIÓN:

  • En un sartén calentar el sofrito.
  • Luego agregar la menestra, sea fría o caliente.
  • Incorporar el arroz y el queso rallado o desmenuzado y ser vir con cilantro picado.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnica:

Tradicional

Bistec de carne

Los hermanos Villacréses Cevallos, en Jipijapa, desde hace 59 años ofrecen en su Picantería “San Vicente” un plato que se ha vuelto emblema: el bistec de carne de res, acompañado de arroz o huevos fritos.

Se sirve todo el año y viene de los conocimientos que les transmitió su pariente, don Olivo Fienco. El secreto de su sabor radica en que cuando la carne está en punto exacto de cocción, agregan agua de cocción de arroz. Este plato reúne a comensales de toda edad que empiezan el día con desayuno reforzado.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1 lb de carne de res
  • 1/4 lb de cebolla colorada
  • 1 pimiento mediano
  • 1/4 lb de tomate
  • 3 hojas de cilantro de pozo/chillangua
  • 1/4 tza de agua
    ajo, sal, comino, pimienta al gusto
  • arroz manaba o plátano para asar para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Abrir en láminas finas la carne de res y aliñarla con sal, pimienta y comino al gusto.
  • En un sartén, con aceite caliente, sellar la carne. Una vez sellada, agregar las verduras (tomate, cebolla colorada y pimiento verde) para saltearlas en conjunto con la carne.
  • Añadir el agua, tapar y dejar que sude unos minutos.
  • Finalmente, al terminar la cocción, agregar cilantro de pozo o chillangua finamente picado y servir con arroz manaba o plátano asado.

Tiempo de preparación:

15 min

Técnica:

Tradicional
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Encocado de chame ahumado

Cuando las albarradas se secaban bajo el implacable sol, en la comunidad Coaque de Pedernales, era tiempo de recolectar chame. Con la tierra agrietada por falta de lluvia, el chame se quedaba atrapado en charcos menguantes y hombres, mujeres y niños salían con canastas y baldes a recogerlo. En los 70, don Alfredo, dueño de una de las albarradas más grandes de la región, decidió romper una de estas, dejando escapar cientos de quintales de camarón y chame al mar. Todo el pueblo estaba en la playa, recogiendo tesoros. Entre ellos, un niño de ocho años, hijo de Alfredo, corría por la arena, gritando que le dejaran los chames machos. Desde ese día, el apodo de “El Chame Macho” quedó para siempre con él.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 5 chames pequeños
  • 1 lb de sal en grano
  • 1 cdta de achiote
  • 1 tza de vinagre de guineo (revisar receta)
  • 2 cocos secos

Para el refrito

  • 1 cebolla blanca
  • 1 cebolla colorada
  • 1 pimiento verde
  • 1 diente de ajo
  • 1/2 tza de aceite de coco
  • 1 cdta de achiote en pasta
  • cilantro criollo, cilantro de pozo/chillangua al gusto, pimienta y comino al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

Chame ahumado:

  • Limpiar, lavar y secar los chames.
  • Abrir por la mitad en forma de mariposa y enjuagarlos con agua y vinagre de guineo.
  • Cubrir con sal gruesa y dejarlos reposar durante una hora. Luego, enjuagarlos nuevamente con agua y vinagre de guineo.
  • Untar a los chames la pasta de achiote; colgar en los cordeles cerca del horno de leña. Mantener una llama por ocho horas hasta que estén bien secos y se ahúmen.

Encocado:

  • Partir los cocos y recoger el agua.
  • Remojar los chames en la mitad del agua de coco.
  • Extraer la carne de coco o rasparla con la cáscara para licuar y obtener la leche de coco.
  • En una paila o cacerola de barro, agregar el aceite de coco para hacer un refrito con cebollas, ajo y pimiento a fuego. Cuando esté bien sofrito, agregar el cilantro criollo finamente picado y tapar con una hoja de plátano.
  • Incorporar el maduro en marabajitas sobre el pescado y añadir el comino y las hierbas picadas. Agregar la leche de coco, tapar y cocinar a fuego bajo durante quince minutos.
  • Servir el pescado en su salsa, acompañado de arroz manaba y el maduro cocido.

Tiempo de preparación:

90 minutos (tiempo de ahumado, 1 día)

Técnica:

Ancestral

Arroz con guariche

No hay plato más manaba que un buen arroz con guariche, ese cangrejito dulce que da sabor a la vida y a la olla. En la localidad El Barro, de la Parroquia Cojimíes, del cantón Pedernales, los recolectores se internan en los manglares, sacan su sarta de guariches y llegan al mercado, mientras sus esposas, alfareras de manos mágicas, moldean la tierra en formas que solo ellas conocen. El secreto está en combinar el dulzor del guariche, el ajo, la cebolla y un toque de achiote que da color al plato. Cuando los guariches no están en veda, se arman las fiestas en las casas y ese arroz en el fogón es invitado de honor. Un bocado de tradición que lleva el sabor del manglar y el esfuerzo de los recolectores. ¡Así que a servirse bien lleno el plato y a repetir sin vergüenza!.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1 lb de arroz manabita (revisar receta)
  • 1 sarta de guariches (14 unidades)
  • 1/2 tza de pimiento verde (juliana)
  • 1/2 tza de pimiento rojo (juliana)
  • 1/2 tza de cebolla colorada (juliana)
  • 1/2 cdta de cilantro de pozo/chillangua
  • 1 cda de cilantro picado
  • 1 cdta de orégano seco
  • 2 cdas de manteca de cerdo
  • 1 cda de sal
  • 1 pizca de comino
  • 3 dientes de ajo
  • 1 tza de sofrito
  • 1 tza de cerveza
  • 4 L de agua
  • 1 atado de tallos de cilantro machacado
  • 1 porción de maduros fritos
  • 1 porción de aguacate

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Una vez limpios los guariches, cocinar en agua con un atado de tallos de cilantro, ajo, pimiento, orégano seco, cerveza y un poco de sal. Reservar.
  • Cocinar el arroz con el agua en que se cocieron los guariches y agregar la manteca. Reservar.
  • Sacar la pulpa y gordura del guariche y mezclar en un sartén junto al sofrito, el comino y el arroz manabita; agregar media taza del agua donde cocimos los guariches.
  • Rectificar sabores. Servir con maduros fritos en marabajas, aguacate en rodajas y cilantro de pozo o chillangua picada finamente.

 

Nota: Se acostumbra acompañar con caparazones rellenos de masa madre manabita cocinados en el agua de los guariches. En Tosagua, se le agrega maduro al relleno.

Tiempo de preparación:

120 min

Técnica:

Tradicional

Arroz con mariscos

La variedad es la norma y el sabor, la ley

Cualquier día es bueno para un arroz con mariscos. Cada cantón, hasta en sus más pequeños rincones y de allí, en viravuelta, lo ofrece con su toque. La variedad es la norma y el sabor, la ley.

Chapeando por varios puestos, podemos contarles que la magia comienza con un refrito de sabor profundo, con cebollas, pimientos, ajos y corazones de los tomates, que normalmente se
destinarían al ceviche. Nada se desperdicia, porque en la cocina manabita se usa todo y cada ingrediente brilla. Para que el plato tenga esa intensidad que provoca aventarse, se utilizan fondos de cabezas de pescado, camarones y langostinos. Va todo junto, pero cada elemento se prepara con antelación para que al llegar el comensal, el plato venga enseguida.

