
Seco de pato
Nuestros ancestros ya sabían que el verdadero sabor estaba en lo natural, en lo que la tierra y los montes nos daban. Así nace el famoso seco de pato, guiso
que es una herencia ancestral de cuando los indígenas cazaban el pato silvestre, que volaba libre por los humedales.
Los abuelos cuentan que esos patos, con su carne sabrosa y firme, eran domesticados con paciencia. Con el tiempo, se convirtió en tradición preparar un seco bien acompañado con su ají, su cilantro y su chicha fermentada, cocido despacito, como debe ser y toda zalema se queda corta. Es otro recordatorio de que, en Manabí, el buen comer es cosa seria ¡Aquí se cocina con historia!
INGREDIENTES (Para 8 personas):
- 1 pato
- 500 g de refrito
- 250 g de tomate maduro
- 50 g de oreganón
- 50 g de cilantro criollo
- 50 g de cilantro de pozo/chillagua
- 15 g de coriandro (semilla de cilantro)
- 15 g de comino en grano
- 1 atado de hierbas
- 1 tza de vino de uva o cereza (opcional)
- 200 g de cáscaras de piña
- 15 g de sal
- 1 tza de agua
- 2 tza de fondo de ave
MODO DE PREPARACIÓN:
Desprezar y adobar el pato con un poco de sal y comino.
Colocar en una olla y dorar.
Añadir el refrito, incorporar tomates cortados en cubos y dejar sudar durante diez minutos aproximadamente o hasta que el tomate se haga puré.
Agregar el fondo de ave, agua, vino, especias y las cáscaras de piña. Hacer un atado con el cilantro criollo, cilantro de pozo o chillangua y el oreganón. Incorporarlo con el resto de los condimentos.
Cocinar a fuego lento hasta que el pato esté en su punto, retirar el atado de hierbas, rectificar sabores y retirar del fuego.
Finalmente, servir el pato acompañado de arroz colorado y maduro (opcional).