
Leche planchada
En los tiempos de antes, la magia del caramelo no venía de un soplete ni de hornos modernos. Una vez frío el dulce de leche, se cubría con azúcar y papel manteca, y el toque final se daba con una plancha de hierro caliente, que iba derritiendo el azúcar, creando una capa dorada y crujiente que sellaba el sabor. ¡Textual! Se planchaba la leche.
La textura suave y cremosa es la esencia de este postre, pero la quieres más firme, con solo añadir dos yemas de huevo y la conviertes en un manjar listo para cortar y compartir.
INGREDIENTES (Para 4 personas):
- 1 L de leche
- 4 cdas de fécula de maíz (maicena)
- 3 yemas y 3 claras de huevo
- 1 rajita de canela
- 3/4 tza de azúcar para la leche
- 1/4 tza de azúcar para planchar
- 1/2 tza de azúcar para los suspiros
MODO DE PREPARACIÓN:
Hervir la leche junto con la ramita de canela y azúcar a fuego medio.
Disolver la fécula de maíz en una taza de leche y agregar, removiendo constantemente para evitar que se pegue.
Cuando la mezcla espese, batir bien las yemas y añadirlas a la preparación, asegurándose de que esté a baja temperatura para que las yemas no se cocinen.
Una vez lista la mezcla, verterla en una bandeja y dejar enfriar en el refrigerador durante un mínimo de dos horas.
Después de enfriar, espolvorear azúcar sobre la superficie. Usar un papel manteca para cubrir la mezcla y aplicar una plancha caliente o un soplete para caramelizar el azúcar.
Para los suspiros de merengue, batir las tres claras de huevo con azúcar hasta que se formen picos firmes. Agregar un poco de ralladura de limón.
Finalmente, adornar la leche planchada con los suspiros de merengue y servir.