La innovación no está prohibida. Hay sitios en que han incorporado salsa china y de ostras. Si habláramos de moda, diríamos que es un clásico. Hay tradición e innovación en su justa medida para que los resultados marquen el estilo de Manabí y su gente.

INGREDIENTES (Para 2 personas):

  •  1 lb de camarones
  • 100 g de calamar
  • 120 g de conchas en su jugo
  • 100 g de pulpa de cangrejo
  • 4 langostinos
  • 1 cdta de salsa de ostión (opcional)
  • 3 cdtas de aceite con achiote
  • 3 cdas de cebolla colorada
  • 2 cdas de pimiento verde picado
  • 2 cdas de pimiento rojo picado
  • 1 cda de cilantro de pozo/chillangua
  • 2 cdas de cilantro criollo
  • 2 cdas de cebolla blanca picada
  • 1 cdta de ajo
  • 4 tza de arroz manaba (revisar receta)
  • 1 tza de fondo de mariscos
  • 1 pizca de azúcar
  • 1 pizca de comino en polvo
  • Sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hacer un refrito con las cebollas, pimientos, ajo, achiote.
  • Salpimentar los mariscos y sazonar con la salsa de ostión y la pizca de comino.
  • Una vez que las verduras del refrito empiecen a caramelizarse, incroporar el camarón y calamar. Cuando ya inicia su cocción, agregar el pulpo y la pulpa de cangrejo precocidos, además de la concha con sus jugos.
  • A la preparación, agregar el fondo de mariscos, añadir y
    corregir sal y pimienta; aumentar una pizca de azúcar, que servirá para potenciar los sabores (es un truco de abuelitas). Dejar en reducción por unos minutos.
  • Añadir el arroz manaba precocido y mezclar hasta obtener una mixtura homogénea. Mantener en fuego lento.
  • Una vez corregidos los puntos de sal, agregar el cilantro de pozo finamente picado.
  • Para la decoración, en un sartén aparte, cocinar los langostinos, primero sellándolos solo con un poquito de
    aceite y sal. Reservar.
  • Finalmente, servir el arroz, coronando con los langostinos. Acompañar con una tajada de maduro frito, aguacate y cilantro criollo finamente picado.

Tiempo de preparación:

60 Minutos.

Técnicas:

Tradicional e Innovación

Arroz con coco

Arroz con coco

El nombre de esta receta es literal todo lo que contiene: arroz y coco. En Cojimíes es una tradición, especialmente en el sector Alcatraz. En los años 40 del siglo pasado, era la forma principal en que se consumía el arroz por una simple razón: la leche de coco, obtenida de los abundantes cocoteros de la región, era la fuente de grasa más accesible.

Le añadía un sabor exquisito al arroz y lograba que quedará graneadito, suelto, y perfecto. Su origen está profundamente vinculado a la Hacienda La Esperancita, donde, se cultivaba un tipo especial de arroz llamado “de montaña”. Era más alto y resistente, capaz de soportar la sequía. Los trabajadores de la hacienda, tras largas jornadas, llegaban a sus hogares en Cañaveral y Alcatraz, donde las cocinas se llenaban del aroma dulce y envolvente que trepaba por las paredes de caña.

Aunque los tiempos han cambiado y la modernización ha traído nuevas formas de cocinar, en Cojimíes, el arroz con coco sigue siendo una tradición y testimonia la herencia cultural de este rincón de Pedernales.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 4 tza de arroz manaba precocido o 1 lb de arroz crudo
  • 2 cocos secos
  • 100 g de mantequilla
  • sal al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Pelar los cocos y separar el agua. Extraer la carne del coco, rallarla y exprimirla para obtener el zumo. Reservar el agua y zumo por separado.
  • En una sartén, dorar las virutas de coco en mantequilla hasta que estén crujientes.
  • Llevar el arroz, previamente lavado, a cocinar en una olla, utilizar una taza de agua por cada taza de arroz. Cuando el agua se haya evaporado, agregar una mezcla de agua de coco y leche de coco, utilizar una taza de cada una por cada dos tazas de arroz. Cocinar a fuego medio hasta que la leche de coco se reduzca casi por completo.
  • Tapar la olla con una hoja de plátano soasada y cocinar hasta que el arroz termine de esponjarse. Rectificar los sabores al gusto.
  • Para emplatar, esparcir coco rallado y las virutas doradas sobre el arroz

Tiempo de preparación:

30 min

Técnica:

Tradicional
Calentados

Calentados

Los calentados de habichuela o de fréjol son el ejemplo de que lo bueno se repite y mejora porque dicen que son más sabrosos al día siguiente. Imagínate: el arroz blanco de ayer, las menestras que sobraron y lo que ocurre cuando se calientan, se mezclan y listo. ¿Te animas a ponerle queso rallado, huevo frito o maduritos? Ah, y no olvides la salsa de queso o un queso frito para acompañar. ¡Un manjar que reinventa la cocina de aprovechamiento! ¿El secreto? Comerlo con ganas, porque en Manabí es una tradición deliciosa que se disfruta sin apuros.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 2 1/4 tza de arroz manabita
  • 2 tza de menestra de tu preferencia (fréjol, haba, habichuela)
  • 1/2 tza de queso manaba
  • 10 g de cilantro criollo picado
  • 2 1/2 cdas de sofrito

MODO DE PREPARACIÓN:

  • En un sartén calentar el sofrito.
  • Luego agregar la menestra, sea fría o caliente.
  • Incorporar el arroz y el queso rallado o desmenuzado y ser vir con cilantro picado.

Tiempo de preparación:

30 min

Técnica:

Tradicional
Bistec de carne

Bistec de carne

Los hermanos Villacréses Cevallos, en Jipijapa, desde hace 59 años ofrecen en su Picantería “San Vicente” un plato que se ha vuelto emblema: el bistec de carne de res, acompañado de arroz o huevos fritos.

Se sirve todo el año y viene de los conocimientos que les transmitió su pariente, don Olivo Fienco. El secreto de su sabor radica en que cuando la carne está en punto exacto de cocción, agregan agua de cocción de arroz. Este plato reúne a comensales de toda edad que empiezan el día con desayuno reforzado.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1 lb de carne de res
  • 1/4 lb de cebolla colorada
  • 1 pimiento mediano
  • 1/4 lb de tomate
  • 3 hojas de cilantro de pozo/chillangua
  • 1/4 tza de agua
    ajo, sal, comino, pimienta al gusto
  • arroz manaba o plátano para asar para acompañar

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Abrir en láminas finas la carne de res y aliñarla con sal, pimienta y comino al gusto.
  • En un sartén, con aceite caliente, sellar la carne. Una vez sellada, agregar las verduras (tomate, cebolla colorada y pimiento verde) para saltearlas en conjunto con la carne.
  • Añadir el agua, tapar y dejar que sude unos minutos.
  • Finalmente, al terminar la cocción, agregar cilantro de pozo o chillangua finamente picado y servir con arroz manaba o plátano asado.

