
Aguado de gallina
“Bajando el muerto y soltando el llanto”, dice el dicho. En Manabí, para reconfortar a quienes acompañan en el velorio con los ánimos eschichaos, las cocineras se activan y preparan el aguado de gallina. La buena noticia es que no es exclusivo para esas tristezas y se puede comer en un fin de semana especial (con todos vivos y aguaitando para ver dónde amarrar el burro).
No es una gallina cualquiera la que se usa. Debe ser grandecita, una que haya visto pasar los años y sepa de resistencias. A la gallina dura se la pone en el perol a fuego lento. Cuando por fin ablanda, hay que echarle el arroz. El secreto está en el orden, como pasa con la vida, porque si es pollo tierno, en cambio, el arroz se pone primero.
Si lo hizo bien y siguió todos los pasos, logrará un plato que es otro nivel.
INGREDIENTES (Para 4 personas):
- 200 g de menudencias de gallina
- 200 g de pechuga de gallina
- 400 g de huesos y espinazo de gallina
- 2 ramas de cebolla blanca
- 1 cebolla colorada
- 2 dientes de ajo
- 1/2 pimiento
- 1 atado de cilantro, orégano fresco y cebolla verde
- 1 tza de arroz lavado
- Zanahoria y arvejas al gusto (opcional)
- Sal al gusto
MODO DE PREPARACIÓN:
reparar un aliño con cebolla colorada, dientes de ajo, pimiento y sal. Reservar. Hacer un fondo con los huesos, el espinazo de la gallina, la cebolla blanca, el aliño y sal. Hervir y cernir. Agregar la pechuga y las menudencias al fondo; mantener en el fuego por un mínimo de quince minutos. Añadir el arroz previamente lavado, las zanahorias y las arvejas. Finalmente, cuando todo esté listo, rectificar sabores y servir.