
Caspiroleta
En días de cielos despejados y tardes de sol, la abuela se sentaba bajo la sombra del guayabo, y era allí donde la magia de la caspiroleta cobraba vida. Todos los nietos, como pollitos detrás de la gallina, se arremolinaban a su alrededor. Con una paciencia que solo las abuelas tienen, les entregaba a cada uno un canuto de caña bien firme, una tusa de maíz lavadita y con una latillita de caña incrustada en la punta. Escogía los huevitos de gallina criolla, que traía en un mateancho que alguna vez perteneció a su madre. “Primero le haces un huequito en la coronita del huevo, con cuidado, que no se te rompa”, les enseñaba. Los niños miraban atentos. Sacaban la clara con delicadeza y la echaban en el canuto. “Ahora agárrenlo bien fuerte entre las piernas y empiecen a batir con la tusa, despacito al principio y luego más rápido”, les decía. Batían y batían, hasta que la caspiroleta quedaba tan espesa que ya no caía del canuto. “¡Ya está lista!” decía con orgullo. Añadían azúcar y echaban la yema. Algunas veces, los más grandes pedían café pasado o chocolate, y cuando nadie miraba, un chorrito de currincho. No hacía falta cuchara, porque con la misma tusa la recogían y la saboreaban.
INGREDIENTES:
- 1 huevo
- 2 cdas de azúcar
- 1 tza de leche
- 1 rajita de canela
- 1 clavo de olor
- 1 chorrito de café pasado
- 1 tusa (opcional), 1 cañita para chuzo (opcional), 1 canuto de caña (opcional), 1 copita de currincho (opcional), 1 tza de leche con chocolate (opcional)
MODO DE PREPARACIÓN:
Limpiar el canuto de caña y calentarlo al fuego (opcional). Calentar la leche con la rajita de canela y el clavo de olor a fuego medio, revolver constantemente, cuando esté tibia retirar del fuego y reservar. En un canuto o vaso largo, colocar la clara y batirla con la tusa o tenedor hasta que empiece a espumar. Agregar el azúcar a la clara y continuar batiendo hasta alcanzar el punto de nieve.
Incorporar la yema de huevo y un chorrito de leche especiada (que previamente se enfrió), mezclando bien. Añadir un chorrito de café pasado y, si se desea, un poco de currincho o leche de chocolate. Revolver suavemente para integrar todos los ingredientes.
Nota: Si es para niños, intercambiar el currincho por leche con chocolate.