Tiempo de preparación:

15 min

Técnica:

Tradicional
Encocado de chame ahumado
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Encocado de chame ahumado

Cuando las albarradas se secaban bajo el implacable sol, en la comunidad Coaque de Pedernales, era tiempo de recolectar chame. Con la tierra agrietada por falta de lluvia, el chame se quedaba atrapado en charcos menguantes y hombres, mujeres y niños salían con canastas y baldes a recogerlo. En los 70, don Alfredo, dueño de una de las albarradas más grandes de la región, decidió romper una de estas, dejando escapar cientos de quintales de camarón y chame al mar. Todo el pueblo estaba en la playa, recogiendo tesoros. Entre ellos, un niño de ocho años, hijo de Alfredo, corría por la arena, gritando que le dejaran los chames machos. Desde ese día, el apodo de “El Chame Macho” quedó para siempre con él.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 5 chames pequeños
  • 1 lb de sal en grano
  • 1 cdta de achiote
  • 1 tza de vinagre de guineo (revisar receta)
  • 2 cocos secos

Para el refrito

  • 1 cebolla blanca
  • 1 cebolla colorada
  • 1 pimiento verde
  • 1 diente de ajo
  • 1/2 tza de aceite de coco
  • 1 cdta de achiote en pasta
  • cilantro criollo, cilantro de pozo/chillangua al gusto, pimienta y comino al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

Chame ahumado:

  • Limpiar, lavar y secar los chames.
  • Abrir por la mitad en forma de mariposa y enjuagarlos con agua y vinagre de guineo.
  • Cubrir con sal gruesa y dejarlos reposar durante una hora. Luego, enjuagarlos nuevamente con agua y vinagre de guineo.
  • Untar a los chames la pasta de achiote; colgar en los cordeles cerca del horno de leña. Mantener una llama por ocho horas hasta que estén bien secos y se ahúmen.

Encocado:

  • Partir los cocos y recoger el agua.
  • Remojar los chames en la mitad del agua de coco.
  • Extraer la carne de coco o rasparla con la cáscara para licuar y obtener la leche de coco.
  • En una paila o cacerola de barro, agregar el aceite de coco para hacer un refrito con cebollas, ajo y pimiento a fuego. Cuando esté bien sofrito, agregar el cilantro criollo finamente picado y tapar con una hoja de plátano.
  • Incorporar el maduro en marabajitas sobre el pescado y añadir el comino y las hierbas picadas. Agregar la leche de coco, tapar y cocinar a fuego bajo durante quince minutos.
  • Servir el pescado en su salsa, acompañado de arroz manaba y el maduro cocido.

Tiempo de preparación:

90 minutos (tiempo de ahumado, 1 día)

Técnica:

Ancestral
Arroz con guariche

Arroz con guariche

No hay plato más manaba que un buen arroz con guariche, ese cangrejito dulce que da sabor a la vida y a la olla. En la localidad El Barro, de la Parroquia Cojimíes, del cantón Pedernales, los recolectores se internan en los manglares, sacan su sarta de guariches y llegan al mercado, mientras sus esposas, alfareras de manos mágicas, moldean la tierra en formas que solo ellas conocen. El secreto está en combinar el dulzor del guariche, el ajo, la cebolla y un toque de achiote que da color al plato. Cuando los guariches no están en veda, se arman las fiestas en las casas y ese arroz en el fogón es invitado de honor. Un bocado de tradición que lleva el sabor del manglar y el esfuerzo de los recolectores. ¡Así que a servirse bien lleno el plato y a repetir sin vergüenza!.

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 1 lb de arroz manabita (revisar receta)
  • 1 sarta de guariches (14 unidades)
  • 1/2 tza de pimiento verde (juliana)
  • 1/2 tza de pimiento rojo (juliana)
  • 1/2 tza de cebolla colorada (juliana)
  • 1/2 cdta de cilantro de pozo/chillangua
  • 1 cda de cilantro picado
  • 1 cdta de orégano seco
  • 2 cdas de manteca de cerdo
  • 1 cda de sal
  • 1 pizca de comino
  • 3 dientes de ajo
  • 1 tza de sofrito
  • 1 tza de cerveza
  • 4 L de agua
  • 1 atado de tallos de cilantro machacado
  • 1 porción de maduros fritos
  • 1 porción de aguacate

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Una vez limpios los guariches, cocinar en agua con un atado de tallos de cilantro, ajo, pimiento, orégano seco, cerveza y un poco de sal. Reservar.
  • Cocinar el arroz con el agua en que se cocieron los guariches y agregar la manteca. Reservar.
  • Sacar la pulpa y gordura del guariche y mezclar en un sartén junto al sofrito, el comino y el arroz manabita; agregar media taza del agua donde cocimos los guariches.
  • Rectificar sabores. Servir con maduros fritos en marabajas, aguacate en rodajas y cilantro de pozo o chillangua picada finamente.

 

Nota: Se acostumbra acompañar con caparazones rellenos de masa madre manabita cocinados en el agua de los guariches. En Tosagua, se le agrega maduro al relleno.

Tiempo de preparación:

120 min

Técnica:

Tradicional
Arroz con mariscos

Arroz con mariscos

La variedad es la norma y el sabor, la ley

Cualquier día es bueno para un arroz con mariscos. Cada cantón, hasta en sus más pequeños rincones y de allí, en viravuelta, lo ofrece con su toque. La variedad es la norma y el sabor, la ley.

Chapeando por varios puestos, podemos contarles que la magia comienza con un refrito de sabor profundo, con cebollas, pimientos, ajos y corazones de los tomates, que normalmente se
destinarían al ceviche. Nada se desperdicia, porque en la cocina manabita se usa todo y cada ingrediente brilla. Para que el plato tenga esa intensidad que provoca aventarse, se utilizan fondos de cabezas de pescado, camarones y langostinos. Va todo junto, pero cada elemento se prepara con antelación para que al llegar el comensal, el plato venga enseguida.

La innovación no está prohibida. Hay sitios en que han incorporado salsa china y de ostras. Si habláramos de moda, diríamos que es un clásico. Hay tradición e innovación en su justa medida para que los resultados marquen el estilo de Manabí y su gente.

INGREDIENTES (Para 2 personas):

  •  1 lb de camarones
  • 100 g de calamar
  • 120 g de conchas en su jugo
  • 100 g de pulpa de cangrejo
  • 4 langostinos
  • 1 cdta de salsa de ostión (opcional)
  • 3 cdtas de aceite con achiote
  • 3 cdas de cebolla colorada
  • 2 cdas de pimiento verde picado
  • 2 cdas de pimiento rojo picado
  • 1 cda de cilantro de pozo/chillangua
  • 2 cdas de cilantro criollo
  • 2 cdas de cebolla blanca picada
  • 1 cdta de ajo
  • 4 tza de arroz manaba (revisar receta)
  • 1 tza de fondo de mariscos
  • 1 pizca de azúcar
  • 1 pizca de comino en polvo
  • Sal y pimienta al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Hacer un refrito con las cebollas, pimientos, ajo, achiote.
  • Salpimentar los mariscos y sazonar con la salsa de ostión y la pizca de comino.
  • Una vez que las verduras del refrito empiecen a caramelizarse, incroporar el camarón y calamar. Cuando ya inicia su cocción, agregar el pulpo y la pulpa de cangrejo precocidos, además de la concha con sus jugos.
  • A la preparación, agregar el fondo de mariscos, añadir y
    corregir sal y pimienta; aumentar una pizca de azúcar, que servirá para potenciar los sabores (es un truco de abuelitas). Dejar en reducción por unos minutos.
  • Añadir el arroz manaba precocido y mezclar hasta obtener una mixtura homogénea. Mantener en fuego lento.
  • Una vez corregidos los puntos de sal, agregar el cilantro de pozo finamente picado.
  • Para la decoración, en un sartén aparte, cocinar los langostinos, primero sellándolos solo con un poquito de
    aceite y sal. Reservar.
  • Finalmente, servir el arroz, coronando con los langostinos. Acompañar con una tajada de maduro frito, aguacate y cilantro criollo finamente picado.

Tiempo de preparación:

60 Minutos.

Técnicas:

Tradicional e Innovación

Dulces y postres

Pan con helado

Hace más de 60 años, don Reinaldo Molina Suárez se convirtió en un ícono de Manta con sus helados de coco artesanales. Con su carrito de helado, solía instalarse en la Avenida 2 y calle 10, vendía conos que refrescaban a todo el que pasaba. Al fallecer, su hijo Fernando tomó la posta, pero decidió innovar: creó el sánduche de helado, al combinar el cremoso helado de coco con pan fresco, comprando diariamente
veinte sucres de pan para satisfacer a los mantenses que se enamoraron de esta delicia.

INGREDIENTES:

  • 10 cocos secos
  • 12 lb de azúcar
  • 20 L de leche
  • Pan al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Abrir los cocos secos, extraer el agua, reservar. Sacar la
    carne de coco y rallar finamente. Para la leche, licuar la carne rallada junto con el agua de coco hasta obtener una mezcla homogénea; colar y reservar. Lo ideal es obtener veinte litros de leche de coco; si no se alcanza esta cantidad, completar con leche entera. En la batidora, verter la leche de coco reservada y agregar el azúcar. Mezclar a alta velocidad hasta que se integren los ingredientes completamente. Verter la mezcla en un cubo rodeado de hielo con sal , o en un recipiente llevar al congelador. Revolver ocasionalmente para garantizar que se congele de manera uniforme. Finalmente, rellenar el pan con helado y servir.

Tiempo de preparación:

60 Minutos.

Técnicas:

Tradicional

Huevos de rana

En Canoa, este manjar evoca tardes de finca. Se preparan con la leche fresca de las vacas, separada especialmente para esta delicia, y se cocinan en una olla sobre el horno, dejando que el aroma de las hierbas y la leche inunde el ambiente.

Los niños, impacientes y curiosos, rondan alrededor, parándose de puntillas y tratando de asomarse para ver si ya están listos. Los más atrevidos intentan picar los huevitos en la olla caliente, aunque saben que hay que esperar a que enfríen, porque si se los comen así nomás, ¡el dolor de barriga no se los quita nadie!

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 10 L de leche
  • 2 g de cuajo
  • 1 lb de azúcar
  • 1 lb de panela
  • 3 rajas de canela
  • 2 hojas de laurel
  • 5 pimientas dulces
  • 1 anís estrellado
  • 2 limones verdes

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Calentar la leche cruda hasta los 43°C (no dejar que hierva). Sacar del fuego y agregar de veinte a veinticinco gotas de cuajo líquido. Dejar reposar por treinta minutos a temperatura ambiente. Recoger la cuajada suavemente con las manos y formar una bola. Sacar el líquido aplastando suavemente. Reservar el suero. Colocar en una batea inclinada para que la preparación llore (siga drenando suero). Hervir dos litros de suero de leche con las especias, el azúcar y la panela a fuego medio. Cortar la cuajada en cubos para luego dar una forma ovalada. Una vez que estén formados los huevos, añadir a la preparación anterior y mover despacio, evitando que se queme. Bajar el fuego al mínimo y mover hasta obtener una textura garrapiñada (espesa sin llegar a caramelo). Extender en hojas de plátano y dejar enfriar. Servir con ralladura de limón y queso fresco. El rendimiento de la leche con respecto a la cuajada es de aproximadamente el 10%, es decir, de los cinco litros nos quedaría 500 gramos de cuajada.

Tiempo de preparación:

90 Minutos.

Técnicas:

Tradicional

Bizcochuelo

A falta de moldes sofisticados, papel de empaque

Dnde se hacía bizcochuelo, se respiraba dulzura y tradición. Con manos firmes, pero llenas de ternura, la receta ha pasado de generación en generación. Con delantales llenos de harina y sonrisas cómplices, el secreto para que el bizcochuelo sea esponjoso era batir las claras a punto de nieve y añadir el azúcar poco a poco. ¿El resultado? Un bizcochuelo que se deshacía en la boca.

En su época, no había moldes sofisticados, solo papel de empaque de las fundas, cuidadosamente colocado debajo de la torta para que no se pegara. El toque mágico estaba en el amor con el que lo preparaba y que hoy es revivido por su nieta en un restaurante en Guayaquil.

INGREDIENTES (Para 4 a 6 personas):

  • 8 huevos
  • 8 cdas de harina
  • 8 cdas de azúcar
  • 1 cda de polvo de hornear
  • harina al gusto
  • mantequilla al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Partir los huevos y separar en claras y yemas. Batir por separado con el azúcar.
  • En el caso de las claras batir a punto de nieve y de forma permanente mientras se incorpora la mitad del azúcar, hasta que se formen picos. Y para las yemas, incorporar el resto del azúcar y batir hasta que no queden grumos. Luego de ello, unir ambas preparaciones. En el colador agregar el harina y polvo de hornear y tamizar.
  • Mezclar con movimientos envolventes para integrarlos y evitar que se baje la preparación.
  • Colocar en el molde previamente engrasado y enharinado; se recomienda colocar papel encerado para que la prepa- ración no se pegue.
  • Precalentar el horno y hornear a 160°C por treinta minutos.

Tiempo de preparación:

50 Minutos.

Técnicas:

Tradicional
Pan con helado

Pan con helado

Hace más de 60 años, don Reinaldo Molina Suárez se convirtió en un ícono de Manta con sus helados de coco artesanales. Con su carrito de helado, solía instalarse en la Avenida 2 y calle 10, vendía conos que refrescaban a todo el que pasaba. Al fallecer, su hijo Fernando tomó la posta, pero decidió innovar: creó el sánduche de helado, al combinar el cremoso helado de coco con pan fresco, comprando diariamente
veinte sucres de pan para satisfacer a los mantenses que se enamoraron de esta delicia.

INGREDIENTES:

  • 10 cocos secos
  • 12 lb de azúcar
  • 20 L de leche
  • Pan al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Abrir los cocos secos, extraer el agua, reservar. Sacar la
    carne de coco y rallar finamente. Para la leche, licuar la carne rallada junto con el agua de coco hasta obtener una mezcla homogénea; colar y reservar. Lo ideal es obtener veinte litros de leche de coco; si no se alcanza esta cantidad, completar con leche entera. En la batidora, verter la leche de coco reservada y agregar el azúcar. Mezclar a alta velocidad hasta que se integren los ingredientes completamente. Verter la mezcla en un cubo rodeado de hielo con sal , o en un recipiente llevar al congelador. Revolver ocasionalmente para garantizar que se congele de manera uniforme. Finalmente, rellenar el pan con helado y servir.

Tiempo de preparación:

60 Minutos.

Técnicas:

Tradicional
Huevos de rana

Huevos de rana

En Canoa, este manjar evoca tardes de finca. Se preparan con la leche fresca de las vacas, separada especialmente para esta delicia, y se cocinan en una olla sobre el horno, dejando que el aroma de las hierbas y la leche inunde el ambiente.

Los niños, impacientes y curiosos, rondan alrededor, parándose de puntillas y tratando de asomarse para ver si ya están listos. Los más atrevidos intentan picar los huevitos en la olla caliente, aunque saben que hay que esperar a que enfríen, porque si se los comen así nomás, ¡el dolor de barriga no se los quita nadie!

INGREDIENTES (Para 4 personas):

  • 10 L de leche
  • 2 g de cuajo
  • 1 lb de azúcar
  • 1 lb de panela
  • 3 rajas de canela
  • 2 hojas de laurel
  • 5 pimientas dulces
  • 1 anís estrellado
  • 2 limones verdes

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Calentar la leche cruda hasta los 43°C (no dejar que hierva). Sacar del fuego y agregar de veinte a veinticinco gotas de cuajo líquido. Dejar reposar por treinta minutos a temperatura ambiente. Recoger la cuajada suavemente con las manos y formar una bola. Sacar el líquido aplastando suavemente. Reservar el suero. Colocar en una batea inclinada para que la preparación llore (siga drenando suero). Hervir dos litros de suero de leche con las especias, el azúcar y la panela a fuego medio. Cortar la cuajada en cubos para luego dar una forma ovalada. Una vez que estén formados los huevos, añadir a la preparación anterior y mover despacio, evitando que se queme. Bajar el fuego al mínimo y mover hasta obtener una textura garrapiñada (espesa sin llegar a caramelo). Extender en hojas de plátano y dejar enfriar. Servir con ralladura de limón y queso fresco. El rendimiento de la leche con respecto a la cuajada es de aproximadamente el 10%, es decir, de los cinco litros nos quedaría 500 gramos de cuajada.

Tiempo de preparación:

90 Minutos.

Técnicas:

Tradicional
Bizcochuelo

Bizcochuelo

A falta de moldes sofisticados, papel de empaque

Dnde se hacía bizcochuelo, se respiraba dulzura y tradición. Con manos firmes, pero llenas de ternura, la receta ha pasado de generación en generación. Con delantales llenos de harina y sonrisas cómplices, el secreto para que el bizcochuelo sea esponjoso era batir las claras a punto de nieve y añadir el azúcar poco a poco. ¿El resultado? Un bizcochuelo que se deshacía en la boca.

En su época, no había moldes sofisticados, solo papel de empaque de las fundas, cuidadosamente colocado debajo de la torta para que no se pegara. El toque mágico estaba en el amor con el que lo preparaba y que hoy es revivido por su nieta en un restaurante en Guayaquil.

INGREDIENTES (Para 4 a 6 personas):

  • 8 huevos
  • 8 cdas de harina
  • 8 cdas de azúcar
  • 1 cda de polvo de hornear
  • harina al gusto
  • mantequilla al gusto

MODO DE PREPARACIÓN:

  • Partir los huevos y separar en claras y yemas. Batir por separado con el azúcar.
  • En el caso de las claras batir a punto de nieve y de forma permanente mientras se incorpora la mitad del azúcar, hasta que se formen picos. Y para las yemas, incorporar el resto del azúcar y batir hasta que no queden grumos. Luego de ello, unir ambas preparaciones. En el colador agregar el harina y polvo de hornear y tamizar.
  • Mezclar con movimientos envolventes para integrarlos y evitar que se baje la preparación.
  • Colocar en el molde previamente engrasado y enharinado; se recomienda colocar papel encerado para que la prepa- ración no se pegue.
  • Precalentar el horno y hornear a 160°C por treinta minutos.

Tiempo de preparación:

50 Minutos.

Técnicas:

Tradicional
Portadores de conocimiento

DE LA BALSA A LA FIBRA

Lo de “caminante no hay camino, se hace camino al andar”, en lo que hoy es Manabí se aplica a los navegantes marítimos que fueron intercambiando conocimientos y haciendo de las culturas aborígenes pioneras en su organización y formas de vida.

La cultura Valdivia, famosa por las figuritas femeninas a las que hemos llamado Venus, lo era también por otros aspectos, como el uso de red y arpón para pescar. Eso ha ameritado estudios como el del arqueólogo inglés Richard Lunnis, quien da clases en la Universidad Técnica de Manabí.

Nos cuenta que hace 6.000 años el anzuelo fue de madre perla e hilos de algodón para amarrarlo. La prueba-error con que aprendemos los humanos llevó luego a usar un anzuelo de conchas y la cultura manteña ya recurrió al cobre. ¿Sorprendidos? Pues sepan que los Manteños (600-1.530 antes de nuestra era), trabajaban ya con metales a más de ser expertos navegantes y comerciantes. De su talento surgió la balsa de caña que llegó hasta las costas de Perú y Chile. Llevaron y trajeron conocimientos desde ultramar que se vieron, por ejemplo, en la arquitectura que desarrollaron que incluía complejas estructuras con terrazas artificiales y espacios ceremoniales para rendir culto a Umiña, la diosa representada por una gran esmeralda. Pero volvamos a las balsas: las había pequeñas y grandes, canoas, bongos y otras. Las manejaban con remos y sus constructores históricos mantuvieron la madera liviana de la balsa para construirla.

Tan buenas eran que solamente fue por los años 70 del siglo pasado que empezaron a reemplazar las naves artesanales por barcas de fibra de vidrio y con motor fuera de borda. Nos lo cuenta en amena conversación Joselías Sánchez, historiador de la cultura manteña. Hoy, el uso de la tecnología también cambió la forma de pescar. El GPS reemplazó al sistema de radio y las baterías, a los mecheros que señalaban la ubicación de las redes.

“Pero esta actividad nos sigue enfrentando a la inmensidad y a los peligros del mar”, nos dice Juan Pincay, pescador desde los 12 años en Puerto López. Con 700 u 800 anzuelos, los pescadores se lanzan al mar y pescan corvina y cabezudo. 

Y si no hay cardúmenes mar adentro, hacen la pesca de roca y consiguen extraer perela, un pescado con muchas escamas, y cachetes rosados, que tiene gran demanda. Para encontrar toda variedad y encontrar explicación para la gastronomía tan diversa, basta ir a “Playita mía”, el mercado en Tarqui, de Manta. Están bien organizados y Jhon Vera, dirigente de una de las once asociaciones, medio quejándose medio contando dice que la pesca pata a pata alejaalos pescadores de la playa y los lleva mar adentro, y que ahí permanecen cuatro días. Cuando regresan, la playa se llena de picudos, albacoras, camotillo y dorados que salen para consumo desde las embarcaciones.

Entra entonces el engavetado, que es como llaman a la clasificación del pescado en cajas de plástico para venta por todo Manabí y el Ecuador. Lo que se queda en el mercado pasa a la limpieza. Don Wilmer Estrada tiene 20 años abriendo pescados, grandes y pequeños, según quiera el cliente. “Este señor tiene tanta experiencia que lo llevé a la universidad, donde doy clases y dio una lección práctica, es una persona de mucha experiencia”, dice María Cecilia Cedeño, experta en platos manabitas y con restaurante propio en Manta. No solo es mercado. En “Playita mía” la zona gastronómica ofrece de todo: encebollado, ceviche de pinchagua, majada con albacora o con bonito, aserrín, que es un desmenuzado con toyo, el chicharrón, sopas, manizados, picaditos de atún, pescado hornado, bolas rellenas, camotillo en variadas presentaciones…

Ahí llegan manabitas y extranjeros donde “del mar a la
mesa” aplica en todo su esplendor.

LA TRAVESURA DE ALEJITO

¡Qué hermosa es la tierra de Manabí! Lo afirman poetas, cantores y todos los que han tenido el privilegio de recorrerla. En ella, nacen “inventos” y “travesuras” que, de a poco, se convierten en parte del Ecuador y luego se dispersan por el mundo.

Uno de estos eventos ocurrió en mayo de 1970, un tiempo de incertidumbre y dictadura en el país. La historia que les voy a contar tuvo lugar en la casa de la familia Orlando Zavala, en Jipijapa.

En una típica reunión manabita, donde cualquier pretexto es válido para celebrar un cumpleaños, un aniversario, la despedida de un ser querido, o simplemente la dicha de estar vivos se congregaron hombres y mujeres, madres y tías, padres, sobrinos y nietos, disfrutando de la tarde y anticipando, como es costumbre por estos lares, una gran comilona.

El aroma del viche ya comenzaba a invadir la casa, esparciéndose desde la cocina donde las damas de la familia, como era la tradición, se encargaban de su preparación.

Fue entonces cuando el joven Rodrigo Alejo Orlando Zavala, conocido como Alejito, de apenas 30 años, se dejó llevar por el hechizo de ese aroma irresistible y, como si estuviera poseído por una idea repentina, se dirigió a la cocina.

Con la seriedad de un científico a punto de realizar un gran descubrimiento, Alejito observó el pescado, luego posó su mirada en los ingredientes listos para ser añadidos a la olla, y, como impulsado por una inspiración divina, tomó el pescado crudo, lo encurtió y lo preparó con limón y sal.

Hasta aquí, nada fuera de lo común. Pero cuando el plato estuvo listo, se le ocurrió añadir un poco de líquido de maní, lo mezcló cuidadosamente y luego lo probó.

¿Adivinan lo que pasó? El sabor era extraordinario, pero necesitaba confirmarlo, así que ofreció su creación a las damas de la cocina y luego a los familiares que conversaban en la sala. Las expresiones de aprobación fueron inmediatas, y todos abrazaron emocionados al autor de tan importante hallazgo (que el tiempo confirmaría como tal).

Generoso como siempre, Alejito decidió que su “travesura” podía gustar al resto de la gente, y al día siguiente habló con un sobrino que administraba una gasolinera a la salida de la ciudad, frente al colegio “Alejo Lascano”. 

Le contó su proyecto: vender ceviche con el nuevo ingrediente.

Sin dudarlo, su sobrino le cedió sin costo el pequeño bar que estaba desocupado en la gasolinera.

Era el lugar perfecto, como si el destino lo hubiera decidido. Sus primeros clientes fueron los conductores de buses que se detenían a cargar combustible y los profesores y estudiantes del colegio.

El ceviche de Alejito se hizo tan popular que, tras un año en ese lugar, su fama lo siguió hasta el nuevo local que instaló en la planta baja de la casa de sus padres, en Bolívar y Ricaurte, cerca de un mercado de mariscos. No hizo falta ponerle nombre al negocio ni anunciar su nueva dirección. “Vamos a comer el ceviche de Alejito” ya era un refrán popular.

En aquellos días, el ceviche costaba un sucre, y Alejito prefería el dorado como pescado principal. Seguía el ritual: pescado encurtido con limón, sal, cilantro, cebolla y ese toque mágico de jugo de maní. Lo servía con galletas cuadradas de “La Universal” o con pequeñas roscas, nunca con chifle. Para refrescar, ofrecía tres marcas de colas.

Su invención no tardó en convertirse en una tradición culinaria en Jipijapa, y de ahí se extendió a toda Manabí y al Ecuador entero. Incluso cruzó fronteras, como lo demuestra el famoso chef Jorge Rausch, quien en su canal de YouTube hace su propia interpretación del ceviche Jipijapa.

Alejito no se hizo rico con su invento, aunque familias enteras se admiraban de la calidad y sabor de su producto. Muchos lo animaron a trasladarse a Guayaquil para abrir su negocio allí, vaticinándole que pronto sería dueño de un edificio de tres pisos. Pero él siempre respondía: “Prefiero quedarme aquí, tranquilo”.

Y así lo hizo. A sus 84 años, Alejito Orlando siente la satisfacción de que su idea, nacida en una reunión familiar, germinó y se esparció por todos lados. Nunca guardó la prepa- ración como secreto y fue siempre generoso con sus colegas y con quienes lo visitaron hasta que mantuvo su local. Hoy, el ceviche con maní de Jipijapa se disfruta en lugares lejanos. Aunque no todos sepan su origen, en cada cucharada está presente el legado de Alejito.

LAS BALSAS SON UNA FIESTA

Históricamente, los pueblos costeros manabitas mantuvieron su condición de navegantes, lanzando sus balsas al mar en busca de destinos a veces muy lejanos. Tierra adentro, los grupos humanos ubicados cerca de los ríos convirtieron estos cauces en sistemas de conectividad comercial y cultural. Destacaron como navegantes fluviales los balseros de los ríos Portoviejo y Carrizal. Del río Portoviejo, Teodoro Wolf, sabio alemán que vivió entre 1841 y 1924, dijo que “no es navegable, tanto por la escasez de agua, cuanto por ser demasiado torrentoso”. La observación del maestro, quien fue profesor de la Escuela Politécnica Nacional, la realizó en verano, cuando en los ríos manabitas disminuye dramática- mente el caudal, resultado de la falta de lluvias, ya que no son torrentes que nacen de deshielos. Lo cierto es que desde el siglo XIX, intrépidos navegantes hacían recorridos por el río, desde Santa Ana hasta Portoviejo, llegando al puerto ubica- do en lo que hoy es el parque Mamey. Eran viajes comercia- les, los campesinos llevaban sus productos cosechados en la montaña a venderlos en el centro urbano. En el trayecto, iban haciendo paradas para vender o para saludar a docenas de personas que los aclamaban.

La bajada de las balsas era una verdadera fiesta. Eran viajes motivantes, porque iban de pasajeros los cultivadores de versos y guitarras, y bellas damitas vestidas de trajes multicolores.

Se escuchaban amorfinos:

“Clavelito colorado/Clavelito carmesí/ni en sueños había pensado/que mi amor estaba aquí”. “Si tú me das a beber/que sea desde tu boca/ese manjar tan divino/ que babeo me provoca”. “Dame negrita del alma/mi taza de chocolate/complace a este corazón/que solo de verte late”

“Silencio, quiero silencio/para remediar mis males/que en momentos como este/el silencio es lo que vale”. “Dices que quieres silencio/y que te tapas la oreja/yo quiero que me respondas/si quieres ser mi pareja”.

Y así transcurría el viaje, hasta que la balsa atracaba en el puerto Mamey, donde con algarabía la gente recibía los productos. A veces una banda de pueblo animaba el momento y se armaba la pachanga.

La costumbre pervivió hasta promediar los 60 del siglo pasado. Sin embargo, las balsas han hecho presencia en bajadas organizadas por colectivos culturales, y quien más ha impulsado esta actividad en el río Portoviejo es el folclorista Antonio Pico. Algo parecido ocurría con el río Carrizal. Se repetía la historia: los campesinos llegaban desde lejos y eran recibidos por centenares de compradores, deseosos de adquirir los productos de montaña adentro. La tradición en Calceta se ha mantenido con regularidad. Allí, el municipio y otros entes administrativos han impulsado, año a año, el Festival del Balsero del Carrizal para que la tradición no muera. Las embarcaciones, construidas con palo de balsa y caña guadúa, ataviadas vistosamente y transportando variados productos, realizan sus recorridos de aproximadamente cinco kilómetros para llegar a las inmediaciones del puente. Se elige a la mejor balsa y a la madrina más bonita entre las pasajeras de cada embarcación, que van ataviadas de preciosos vestidos campesinos. La gente se ubica lo mejor que puede y vitorea a sus balsas preferidas, mientras consume platos tradicionales de Calceta y Manabí. Se dice que la llegada de las carreteras y la construcción de las represas afectaron la navegación por los ríos Portoviejo y Carrizal, lo cual no es cierto. Revivir las balsas no solo perenniza una tradición cultural, sino que sigue siendo una alternativa de comercialización y desarrollo para las poblaciones que están en las márgenes de ambos ríos. Las balsas surcan las aguas y el corazón de un pueblo que se niega a olvidar sus raíces, navegando siempre hacia un futuro lleno de promesas.

De la balsa a la fibra

DE LA BALSA A LA FIBRA

Lo de “caminante no hay camino, se hace camino al andar”, en lo que hoy es Manabí se aplica a los navegantes marítimos que fueron intercambiando conocimientos y haciendo de las culturas aborígenes pioneras en su organización y formas de vida.

La cultura Valdivia, famosa por las figuritas femeninas a las que hemos llamado Venus, lo era también por otros aspectos, como el uso de red y arpón para pescar. Eso ha ameritado estudios como el del arqueólogo inglés Richard Lunnis, quien da clases en la Universidad Técnica de Manabí.

Nos cuenta que hace 6.000 años el anzuelo fue de madre perla e hilos de algodón para amarrarlo. La prueba-error con que aprendemos los humanos llevó luego a usar un anzuelo de conchas y la cultura manteña ya recurrió al cobre. ¿Sorprendidos? Pues sepan que los Manteños (600-1.530 antes de nuestra era), trabajaban ya con metales a más de ser expertos navegantes y comerciantes. De su talento surgió la balsa de caña que llegó hasta las costas de Perú y Chile. Llevaron y trajeron conocimientos desde ultramar que se vieron, por ejemplo, en la arquitectura que desarrollaron que incluía complejas estructuras con terrazas artificiales y espacios ceremoniales para rendir culto a Umiña, la diosa representada por una gran esmeralda. Pero volvamos a las balsas: las había pequeñas y grandes, canoas, bongos y otras. Las manejaban con remos y sus constructores históricos mantuvieron la madera liviana de la balsa para construirla.

Tan buenas eran que solamente fue por los años 70 del siglo pasado que empezaron a reemplazar las naves artesanales por barcas de fibra de vidrio y con motor fuera de borda. Nos lo cuenta en amena conversación Joselías Sánchez, historiador de la cultura manteña. Hoy, el uso de la tecnología también cambió la forma de pescar. El GPS reemplazó al sistema de radio y las baterías, a los mecheros que señalaban la ubicación de las redes.

“Pero esta actividad nos sigue enfrentando a la inmensidad y a los peligros del mar”, nos dice Juan Pincay, pescador desde los 12 años en Puerto López. Con 700 u 800 anzuelos, los pescadores se lanzan al mar y pescan corvina y cabezudo. 

Y si no hay cardúmenes mar adentro, hacen la pesca de roca y consiguen extraer perela, un pescado con muchas escamas, y cachetes rosados, que tiene gran demanda. Para encontrar toda variedad y encontrar explicación para la gastronomía tan diversa, basta ir a “Playita mía”, el mercado en Tarqui, de Manta. Están bien organizados y Jhon Vera, dirigente de una de las once asociaciones, medio quejándose medio contando dice que la pesca pata a pata alejaalos pescadores de la playa y los lleva mar adentro, y que ahí permanecen cuatro días. Cuando regresan, la playa se llena de picudos, albacoras, camotillo y dorados que salen para consumo desde las embarcaciones.

Entra entonces el engavetado, que es como llaman a la clasificación del pescado en cajas de plástico para venta por todo Manabí y el Ecuador. Lo que se queda en el mercado pasa a la limpieza. Don Wilmer Estrada tiene 20 años abriendo pescados, grandes y pequeños, según quiera el cliente. “Este señor tiene tanta experiencia que lo llevé a la universidad, donde doy clases y dio una lección práctica, es una persona de mucha experiencia”, dice María Cecilia Cedeño, experta en platos manabitas y con restaurante propio en Manta. No solo es mercado. En “Playita mía” la zona gastronómica ofrece de todo: encebollado, ceviche de pinchagua, majada con albacora o con bonito, aserrín, que es un desmenuzado con toyo, el chicharrón, sopas, manizados, picaditos de atún, pescado hornado, bolas rellenas, camotillo en variadas presentaciones…

Ahí llegan manabitas y extranjeros donde “del mar a la
mesa” aplica en todo su esplendor.

La travesura de Alejito

LA TRAVESURA DE ALEJITO

¡Qué hermosa es la tierra de Manabí! Lo afirman poetas, cantores y todos los que han tenido el privilegio de recorrerla. En ella, nacen “inventos” y “travesuras” que, de a poco, se convierten en parte del Ecuador y luego se dispersan por el mundo.

Uno de estos eventos ocurrió en mayo de 1970, un tiempo de incertidumbre y dictadura en el país. La historia que les voy a contar tuvo lugar en la casa de la familia Orlando Zavala, en Jipijapa.

En una típica reunión manabita, donde cualquier pretexto es válido para celebrar un cumpleaños, un aniversario, la despedida de un ser querido, o simplemente la dicha de estar vivos se congregaron hombres y mujeres, madres y tías, padres, sobrinos y nietos, disfrutando de la tarde y anticipando, como es costumbre por estos lares, una gran comilona.

El aroma del viche ya comenzaba a invadir la casa, esparciéndose desde la cocina donde las damas de la familia, como era la tradición, se encargaban de su preparación.

Fue entonces cuando el joven Rodrigo Alejo Orlando Zavala, conocido como Alejito, de apenas 30 años, se dejó llevar por el hechizo de ese aroma irresistible y, como si estuviera poseído por una idea repentina, se dirigió a la cocina.

Con la seriedad de un científico a punto de realizar un gran descubrimiento, Alejito observó el pescado, luego posó su mirada en los ingredientes listos para ser añadidos a la olla, y, como impulsado por una inspiración divina, tomó el pescado crudo, lo encurtió y lo preparó con limón y sal.

Hasta aquí, nada fuera de lo común. Pero cuando el plato estuvo listo, se le ocurrió añadir un poco de líquido de maní, lo mezcló cuidadosamente y luego lo probó.

¿Adivinan lo que pasó? El sabor era extraordinario, pero necesitaba confirmarlo, así que ofreció su creación a las damas de la cocina y luego a los familiares que conversaban en la sala. Las expresiones de aprobación fueron inmediatas, y todos abrazaron emocionados al autor de tan importante hallazgo (que el tiempo confirmaría como tal).

Generoso como siempre, Alejito decidió que su “travesura” podía gustar al resto de la gente, y al día siguiente habló con un sobrino que administraba una gasolinera a la salida de la ciudad, frente al colegio “Alejo Lascano”. 

Le contó su proyecto: vender ceviche con el nuevo ingrediente.

Sin dudarlo, su sobrino le cedió sin costo el pequeño bar que estaba desocupado en la gasolinera.

Era el lugar perfecto, como si el destino lo hubiera decidido. Sus primeros clientes fueron los conductores de buses que se detenían a cargar combustible y los profesores y estudiantes del colegio.

El ceviche de Alejito se hizo tan popular que, tras un año en ese lugar, su fama lo siguió hasta el nuevo local que instaló en la planta baja de la casa de sus padres, en Bolívar y Ricaurte, cerca de un mercado de mariscos. No hizo falta ponerle nombre al negocio ni anunciar su nueva dirección. “Vamos a comer el ceviche de Alejito” ya era un refrán popular.

En aquellos días, el ceviche costaba un sucre, y Alejito prefería el dorado como pescado principal. Seguía el ritual: pescado encurtido con limón, sal, cilantro, cebolla y ese toque mágico de jugo de maní. Lo servía con galletas cuadradas de “La Universal” o con pequeñas roscas, nunca con chifle. Para refrescar, ofrecía tres marcas de colas.

Su invención no tardó en convertirse en una tradición culinaria en Jipijapa, y de ahí se extendió a toda Manabí y al Ecuador entero. Incluso cruzó fronteras, como lo demuestra el famoso chef Jorge Rausch, quien en su canal de YouTube hace su propia interpretación del ceviche Jipijapa.

Alejito no se hizo rico con su invento, aunque familias enteras se admiraban de la calidad y sabor de su producto. Muchos lo animaron a trasladarse a Guayaquil para abrir su negocio allí, vaticinándole que pronto sería dueño de un edificio de tres pisos. Pero él siempre respondía: “Prefiero quedarme aquí, tranquilo”.

Y así lo hizo. A sus 84 años, Alejito Orlando siente la satisfacción de que su idea, nacida en una reunión familiar, germinó y se esparció por todos lados. Nunca guardó la prepa- ración como secreto y fue siempre generoso con sus colegas y con quienes lo visitaron hasta que mantuvo su local. Hoy, el ceviche con maní de Jipijapa se disfruta en lugares lejanos. Aunque no todos sepan su origen, en cada cucharada está presente el legado de Alejito.

Las balsas son una fiesta

LAS BALSAS SON UNA FIESTA

Históricamente, los pueblos costeros manabitas mantuvieron su condición de navegantes, lanzando sus balsas al mar en busca de destinos a veces muy lejanos. Tierra adentro, los grupos humanos ubicados cerca de los ríos convirtieron estos cauces en sistemas de conectividad comercial y cultural. Destacaron como navegantes fluviales los balseros de los ríos Portoviejo y Carrizal. Del río Portoviejo, Teodoro Wolf, sabio alemán que vivió entre 1841 y 1924, dijo que “no es navegable, tanto por la escasez de agua, cuanto por ser demasiado torrentoso”. La observación del maestro, quien fue profesor de la Escuela Politécnica Nacional, la realizó en verano, cuando en los ríos manabitas disminuye dramática- mente el caudal, resultado de la falta de lluvias, ya que no son torrentes que nacen de deshielos. Lo cierto es que desde el siglo XIX, intrépidos navegantes hacían recorridos por el río, desde Santa Ana hasta Portoviejo, llegando al puerto ubica- do en lo que hoy es el parque Mamey. Eran viajes comercia- les, los campesinos llevaban sus productos cosechados en la montaña a venderlos en el centro urbano. En el trayecto, iban haciendo paradas para vender o para saludar a docenas de personas que los aclamaban.

La bajada de las balsas era una verdadera fiesta. Eran viajes motivantes, porque iban de pasajeros los cultivadores de versos y guitarras, y bellas damitas vestidas de trajes multicolores.

Se escuchaban amorfinos:

“Clavelito colorado/Clavelito carmesí/ni en sueños había pensado/que mi amor estaba aquí”. “Si tú me das a beber/que sea desde tu boca/ese manjar tan divino/ que babeo me provoca”. “Dame negrita del alma/mi taza de chocolate/complace a este corazón/que solo de verte late”

“Silencio, quiero silencio/para remediar mis males/que en momentos como este/el silencio es lo que vale”. “Dices que quieres silencio/y que te tapas la oreja/yo quiero que me respondas/si quieres ser mi pareja”.

Y así transcurría el viaje, hasta que la balsa atracaba en el puerto Mamey, donde con algarabía la gente recibía los productos. A veces una banda de pueblo animaba el momento y se armaba la pachanga.

La costumbre pervivió hasta promediar los 60 del siglo pasado. Sin embargo, las balsas han hecho presencia en bajadas organizadas por colectivos culturales, y quien más ha impulsado esta actividad en el río Portoviejo es el folclorista Antonio Pico. Algo parecido ocurría con el río Carrizal. Se repetía la historia: los campesinos llegaban desde lejos y eran recibidos por centenares de compradores, deseosos de adquirir los productos de montaña adentro. La tradición en Calceta se ha mantenido con regularidad. Allí, el municipio y otros entes administrativos han impulsado, año a año, el Festival del Balsero del Carrizal para que la tradición no muera. Las embarcaciones, construidas con palo de balsa y caña guadúa, ataviadas vistosamente y transportando variados productos, realizan sus recorridos de aproximadamente cinco kilómetros para llegar a las inmediaciones del puente. Se elige a la mejor balsa y a la madrina más bonita entre las pasajeras de cada embarcación, que van ataviadas de preciosos vestidos campesinos. La gente se ubica lo mejor que puede y vitorea a sus balsas preferidas, mientras consume platos tradicionales de Calceta y Manabí. Se dice que la llegada de las carreteras y la construcción de las represas afectaron la navegación por los ríos Portoviejo y Carrizal, lo cual no es cierto. Revivir las balsas no solo perenniza una tradición cultural, sino que sigue siendo una alternativa de comercialización y desarrollo para las poblaciones que están en las márgenes de ambos ríos. Las balsas surcan las aguas y el corazón de un pueblo que se niega a olvidar sus raíces, navegando siempre hacia un futuro lleno de promesas.

Viche

Tongas

Corviche

Empanadas de verde con relleno a escoger

Salprieta

Ceviche Jipijapa

Arroz con mariscos